Ficción electoral: resultados en España del Parlamento Europeo

Saturno (cuadro de Goya fotomanipulado)

Por aquí he hablado más de una vez de traspasar votos de unas elecciones a otras. Esto realmente no es válido, en tanto que en cada elecciones la gente vota de una forma distinta, la cultura electoral se desarrolla en un marco normativo y con unas expectativas distintas según el contexto. En concreto, en el Parlamento Europeo es especialmente importante el voto estatal, la gente sabe que su voto «no se pierde» dentro de una circunscripción pequeña, al menos no tanto como puede pasar en el voto de unas autonómicas o en el voto de las generales, y el voto útil funciona de una forma diferente. Pero también es importante destacar, para las elecciones europeas, la poca participación, la poca movilización. Un partido emergente puede conseguir destacar más acercándose bastante a su propio techo de votos, mientras que otras formaciones quedan muy por detrás de lo que tendrían, en votos, en unas autonómicas o nacionales. ¿Y las coaliciones que se realizan para impulsar determinados proyectos? Insisto: la gente vota distinto en las autonómicas, en unas locales, en unas nacionales o en las europeas. Sabiendo que los sistemas de elección no son exactamente iguales. Lo mismo pasa en las generales con los votos al Senado y los votos al Congreso de los Diputados.

Una vez dicho esto, lo que sí podemos hacer es un poco de ficción electoral. Podemos coger los resultados en unas elecciones y aplicarlos como si hubiesen sido otros comicios y, además, utilizar distintos repartos, no solamente con la ley electoral actual, sino otras posibilidades. Que cabría más o menos dentro de la Constitución o necesitaría, este cambio, de una reforma constitucional es otro tema. En esta ficción electoral, podríamos tener un Congreso de los Diputados bastante más diverso que lo que tenemos ahora o realmente parecido, dependiendo de qué tanto ficcionemos el sistema de reparto y las circunscripciones usadas.

Repartos alternativos (elecciones Parlamento Europeo).
Partidos	Gen. 2023	Reparto nacional		Reparto por CCAA		Reparto por Prov.		
		RM	Dhondt	RM	Dhondt	RM	Dhondt	Dhondtv3%
PP	137	121	125	124	139	131	152	152
PSOE	121	106	110	107	119	111	131	131
VOX	33	34	35	35	32	41	22	22
Sumar	26	16	17	18	9	11	4	4
SALF		16	16	18	10	13	6	5
Podemos	5	12	11	10	6	7	2	2
Junts	7	9	9	9	10	9	11	12
ERC	7	17	17	8	8	8	8	8
BILDU	6			6	6	6	7	7
BNG	1			4	4	5	2	2
Aramés	0			1		1		
PNV	5	6	5	4	5	4	4	4
CCa	1			2	2	2	1	1
PACMA		3	2	3				
Cs		3	2	1		1		
FO		1	1					
EXISTE		1						
IZQESP		1						
PFAC		1						
IE		1						
ANDALUCISTAS		1						
VOLT		1						
UPN	1							
	350	350	350	350	350	350	350	350
Bloques								
Gob act.	147	122	127	125	128	122	135	135
Aliados Inves	32	44	42	43	41	41	35	36
PP+Vox+SALF+UPN	171	171	176	177	181	185	180	179
Otros	0	13	5	5	0	2	0	0
	350	350	350	350	350	350	350	350

Vamos a comenzar reconociendo una cosa bastante básica: el Partido Popular ha ganado estas elecciones. Y las ha ganado con cierta claridad, más de cuatro puntos por encima del PSOE que, casi con total seguridad, perdería el Gobierno nacional si aplicáramos estos resultados a unas elecciones generales.

