Ya tenemos dato de la EPA del primer trimestre del año, como se esperaba, otro desastre. Y se esperaba, claro, por más que en el gobierno hablen de que se están «invirtiendo las tendencias», que la destrucción de empleo «disminuye». A mí me cuesta ver esos dos extremos. Sube el desempleo, baja la tasa de actividad (población en edad de trabajar que busca activamente empleo o ya está ocupada), baja la tasa de ocupación (que no sirve de mucho, pero ahí la tenemos), es que por bajar, sigue bajando la población entre 16 y 64 años (con la que Eurostat juega; algo que ya no tiene sentido cuando se quiere forzar la jubilación a los 67), pero esto último es lógico por tres fenómenos paralelos: el envejecimiento de la población española, el aumento de la emigración (de residentes en general, sin olvidar que el propio gobierno ha invitado a salir a los inmigrantes) y el parón en la inmigración (que se nota desde el 2009… al punto que hoy en España hay 683,5 mil personas menos en edad de trabajar con respecto al primer trimestre de 2009).