Por enésima vez escucho lo de «los españoles que nos íbamos, lo hacíamos con papeles» y que, cuando se acababa el contrato, volvían. Se refieren sobre todo a los emigrantes en el resto de Europa (Alemania, Suiza, Bélgica y Francia, fundamentalmente). Sí pero no.
Es cierto que la figura del «trabajador invitado» (los Gastarbeiter en Alemania) sí que movió bastante gente… pero esa fue solo una de las vías empleadas, ni siquiera la principal ya en la segunda mitad del S. XX (y hablamos de una época donde «conseguir papeles» era muchísimo más fácil que ahora).
El contacto directo (trabajador-empresa) para conseguir un visado de trabajo cada vez se usó más, no siempre era «todo legal». Hubo un momento en que explotó el uso de la llamada «tercera vía», que era intentar entrar en Alemania como «turista» (esta es la vía por la que llegan más trabajadores irregulares a España, no es saltando una valla ni en patera*, por si no lo saben) y ahí, si eso, intentar la regularización (con resultados muy variables).
Ya que no era frecuente el avión en aquellas épocas (reservado a los más pudientes), eran las carreteras las plagadas de españoles (también portugueses, italianos y de otros estados «no-ricos») y esto generaba problemas en los países fronterizos (Francia, Bélgica) cuando no dejaban pasar a los «turistas»; estos a veces decidían quedarse en esos otros países.
Como siempre que se recurren a vías no regulares, aparece el timo y la explotación (como ahora, no nos vamos a engañar, por eso de vez en cuando también salen noticias de españoles varados en algún país donde alguien les ofreció trabajo previo pago; y claro, ni trabajo ni nada)… en el apartado de la tesis que ahora pasaré a recomendarles se habla bastante de esto último.
Dentro de la tesis doctoral de Carlos Sanz Díaz, «España y la República Federal de Alemania (1949-1966) política, economía y emigración, entre la guerra fría y la distensión» (Universidad Complutense de Madrid, Facultad de Geografía e Historia, 2005), les recomiendo la lectura de «El fenómeno de la emigración irregular de españoles a Alemania» (páginas 923 y siguientes). (De este autor, aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, también les recomiendo el artículo «Emigración económica, movilización política y relaciones internacionales. Los trabajadores españoles en Alemania, 1960-1966» publicado en «Cuadernos de Historia Contemporánea», nº 23, 2001, páginas 315 a 341).
Algo hay, algo tiene que haber, para que «el español» (como generalización categórica) olvide como emigró, a dónde fue, qué hizo ahí. Como muchos de los que fueron y volvieron jamás aprendieron bien el idioma (más cuando hablamos de familiares «reagrupados» ya con cierta edad).
Pareciera que en España quieren olvidar su propio pasado, poner una carita feliz donde solo se veía miseria; que no parezca que fueron (fuimos) pobres, que no parezca que era la mano de obra barata y explotada en otros lares, sino hablar de los cualificados, que no parezca… pero fue. Pasó.
No puede ser que los españoles realmente hayan endulzado tanto su propio pasado reciente. ¿Es una forma de justificar los abusos actuales contra los inmigrantes?, ¿es una forma de tolerar las propias «faltas» del pasado?
Es como cuando salen con discursos absurdos sobre el bienestar social en el régimen dictatorial anterior, a la par te hablan de la experiencia (positiva) migratoria, ¿no se dan cuenta que los países desde los que se emigra masivamente no son, precisamente, los que tienen las mejores condiciones de vida?, ¿no ven que la mayor cantidad de ingresos desde el exterior en esa época eran las remesas de los emigrantes -no las exportaciones-? Eso sí, ahora se quejan de que los inmigrantes manden remesas a sus familias, porque es «robar dinero» a España.
Tal vez estoy generalizando de forma realmente injusta, tal vez me estoy fijando en esa pequeña minoría que habla en público y difunde esos falsos mitos, cuando la mayoría sí recuerda como fue, qué pasó. Digo tal vez porque estoy cansado de escuchar este mismo discurso «a pie de calle», por así decirlo. ¿Tanto a calado la mentira mil veces repetida?, ¿es preferible pensar que tus padres o abuelos emigraron como santos, vivieron como santos y volvieron como santos a reconocer que se buscaron las habichuelas de la mejor forma que pudieron?
Ya paro, ya paro. Toda esta entrada solo era para recomendarles esa tesis y dar mi granito de arena contra el «todos los españoles iban con papeles».
(Y por poner algo «positivo», mucha gente también es bastante consciente del papel migratorio que, en su día, jugaron los españoles; en Vigo, sin ir muy lejos, tienen monumentos sobre la misma, como plasma la foto con la que abro esta entrada; aunque no sea una buena imagen para retratar la emigración al centro de Europa).
*En plan «patera» también se iban los españoles de manera irregular; más hacia América, claro.
Estimado amigo: interesante su articulo. Le felicito. Me permito enviarle uno mio en que trato tambien el tema
http://www.ics.ul.pt/rdonweb-docs/ICS_AMSanchez_Introduccion_ARI.pdf
Atentamente
Antonio Munoz
Salud
Muchas gracias, Antonio Munoz, por dejar el enlace a su artículo.
Hasta luego ;)