Mientras tanto. el PSOE puede alegrarse haber salvado los trastos, de hecho, mejoraría por la distribución de voto su resultado con respecto al 2023, aunque en porcentaje haya quedado un poco por detrás. Vox, dependiendo del tipo de reparto que hagas, perdería mucho poder o ganaría un poquito, el Partido de Alvise irrumpiría en el Congreso de los Diputados, convirtiéndose en una de las principales fuerzas nacionales (siendo necesaria para formar o apoyar un gobierno del PP). Por su parte, Sumar y Podemos casi desaparecería. Es importante destacar que a Sumar y a Podemos les perjudica mucho la dispersión de voto. Y, sobre todo, les perjudica haber quedado en muy mal lugar en casi todas las provincias. En muchas de ellas solo se reparte entre los 3 primeros partidos y en algunas solo los dos primeros, con lo cual Sumar queda fuera. Y se da la particularidad de que tiene un voto menos concentrado que la agrupación de Se Acabó la Fiesta, la cual, en cambio, con un poquito menos de votos conseguiría un resultado electoral mucho mejor en el reparto de escaños, sobre todo en el reparto provincial (donde conseguiría representantes en 4 provincias).

Sobre los votos, hay que decir que las izquierdas han perdido muchísimo porcentaje de votos, El PSOE ha perdido un punto y medio; mientras tanto, la suma de Sumar y Podemos ha perdido más de 4 puntos; ha pasado de ser la cuarta fuerza con el 12,33 % a sumar, entre ambas formaciones, el 7,93 %. Vox, por su lado, pasa de 12,38 % a 9,62 %, pero este no es un retroceso de la ultraderecha, es un reparto al salirle competencia dentro de su espectro electoral, que ha sacado 4,59 %; entre ambas formaciones suman el 14,21 % (un aumento de casi dos puntos). Aunque penalizaría la dispersión de voto entre las dos, no podemos obviar una realidad donde las formaciones racistas van acercándose al 15 % del electorado. Ojo, no de la población, del electorado. Y aunque no lo parezca, uno de los grandes ganadores, aún perdiendo mucho poder con respecto a las anteriores europeas, es Junts: pasa del 1,6 % de votos al 2,54 %. Aquí favorece que Junts sí estaba bien movilizado y ha conseguido asentarse como principal fuerza nacionalista en Cataluña. En otras formaciones, es un poco más difícil ver los porcentajes locales frente a los europeos, en tanto que para la UE se presentan dentro de grandes coaliciones electorales.

Pero bueno, tenemos claro que el bloque de la investidura, que es el Gobierno actual de PSOE más Sumar junto con aliados puntuales, sumó 179 votos. Este Gobierno de la investidura no se repetiría en ningún reparto posible. En todos los casos, el PP más Vox, UPN (para poder compararlo con 2023) y SALF o se acercan a la mayoría absoluta o la sobrepasan (esto último en casi todos los escenarios). En concreto, si aplicásemos el mismo sistema electoral, esto es, reparto por provincias con la misma distribución de provincias que actualmente existe con un 3 % de valla electoral. Este bloque de derechas y extremas derechas nacionales tendría 179 escaños. Si aplicáramos el mismo sistema D’hondt para el reparto en las provincias pero no pusiéramos vallas, este bloque tendría 180 escaños. En ambos casos, estamos hablando de que el Partido Popular podría tener una investidura con mayoría absoluta sin depender de partidos nacionalistas regionales, como puede ser Junts o el PNV, solo agrupando a la derecha españolista. De hecho, podría conseguir algunos otros apoyos, como el de coalición Canaria, aunque no le haría falta.

