El Partido Popular ha sido considerado responsable civil en un caso de corrupción local (bueno, en muchísimos casos, agrupados). Sus líderes salen en tromba para decir cosas tipo: son hechos del pasado (evidentemente), con Rajoy todo se paró (matizable, pero luego ya entro), estamos muy afectados por esto, algo que el partido no conocía (no es lo que pone la sentencia, pero como parte, recurrirán), son casos aislados, aunque sean muchos, son aislados (afecta a la propia estructura del partido), queda claro que el Partido como tal no participó, sino hubiese sido imputado (esto es falso, ya veremos por qué), la dirección nacional desconocía todo (lo que choca con la frase de «Rajoy acabó con todo cuando llegó a la dirección») y frases del estilo. Sí, «acatan» la sentencia, la cual recurrirán, y a la cual critican duramente porque les ha dado un palo.
Un palo, sí, porque en la misma, donde testificó Mariano Rajoy, presidente del gobierno, se tacha su testimonio como poco veraz. Es cierto que uno de los votos particulares le cree, y a eso se aferran desde Génova, pero existe ya una responsabilidad patrimonial del partido.
Vamos a repasar algunos de los argumentos, que más o menos todos los dijo Casado en RNE:
Es cierto que esa referencia de «a título lucrativo» supone que el partido desconocía la procedencia de los fondos. Como partido es la clave, uno de los condenados era el gerente del propio partido nacional, luego ascendido a Tesorero y luego, bueno, pasó el «Luis, sé fuerte», el «despido en diferido», el contrato de trabajo fingido, con proceso de la inspección de por medio por pagar la Seguridad Social cuando no correspondía porque no estaba trabajando. Es cierto que hablamos de dos hechos locales (dos campañas electorales), pero lo que describe la sentencia, lo que es el «caso Gürtel», es toda una red que afecta a muchos entes locales y autonómicos y, lo que es peor, se deja claro que existió una «Caja B» en el partido con el que se pagaban sobresueldos que gente como el propio Rajoy cobró. Tampoco olvidemos que Rajoy se ha jactado de prohibir la entrada de Correa en Génova, pues su presencia ahí era constante. El caso se centra en dos hechos locales, pero nos describe una forma de actuar generalizada en el partido hasta, al menos, el 2008. Además, esta sentencia se refiere a «parte del caso», separado en múltiples piezas y que ha dado lugar a otros derivados, como el Caso Bárcenas, donde se habla de sobresueldos que algunos políticos ya han reconocido que se les pagaba en sobres (entre ellos, Pío García Escudero, actual presidente del Senado).
En cualquier caso, el partido político no podía ser responsable penal, recordemos que el propio PSOE no fue condenado por el «Caso Filesa» (como pueden ver en la sentencia del Supremo), no fueron responsables penales ni responsables civiles y todos entendemos que fue un caso de financiación ilegal del partido (el propio portavoz del PP en el Congreso hace un tiempo decía que el PSOE fue condenado por esto, pues no, realmente no). Pero es que, al igual del Partido Popular, no podía ser condenado como partido: la responsabilidad penal de las personas jurídicas no aparece hasta el 2010. Incluso ahora la responsabilidad civil del PP es más alta que la que tuvo en su momento el PSOE, que no aparece en la parte dispositiva (en el fallo) de la sentencia. De hecho, el delito específico de financiación irregular de los partidos políticos aparece recién en el 2015, con lo que ni el PSOE ni el PP ni ningún otro partido pueden ser procesados por ese delito por hechos anteriores a esa fecha. (Sobre la responsabilidad penal de las personas jurídicas les recomiendo los siguientes artículos: «Responsabilidad penal de las personas jurídicas» de Eduardo de Porres Ortiz de Urbina y «La responsabilidad penal de las personas jurídicas: societas delinquere et puniri potest» de Marina Roig Altozano). Igual que decimos que el PSOE se financió ilegalmente con el caso Filesa, podemos asegurarlo del caso Gürtel. Tampoco podemos obviar que el PP, en esas mismas fechas del caso Filesa, tenía el caso Naseiro sobre la mesa (que quedó archivado pues las escuchas eran para un tema de narcotráfico y no podían usarse para investigar otros delitos), de ese caso aparecen otras personas que continuaron su vida en el partido (como el recientemente procesado Zaplana, o el propio Sanchís, extesorero del PP y condenado en este caso por blanqueo de capitales y falsedad documental continuada).
