¿Despolitizar la educación?

Hace unos días Alejandro Toledo, ex presidente del Perú, se reunió con la virtualmente electa como alcaldesa de Lima, Susana Villarán, de Fuerza Social (FS), tras la reunión el ex presidente destacó las «coincidencias» con FS y sacó el tema de la educación (durante la campaña básicamente se «acusó» a Villarán de querer «entregar» la educación al SUTEP, que son los «malos malísimos» en la prensa nacional), y ahí el ex presidente se llenó la boca con «despolitizar la educación», de que se ha hablado mucho de política pero no contenido y demás…

Esa es la forma en que básicamente algunos de nuestros principales políticos entienden su trabajo, donde lo «político» es algo «negativo», donde el «acuerdo nacional» se considera algo «no político» (cuando lo toman partidos), donde no se entiende que Política, con mayúscula, no existe, que todo es «politiqueo partidista»… Sobre este extremo ya hablé (demasiado) hace más de un año en: «De política y Política», así que no ahondaré más en ese entendimiento sesgado sobre lo que es «Política», al menos no en términos generales, y me centraré un poco en el tema de la educación.

La educación ES Política. El sistema educativo ES Política. Lo que tal o cual entienda sobre calidad educativa ES Política. Las formas de enseñar, esto es, la propia pedagogía tiene un contenido ideológico fuerte (por más que pretenda ser científico) que también ES Política. Así que: ¿¡Qué rayos significa «despolitizar la educación»!?

A FS se le ha cuestionado, y mucho, su acuerdo con MNI (y puede que se haya roto ya, antes de que comience la gestión de FS frente a la provincia) y, por pura extensión, con SUTEP (el principal sindicato de profesores de Perú, nos guste o no), se ha mentido descaradamente diciendo que se «entregaría» la educación a dicha entidad sindical y no sé qué mil cosas más sobre su plan de gobierno… ¿Alguien lo ha leído? ¿Lo ha leído Toledo? En dicho plan podemos leer (en los lineamientos, las políticas concretas las pueden encontrar en la página 32):

«Buscamos una educación inclusiva y de calidad, enfrentando las desigualdades. Se promoverá una educación democrática, participativa, critica, solidaria e intercultural. El gobierno de la ciudad debe encarnar la defensa de la educación de calidad para todos los habitantes y en especial para los sectores populares de Lima. En ese marco global se prioriza la atención a la infancia, la conclusión de la secundaria con la incorporación de la masiva educación privada al plan público; la ampliación presupuestal.
(…) y negociaremos en forma responsable con el nivel central algunos ámbitos y decisiones que son importantes para los logros y la calidad de la educación de los niños y niñas de Lima. (…)
Planteamos que la autoridad de la ciudad se centre inicialmente en algunos temas claves del proceso educativo, como mayores recursos e incentivos para promover mejoras en logros básicos de aprendizaje, en la calidad y regulación de los servicios educativos tanto en sector público como privado (actualmente prácticamente desregulado). En nuestro Proyecto para Lima, el gobierno de la ciudad debe encarnar la defensa de la educación de calidad para los sectores populares de Lima. Suscribimos totalmente el Proyecto Educativo Nacional (PEN). (…) Lucharemos por lograr un 6% del PBI para la educación, y una parte de este aumento presupuestal le corresponderá a los niños y niñas de Lima.»

En el plan de FS la llamada «calidad» es central mírese por donde se mire, así como la idea de aumentar el presupuesto para mejoras (se supone tanto de infraestructura como de todo lo demás), esto no significa que sea totalmente coincidente ni con las prioridades que tiene Toledo ni con lo que él o su partido entienden por «calidad» (máxime recordando los cinco años de gobierno de Toledo y su labor en la educación del Perú).

Toledo habla de reconducir el tema al Acuerdo Nacional (no olvidemos que es un acuerdo político, y eso que él dice que hay que despolitizar la educación), pues bien, algunas de las propuestas de FS justamente van en la línea de que se cumpla lo ya acordado en dicha mesa, esto es, temas como el incremento de los fondos en un 0,25% del PIB anual (uno de los objetivos del AN era llegar al 6% de presupuesto para educación, algo que ni siquiera se ha intentado), o mejorar la infraestructura educativa (para reducir las disparidades interdistritales, nos dicen en el PG de FS).

Es cierto que FS se opone (como lo hace SUTEP) al actual sistema de evaluación, pero lo que se olvidan decir los críticos es que plantea una «alternativa», o mejor dicho, plantea que se estudie y aplique una alternativa (que no definen), no quieren volver a una situación en que los docentes no reciben capacitación (actualmente más que deficiente) o no son evaluados, simplemente critican lo que actualmente se hace (que, por otro lado, es un despropósito):

«Coordinaremos con el Gobierno Nacional para contribuir a mejorar la Carrera Pública Magisterial (CPM). Planteamos una evaluación de las evaluaciones realizadas, para avanzar a una evaluación integral justa, considerando la especificidad de la condición docente en la ciudad de Lima. Diálogo con el MED y los maestros para promover el desarrollo profesional docente y una evaluación del desempeño contextualizada.»

Simplemente FS no puede plantear que desde el MML se suspendan o no apliquen determinadas políticas nacionales como el actual sistema de evaluación porque no tiene competencias que se lo permitan, sí puede, como propone, poner sobre la mesa alternativas y quejas sobre el sistema aplicado, que es más que nefasto y no ayuda a evaluar realmente a los educadores (no, esos exámenes no valen para nada).

Ahora bien, volviendo un poco a las palabras de Toledo y su perorata de despolitizar la educación o la escuela, ambas (que no son lo mismo), como digo, son totalmente políticas, solo hay que ver la evolución de las instituciones o el contenido de las asignaturas, así como la configuración de los valores centrales de la misma y su configuración en líneas de actuación y formas de transmitir dichos valores y conocimientos, así como las actitudes y aptitudes buscadas, para darnos cuenta que es algo básicamente ideológico, la propia municipalización que se está emprendiendo en Perú sobre la escuela es una muestra de aplicación política sobre las bases del propio sistema educativo formal.

Y que eso lo diga un ex presidente en cuyo gobierno la educación se manejó como se manejó tiene delito.

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