En cualquier caso, como digo, el Gobierno no podría repetir. Si nos encontramos con el reparto, con valla electoral y demás, el PSOE mejoraría resultados en 11 escaños más, sin valla a electoral solo 10 escaños más. Eso es interesante verlo. Estamos hablando de que el PSOE obtendría una derrota dulce, no estaría tan lejos del PP (a 20 escaños, más distancia que la actual, pero no exagerada), 152 frente a 131. La cuestión, en un sistema parlamentarista como el español, está en si tienes apoyos para gobernar o no; el PP ya ganó las elecciones en 2023 y está en la oposición; el PSOE, con este resultado y viendo a su izquierda (Sumar y Podemos a nivel estatal, y las izquierdas en las regiones) y a la derecha que le apoya (PNV, CCa y Junts) se encontraría lejos de poder formar gobierno, mientras que ve cómo un Vox en retroceso y un SALF en aumento tendrían la llave de un gobierno de la regresía a nivel nacional, con el PP al frente. Sumar y Podemos pasarían de los actuales 31 a unos 6 escaños, pasarían al grupo Mixto sin posibilidad alguna de grupo propio (al menos, por separado y sin ayudas). La pérdida del porcentaje de votos hace que que den fuera en la mayoría de provincias de cualquier distribución, haya o no haya valla. El aumento del porcentaje de voto a Junts se vería premiado con un crecimiento grande de escaños (de 7 a 12) pero, curiosamente, también pasarían a no importar nada (¡cómo es la política!). Junts, con 7 escaños, tiene más poder político actualmente que lo que tendría con 12 y el reparto ficcional que hemos hecho. Aunque la lectura que pueden hacer en Junts sigue siendo positiva, este aumento se debe a que realmente se ha consolidado nuevamente como la alternativa nacionalista dentro de Cataluña.

Es cierto que el PSC, en general, las ha ganado en Cataluña, pero no con la contundencia que, por ejemplo, tuvo en las propias parlamentarias catalanas (dobla a Junts en Barcelona y gana en Tarragona), pero Junts consigue ser primera fuerza en las otras dos provincias (bueno, el reparto de provincias es como en las catalanas, aquí el gran cambio es el papel de ERC, que pierde el tercer lugar en Barcelona). Otros partidos cambiarían poco su presencia. BNG se pondría con 2 escaños, Bildu sube un poquito, se pondría con 7, Esquerra Republicana también sube un poquito, se pondría con 8. El PNV mantendría sus 4, Coalición Canaria mantendría 1. Y no enterrarían nuevas formaciones, eso si mantenemos el reparto provincial, con el sistema D’Hondt, independientemente de si hay valla electoral o no. Los cambios entre tener y no tener barrera electoral son pocos, lo pueden ver en la tabla.

En dicha tabla, también hay un reparto con el sistema de Resto Mayor usando el método Hare, sin valla y reparto provincial que produce algunos cambios más (lo más interesante, quizá, es que Ciudadanos y Aramés entrarían al Congreso).

Sigamos con la ficción electoral. ¿Qué otros repartos serían posibles? Podríamos hacer un reparto en circunscripción única. Con un reparto con el sistema D’Hondt, o sea, simplemente coger los resultados que tenemos y aplicarlos a todo el Estado para repartir 350 en vez de 61 (los euroescaños) con el mismo sistema que en las europeas, el PP tendría 125, mientras que el PSOE ganaría 110, VOX 35, Sumar 17, SALF 16… bueno, pueden ver la tabla. Los bloques, de nuevo, favorecen a la derecha y extrema derecha españolistas, que ya entre de sí tendrían la mayoría absoluta. Cabe destacar que tendríamos el ingreso de otras formaciones, en concreto: PACMA (2), Ciudadanos (2) y Frente a Obrero (1).

Con el sistema de Resto Mayor, método de reparto Hare (el que favorece más a los partidos pequeños), la distribución cambia bastante, sobre todo porque hay que dar paso a muchas más formaciones (a las tres anteriores, sumaríamos Existe, Izquierda Española, Feministas al Congreso, IE, Andalucistas y Volt), lo que tendríamos 13 escaños de difícil valoración. Bueno, la mayoría irían con el PP, casi fijo. Vamos a ser sinceros, en este caso de Resto Mayor, el PP ganaría 121 y frente a los 106 del PSOE. Y el bloque de las derechas, de forma clara, tendría 171. Este es con el único reparto donde el sueño del PSOE es hacerse con prácticamente todos los apoyos posibles y ganar por la mínima para poder seguir gobernando, pero se ve francamente difícil, con un par de partidos o de abstenciones de formaciones de derechas como Junts, PNV, Volt, CCa o Ciudadanos, el PP podría gobernar.

