Hay determinados distritos que deberían ser, para la izquierda, verdaderas canteras de votos. Pero no lo son. A Susana la han salvado, sobre todo, en los distritos más ricos (o con menos pobreza) de Lima, con algunas excepciones. La campaña ha sido fuertemente personalista, centrada por un lado en Susana Villarán, y por otro en el ex alcalde de Lima, Castañeda y, por extensión además de mérito propio, su regidor hijo. Así, como decía anteayer, mucha gente votó en la primera casilla y se olvidó del resto de la cédula. Otra tanta se ocupó en la primera columna (sobre todo marcando síes) y luego se olvidó de la segunda (y de ahí el segundo salto en los votos en blanco y que un regidor de Fuerza Social se salvara de la quema). Francisco Javier ya desgranó los datos de la ONPE (que aun va en el 66%) en «Lima: Revocatoria 2013 al 54% – suma al 100%», y ya hablé un poco sobre el efecto de los votos blancos en la nota anterior (ya enlazada), con lo que trataré no repetir y traer cruces nuevos.