Hace más de un año Israel lidera una ofensiva militar que, por un lado, supone la destrucción (física y psicológica) de la población palestina y por otro la desestabilización regional con continuos ataques a otros países. Hace un año, se discutía si un ataque sobre un centro médico era o no un error, era o no producido por Israel o por un error de Hamás o, incluso, un ataque de falsa bandera; poco después veíamos tropas israelíes entrando en un hospital y asesinando a un paciente; hoy Israel no solo ataca bases de Cascos Azules de la ONU, si no que directamente avisa al personal sanitario que si atiende a determinada población serán víctimas de sus ataques; el Estado de Israel, con esto, niega lo más básico de la normativa internacional sobre las guerras: al personal médico no se le ataca y a las personas heridas siempre hay que atenderlas o permitir su atención.
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