He realizado otro reparto más, uno con las comunidades autónomas como circunscripciones. Actualmente, el Congreso representa provincias, lo que da una distribución un tanto extraña de escaños (que favorece a los partidos más votados en circunscripciones medianas y pequeñas, sobre todo por el mínimo de 2). La base territorial en España no está en las provincias desde hace mucho, está en las comunidades autónomas. Así que he aplicado la misma lógica que hay para reparto entre las provincias a las comunidades autónomas, dando un mínimo de 2 por CA, 1 por ciudad autónoma y luego repartiendo por censo electoral usando el RM método Hare. No voy a ponerles la distribución de los escaños por Comunidad Autónoma, pero más o menos se lo pueden imaginar. Las más grandes, la que más personas diputadas aporta, sería Andalucía (59) y la que menos La Rioja (4), sin contar sea Ceuta y Melilla, que cada una aporta 1 (como ahora). En esta distribución por comunidades autónomas, he realizado dos repartos sin valla electoral, distinguiendo Resto Mayor y D’Hondt. En ambos casos, el bloque de las derechas y ultraderechas nacionales sumaría mayoría absoluta. Donde más cambios hay entre estos dos repartos se encuentra en la entrada de otras formaciones o lo que penaliza el reparto de votos entre formaciones similares; se puede ver con las sumas de Vox y SALF, por un lado, y Sumar y Podemos, por otro; en el primer caso, Vox más SALF, usando RM, sacarían 53 escaños, mientras que con el sistema D’Hondt tendrían 42; parecido le pasa a Sumar con Podemos, pasan de 28 (RM) a 15 (D’Hondt). Podemos ver que las izquierdas están más perjudicadas, pero esto se debe simplemente a que Vox ya es partido mediano, no pequeño, frente a SALF, Sumar o Podemos, que ya son partidos pequeños.

En cambio, los dos partidos más grandes subirían de 124 a 139 (PP) y de 107 a 119 (PSOE). Interesante, como decía, era la entrada a otros partidos, en concreto PACMA, Ciudadanos y Aramés. Aquí tenemos que ver si se tendría que aplicar o no una valla electoral a nivel autonómico…

Ya saben que yo estoy en contra de las barreras electorales, en tanto que la idea de la valla es excluir de reparto a determinados partidos por ser poco representativos, pero si estás repartiendo 100 escaños, si tienes 1 % de votos, ¿por qué no puedes estar en un hemiciclo representando el 1 % de dicha cámara? Esto es, tienes igual de representación en el Congreso o en el Parlamento que en la que tienes en la sociedad. Con 350 escaños repartidos, cada escaño podría representar el 0,29 % de votantes… no sé por qué se tiene que penalizar a una formación por no llegar, por ejemplo, al 3 %. Además, la valla electoral se ha utilizado para premiar o castigar partidos. Así, en algunas comunidades se bajó al 3 % para favorecer la entrada de determinados partidos en sus Parlamentos autonómicos, mientras que en otras está en el 5 % (y a veces la barrera está por encima de la circunscripción o se mezcla una barrera dentro con una fuera de la misma). Siempre que se pone valla se está premiando a todos los partidos que superan la valla, esto es, se está concentrando voto de forma irreal y, sobre todo, sobrerrepresentando a los partidos grandes.

Bueno, antes de terminar, si quiero recordar que reparto que he hecho entre partidos que han ido en coalición, por ejemplo, ERC, Bildu, BNG y Anamés (una de las coaliciones) o el PNV y Coalición Canarias (otra), he aplicado en cada comunidad o provincia el total de votos de dicha coalición al partido mayoritario en la región, aprovechando que las coaliciones, en cada zona, se presentan con nombres diferentes (por ejemplo, el Baleares va como «ARAMES – ARA REPUBLIQUES» mientras que en Bizkaia va como «EH BILDU – ORAIN ERREPUBLIKAK»), esto no lo he hecho en el reparto de circunscripción única porque, más bien, debería tirar por el orden de las listas al no poder distinguir los votos en las regiones con nombre común (al sumarse votos también de regiones donde, en los otros dos repartos, no consiguen obtener nada y no importa, en esencia, hacia qué parte de la coalición estaban votando).

También quiero destacar que dentro de Sumar están partidos con perfil independiente fuerte, como es la gente de Compromís, que siempre sacan algún escaño y que el resultado de esta coalición-partido en Cataluña ha sido muy malo, consiguiendo solo un escaño y con las justas.

