Martha Chávez, la fujimorista que no pertenece a esa familia por excelencia, será la presidenta del Grupo de Trabajo sobre Derechos Humanos dentro de la Comisión de Justicia. Por supuesto, las organizaciones de DD.HH. ya pusieron el grito en el cielo. ¿La respuesta de Chávez? Atacar a la Comisión de la Verdad y Reconciliación -porque el enemigo es quien sacó a la luz los múltiples crímenes… y no critica porque se quedaron cortos, sino porque criticaron a su amado líder y llamaron delito a matanzas que ellos siguen justificando- y a todos los que ella llama «seudo defensores de DD.HH.», que son básicamente todos los que señalamos a los militares y sus mandos -también los políticos- cuando delinquen contra la sociedad en su conjunto vulnerando los DD.HH. Nada nuevo bajo el sol.
La legisladora fujimorista no se cansa de negar los crímenes contra los derechos humanos -juzgados y condenados-, de decir que no todos son iguales ante la ley, de… bueno, comportarse como la perfecta fujimorista. Está en su ideología el justificar ciertos crímenes de Estado. ¿Cuál será su papel en el grupo de trabajo? Evidentemente es perseguir a quienes denuncian los crímenes contra los DD.HH., no hay otra, ya lo dice ella misma cuando carga contra la CVR y, ante las protestas convocadas, ya saca a relucir -de forma velada- su calificativo de violento a los defensores de los DD.HH.
El trabajo del grupo de DD.HH., que preside desde el jueves Chávez, es, entre otros, el de dar seguimiento a las conclusiones de la CVR. Ella, que está en contra de todo lo que es la CVR y cuya bancada no reconoce esas conclusiones. Esto es como nombrar -no me resisto a decirlo, aunque sé que caigo en la dichosa ley de Godwin-, a un nazi convencido y comprobado -no solo ideológico, sino que participó en el gobierno- para que dirija la comisión de reparación a las víctimas del Holocausto. Los dos son negacionistas, los dos fueron parte del Estado Criminal (con mayúsculas), los dos se encargarían de cumplir con las reparaciones… Chávez, que dirige el grupo del cumplimiento de la CVR, quiere hacer exactamente lo contrario, destruir -que no mejorar- el trabajo hecho. El lobo cuidando el gallinero.
La CVR es criticada por la histórica fujimorista por «perseguir militares» -¡y se quedaron cortos!, para mi gusto- y por estar llena de «marxistas-leninistas», este último es un argumento ad hominem; no es por el resultado o el método -esto último algo bastante criticado desde otros ambientes-, sino por las personas que conforman la directiva de la CVR. Estoy seguro que Chávez no ha leído las conclusiones del informe -decir que «solo le adjudicó muertos a las FF.AA.» es no tener ni idea del contenido del mismo, sin hilar nada fino ni profundizar mucho-.
El titular de Justicia en el Congreso ha defendido a Chávez diciendo que tiene tanta legitimidad como cualquiera de los otros congresistas para dirigir un grupo de trabajo… sí y no, hay grupos y grupos, acá robo directamente unas palabras de Godoy sobre el tema:
«[…] terminan avalando una elección similar a la que hubieramos tenido si el congresista Amado Romero hubiera sido elegido para una comisión sobre minería informal o Michael Urtecho asumiera el cargo de presidente de la Comisión de Ética.»
No todos valen para todos los puestos. No puedes poner a un racista declarado dirigiendo un grupo contra el racismo, no puedes poner a un machista declarado en un grupo sobre la igualdad, no puedes poner una negacionista en un grupo para cumplir los DD.HH. Así de simple.
Un comentario en «Chávez al grupo de trabajo de DD.HH., una burla»