El problema en todo este caso gira más en el comportamiento del propio partido, hasta intentó boicotear el proceso al punto que se le invitó a dejar de ser parte de la acusación, primero, y luego pasó a ser una parte que, finalmente, ha sido determinada su responsabilidad civil. Cuando hablan personas como Casado del ámbito local de los hechos imputados, o que se eligió mal a un par de personas entre miles de campañas y miliantes, olvidan algunas cosas importantes: estamos hablando de Sepúlvera, del círculo íntimo de Aznar (Presidente del gobierno cuando la campaña de Sepúlvera al ayuntamiento se hizo), que ha estado en el Comité Ejecutivo Nacional y ha sido Secretario Nacional del Área Electoral, además de senador, sin contar con que era trabajador de la sede (con esa frase memorable de «no le podíamos despedir porque es funcionario del partido» -no es plenamente literal, pero iba por ahí-). También han condenado a Bárcenas, ascendido a tesorero del partido por Rajoy, y los hechos son de cuando era gerente de la formación nacional. No fueron un par de pueblos pequeños donde ocurrieron cosas, con señores desconocidos; fueron temas de gente muy vinculada a la dirección nacional, que trabajaban ahí y tenían o habían tenido cargos relevantes.
Casado intenta desviar todo el tema al PSOE vinculándolo con los ERE, en ese caso, uno de los más sangrantes en cuanto a corrupción, el PSOE nacional no aparece en ninguna parte, y el andaluz, aunque fuertemente vinculado, tampoco es parte. Vamos, que hay una diferencia con el caso Gürtel en cuanto a la participación de los partidos y, aunque como hecho de corrupción es tal vez muchísimo más grave y, como trabajador, mucho más sangrante, justo Casado que intenta distinguir la dirección nacional de lo local mezcla la PSOE nacional con un tema autonómico donde no se pide responsabilidad del partido. Esto es, incoherencia absoluta.
Cada vez que dicen que Rajoy lo paró, se está señalando un conocimiento y una responsabilidad. Eso o se está mintiendo. Sobre este punto (más o menos) ya hablé en su día:
Si Rajoy no conocía nada de nada, y cuando lo supo le puso freno (como es la versión oficial y la que defienden los medios que le apoyan), es un líder de trapo, un verdadero incompetente que confía en alguien como Luis Bárcenas, Camps, Matas y demás sin cuestionarse nada, donde todos sus subalternos hacen lo que les place y como les place. Es un verdadero incompetente. Lo que es peor: Es un incompetente como líder que no cumple con su deber público (haber denunciado los casos ante la fiscalía, como mínimo) y que usa al partido para proteger a los suyos (los gürtel apoyados por la defensa jurídica del partido, el partido personándose a la causa para trabarla en los tribunales, etc.).
Ahí también ya recojo cuál ha sido la actuación del PP en este caso, no es que apartaran a la gente implicada, es que la protegieron, estuvieron pagando sus defensas y demás. Tampoco podemos obviar que este caso abarca hasta, más o menos, el 2008 (esta sentencia hasta el 2005, pero hay otras piezas que llegan hasta el 2008), con lo que Rajoy ya llevaba 4 años como jefe máximo del partido (previamente, más de 10 implicado en la dirección). Rajoy pudo expulsar a Correa de la sede del partido, pero hizo la vista gorda en cuanto a todo lo demás, sabedor que aún andaba por ahí.
El caso actual es grave y afecta al Partido Popular nacional no solo porque en la sentencia de la Audiencia Nacional se les señale como responsables civiles sino porque se habla de la Caja B de la formación estatal. Igual que en Filesa la sentencia del Tribunal Supremo fue importante porque recogía una financiación ilegal del partido (en los hechos probados), en esta nos recuerdan que hubo una contabilidad paralela en el partido nacional. Pero el PP sigue presentándose como víctima, primero de un «caso contra el PP», una conspiración (cuando Rajoy salió a decir que «todo es falso, salvo alguna cosa», ya vemos que esa «alguna cosa» se cuenta en años de cárcel de condenados por toda la geografía nacional) y ahora de unos malandrines desconocidos que se aprovecharon de las siglas del partido. Su gerente. Gente de la cúpula. No eran «cualquieras» regados por los pueblos profundos de esta España, hablamos de personajes de primera línea, hablamos del presidente del gobierno recibiendo sobresueldos en B hasta el 2008.
Documentos (publicados por el Poder Judicial):
2 comentarios en «Partido Popular: mucho que explicar»