Consideraciones finales

Esas elecciones claramente ha sido un triunfo de las derechas en España y no podemos negar esa realidad. El PSOE, aunque no ha caído mucho y ha mantenido en pocos resultados (incluso, como digo, podría ganar diputadas y diputados), con un resultado como este, estaría gobernando el Partido Popular, con lo cual no habría cumplido el objetivo de «parar a la derecha» que fue toda su campaña electoral. ¿Y quien más tiene que hacer una gran reflexión? Los dos partidos a la izquierda del PSOE no nacionalistas. Ya que el bloque de Esquerra, Bildu, BNG y demás no ha obtenido un mal resultado, tampoco ha obtenido uno especialmente bueno, en concreto, BNG en Galicia, después de tener el estupendo resultado en las autonómicas, ha visto cómo perdía ese segundo lugar. ERC sigue sin levantar cabeza dentro del nacionalismo catalán. Pero bueno. Esos partidos juegan en otras ligas y en concreto se notan muchos los votos de las autonómicas frente a las nacionales. No digamos ya frente al voto al Parlamento Europeo, donde tal vez movilicen menos de su gente.

Pero, en cambio, Sumar y Podemos tienen que mirar al Parlamento Europeo y preguntarse críticamente «¿qué hemos hecho?, ¿qué hemos conseguido?». Tienen que mirar cómo se ha distribuido su voto, en qué puesto han quedado… Sumar ha quedado por detrás de los dos partidos de extrema derecha en muchísimas provincias (Vox es tercera fuerza en 39 circunscripciones, Sumar no sube del cuarto puesto… y es más bien o quinta o sexta fuerza; el partido de Se Acabó la Fiesta tampoco sube del puesto cuarto nunca, pero en 30 circunscripciones tiene dicho lugar, por delante de Sumar o Podemos). Sumar prácticamente desaparecería del Congreso, sería irrelevante. Y esto sí que hay que destacarlo. Ningún reparto se acerca ni siquiera lo que tienen actualmente. Sumar, con esto, es irrelevante en la mayoría de España, aunque salve la cara al quedar como cuarta fuerza, está en empate técnico con la quinta, SALF, una formación sin criterio alguno salvo estar en los bulos, la desinformación, la homofobia, racismo, xenofobia y demás. Su competencia es deleznable y, aún así, casi pierden contra eso. Sumar apostaba a ser la tercera fuerza del país y se ha quedado muy lejos, más bien compitiendo por no irse al quinto o sexto lugar.

Sumar debe plantearse qué quiere ser, no puede intentar ser todo sin ser nada, no puede intentar una suerte de Frente Amplio pero a la vez partido vertical y, junto con eso, movimiento social, sobre todo cuando parecen más preocupados en el orden de la lista que en saber para qué se presentan como lista, cuál es su programa y qué luchas sociales marcan su camino. Si Sumar pretendía ser la fuerza hegemónica en las izquierdas españolas más allá de las independentistas, ha fracasado totalmente, y seguro que es por la estrategia tomada desde la dirección y la falta de miras de los distintos partidos que han contribuido a la misma (contando al propio Podemos, que duró poco y nada en esa coalición).

Podemos, que salió a decir que demostraban lo vivos que seguían, que su opción era mejor que la de Sumar, demuestran la ridiculez de ese mensaje (aunque en algunas plazas importantes han superado a Sumar, su mejor lugar es el quinto puesto y, sobre todo, repiten en el sexto puesto un total de 41 veces). No solamente han quedado peor que las primeras europeas que se presentaron, sino que trasladando sus votos a los nacionales, solo tendrían dos escaños en el Congreso de los Diputados, que son menos que los 5 actuales que le correspondieron por el reparto dentro de la coalición Sumar (de esos 31 que fueron elegidos bajo la coalición). Tanto se quejaron de su poca relevancia dentro de la coalición, y tanto dijeron que presentándose solos podrían recuperar su relevancia… ahí están, solos, sin llegar al 3,5 % de los votos, siendo irrelevantes en la mayoría de provincias. Sonríen porque han ganado a Sumar en algunas plazas, se alegran de sus pocos escaños, pero están tan lejos de ser competencia para la ultraderecha, no digamos ya para la derecha o las izquierdas…

