Nos encanta pasarlo todo a binario, a blanco y negro, y obviar los grises. Toda esa escala que genera la combinación del blanco y el negro complica nuestra existencia porque quita certidumbre, el análisis fácil que se puede hacer con la lógica de quien escoge o puede escoger solo entre dos opciones. Eso pasa con los resultados en Cataluña, por muchos del «bando esto-no-es-un-plebiscito» ahora quieren que funcione como si lo fuera y zanjar la cuestión independentista, obviando por completo todos los matices. En el «sí» ocurre algo parecido, sin problemas marginan las diferencias de los dos proyectos que llevan esa marca -aunque parece algo más claro su postura que las del «otro lado»-.
Estas elecciones no han sido como las de los otros años, creo que eso está o debe estar claro para todos los operadores políticos: por primera vez ha ganado un partido o coalición que habló de declarar unilateralmente la independencia si se llegaba a una mayoría absoluta. La suma de sus votos con la otra formación que está en esa misma página -con matices- rozan el 50% en el cómputo de toda Cataluña; lo superan -y eso se destaca poco en la prensa del resto de España- en dos provincias -y con más del 60%, si sumamos las dos opciones parlamentarias por el Sí-.
A pesar de eso, el resultado estuvo lejos de ser óptimo para Junts Pel Sí, la coalición ganadora: entre ambas formaciones han perdido escaños… Eso tampoco significa que se hayan perdido independentistas por el camino, todo hace pensar que, al menos, se han movilizado más -hay más votantes independentistas en número absoluto que en el 2012; unas 100 mil personas más, tras restar a los votantes de Unió de 2015 al CiU de 2012-. La victoria es inapelable, el partido ganador le saca más de veinte puntos al segundo -partido que se queja de la ley electoral obviando que ellos mismos están sobrerrepresentados-.
Pero es que en el «bando» del «No» no todos son iguales, ni todos están de acuerdo o en contra del llamado «derecho a decidir» -celebrar un referendo para dirimir la cuestión de forma clara y vinculante-, así que leer las elecciones como un «ganó el No» y quedarnos tan panchos es un error absoluto al momento de leer los resultados.
Como una aproximación, asumiendo que la postura oficial del partido es la de sus votantes tal cual -eso tampoco es cierto-, y pudiéndome equivocar al interpretar los mensajes, he realizado un pequeño gráfico (que ven coronando esta nota) en que se incluyen los matices de cada una de las «grandes posturas» de las «elecciones plebiscitarias». En «otros» he incluido los partidos que no conozco su postura y los votos en blanco. Acá esa información en un cuadro:
Sobre la independencia | |||
Independencia | Matiz | ||
Sí | 47,74% | Dentro UE | 39,54% |
Fuera UE | 8,20% | ||
No | 50,62% | Con cambios | 42,12% |
Sin cambios | 8,50% | ||
Otros/NS | 1,64% |
Quiero destacar algo: dentro del «no» la mayoría de los partidos están a favor de hacer cambios -incluyendo a Ciudadanos, que con todo su nacionalismo español, también habla de una reforma «de corte federal»-. Diría que en el propio Partido Popular hay voces favorables a una negociación de algún cambio -como se les escapó en campaña-, pero dejo la oficialidad en «lo que tenemos es fruto del acuerdo» y ya. Así que casi el 90% no quieren la situación como está, aunque tampoco deseen la independencia mayoritariamente.
Pero si nos ponemos a ver qué se piensa de un referendo de autodeterminación o del ejercicio del derecho a decidir o llámenlo equis, la cosa ya no está tan empatada, más bien es una victoria clara y clamorosa de celebrar un referendo en Cataluña:
Derecho a decidir / referendo | |
Sí | 59,19% |
No | 39,17% |
Otros/NS | 1,64% |
Así que al menos el 59% de los catalanes han votado por partidos que hablan de una consulta -referendo- sobre el tema de la independencia; creo que ahí la mayoría es suficientemente clara para que el gobierno de España tome nota.
En el «No» he colocado al PSC porque ha variado su postura a un «referendo en toda España por la reforma constitucional», pero estoy más que seguro que la propia formación, si se dan las condiciones, apoyarían la celebración de un referendo en condiciones.
Con lo que tenemos algo totalmente claro: el statu quo no se puede mantener, la mayoría quiere «cambio»; la cuestión -política- es que se pongan de acuerdo -entre ellos y con el resto de España- en la dirección y forma de las modificaciones necesarias y que esta se someta a una consulta popular -parece que sí es algo que debe pasar por la decisión de los votantes-.
3 comentarios en «Sobre el sí y el no en Cataluña, el mundo de los matices»