Se puede decir que Podemos ha resistido tras diez años de ataques furibundos, de mentiras constantes en los medios de comunicación, de denuncias falsas que se han archivado de forma constante pero que al partido le ha costado mucho, se puede defender de muchas formas el daño que hace el sistema a las formaciones de izquierdas, pero tampoco podemos obviar los errores de la propia formación y su situación actual, donde las propias escisiones internas le han desgastado (en Madrid, uno de sus puntos fuertes, pasaría a solo tener un representante y con las justas, y esto no es nuevo, ya no están ni en el parlamento autonómico y con este resultado, por la barrera electoral autonómica, volverían a quedarse fuera). Curiosamente, sacarían el otro por Barcelona, donde pasan por encima de Comuns-Sumar (que sacaría escaño por la mínima).

¿Podemos resiste y existe, pero qué proyectos políticos puedes hacer y defender? Con dos escaños en el Congreso de los Diputados. ¿Qué relevancia tienes con dos escaños en el Congreso de los Diputados? No pelea ni por el tercer puesto, lucha por sobrevivir como sexta formación…

En determinadas regiones, ¿qué ha pasado con las izquierdas? En Cataluña tal vez sea lo más simbólico, las distintas izquierdas, hasta anteayer, tenían una importancia clara, ahora las izquierdas no independentistas dividen el voto y casi no sacan escaños, pero la izquierda independentista también cae y no es que el PSC suba mucho… Así, Esquerra en Barcelona es cuarta, en Tarragona tercera, igual que en Lleida y Girona. Esquerra no ha conseguido ponerse por delante de Junts nunca. Se puede alegrar de estar nuevamente por delante del PP, pero ya. En Tarragona, Podemos y Sumar (Comuns) han quedado por detrás de SALF. Insisto. Son formaciones que quedan por detrás de Vox.

El PP es un claro ganador, al punto que ha vencido en 42 de las 52 circunscripciones; ahora, donde no ha ganado, a veces ha perdido bien (es cuarta fuerza en 5 circunscripciones y en algunas no ha conseguido representante, como Girona, Gipuzkoa y Lleida). El PSOE, en cambio, es una fuerza nacida para ser segunda formación. 7 primeros lugares y 45 segundos lugares, nunca baja de ahí (en Ceuta y Melilla no tiene representación, pero ahí no hay reparto, solo 1 que se lo lleva la formación ganadora).

En fin, los resultados electorales de estas elecciones parlamentarias europeas nos dejan un claro triunfo de las derechas españolistas. No tan claro como al PP le hubiese gustado (y decían las primeras encuestas), pero si este resultado lo hubiesen tenido en las generales, con más de 150 escaños en el Congreso de los Diputados, controlarían un grupo grande que hace tiempo que no vemos en el hemiciclo. Es cierto, el PSOE tendría un buen resultado electoral en cuanto a escaños. Pero lo mandaría directamente a la oposición. El PSOE podría acusar a Sumar y Podemos de ser quienes han destrozado las posibilidades de un gobierno progresista, pero es que el resultado del PSOE se basa, seguramente, en la caída de las fuerzas a su izquierda, más que en otras cosas, más que en sus propias virtudes. Está concentrando el voto del miedo contra la extrema derecha y aún así no la paramos. No paramos esa extrema derecha que sigue creciendo a base de bulos, a base de mentiras. Es cierto que la división en dos partidos les perjudicaría en total (a la extrema derecha), pero entrarían en el gobierno o serían determinantes en el mismo; centrándonos en lo importante, que es quién hace el Gobierno, esas fuerzas de extrema derecha pasarían de ser insignificantes en la oposición a ser determinantes en el Gobierno. Justo lo contrario que le pasa a las izquierdas. Las izquierdas pasarían de formar parte del gobierno o presionar en sus políticas a ser parte del Grupo Mixto y punto.

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