El APRA, la Constitución y el Congreso

¿Qué quiere hacer el APRA con el Congreso? Algo que no tengo nada claro es cuál es la postura «real» (no la declarada) del APRA con respecto al Congreso, según muchos (que he ido leyendo y cuyos enlaces, lamentablemente, no les puedo proveer), la estrategia se fundamenta en articular un sistema donde el APRA no sufra demasiado lejos de los puestos de cabeza del Congreso, facilitando que la «rabia» por un mal mandato se esfume rápido y ganar votos «castigo» contra el gobierno de turno…

En otras palabras, el APRA es consciente que en el 2011 no se comerá ni las cáscaras de las pipas, pero cree que a mediados del 2013 ya podría sacar un buen resultado electoral, además de poner en jaque a todo el país político mediante unas eternas elecciones de nunca acabar (si ya vivimos con bastantes comicios, es porque aun no han visto una renovación cada dos años y medio, sea total o parcial).

Sin dudas la iniciativa del voto voluntario es positiva, pero ha sido planteada de forma desarticulada y no la han logrado sacar adelante (con el voto en contra de partidos que presentaron iniciativas casi iguales, impresionante pero cierto), y luego está el tema de la renovación por mitades o, en su caso, acortar el periodo de mandato de los congresistas (medida harto popular teniendo en cuenta quiénes son nuestros congresistas y cómo los ve el respetable). Son dos ideas distintas sobre el Congreso (aunque ellos insistan que perfectamente compatibles, pues no, si en una se busca que no haya cambios de mayorías radicales, el otro acorta el tiempo de vida de las mayorías) que solo se explican desde una perspectiva puramente electoralista y de poder (la antes mencionada, cómo lamento no recordar a quién se la leí genialmente expuesta).

A estas medidas hay que sumarles otros pequeños intentos reformistas de la constitución, de menor calado, intentados o anunciados, como el distrito para los ciudadanos residentes en el extranjero, el distrito de Lima-provincias, el que el candidato a presidente pueda (deba pusieron) presentarse al congreso, entre otras muchas, que me dejan la sensación de que el APRA no tiene un proyecto de Congreso, sino que va haciendo (proponiendo más bien) cambios según manden los intereses de cada momento, según la última ocurrencia del rechoncho mandatario, según se le crucen los cables al político de turno, según las encuestas necesiten de alguien insultando al congreso y clamando por más y mejor democracia, en fin, que no existe un proyecto único y amplio de todo lo que tiene que ver con las elecciones, sistema político, partidos y Congreso, al punto que no se avanza ni retrocede en el plan de volver a la bicameralidad, no hablemos ya de la propuesta de la estrella de volver a la constitución del 79, eso se olvidó en cuanto se pudo…

Como digo, hay propuestas interesantes, otras cuyo debate a fondo resultaría, en sí mismo, beneficioso para todos (al  menos nos permitirían reconstruir el imaginario sobre nuestra cámara de representantes), pero al no estar sistematizadas, dentro de un plan, con una concepción clara de qué es y qué debe ser el Congreso, resulta imposible debatir, porque, además, te encuentras con mil parches o medidas que, por mucho que digan, sí son contradictorias (por no hablar que no se puede comparar cámaras bajas con periodos legislativos cortos de parlamentos bicamerales con nuestro Congreso, unicameral), te encuentras con pura inconsistencia, con debates mil veces aplazados hasta que el politiqueo barato necesite cubrir portadas sin hacer nada positivo, te encuentras, al fin y al cabo, con lo que normalmente es nuestro día a día político.

Al final, nuestro Congreso es el chivo expiatorio de un sistema incapaz de funcionar, es un síntoma de unos partidos que no hacen honor a sus nombres, de unos políticos que, encima, le echan la culpa de su insensatez al propio Congreso, del que ellos son parte del «problema», y, por supuesto, de un ejecutivo que le conviene tener al poder legislativo con una imagen de patético dinosaurio inservible, pues gana en legitimidad por puro descarte, podrá echarle las culpas a otro poder de su propia incompetencia (como ya hace), fijará la diana del odio público en la cámara de todos para así tener más libertad para sus propias barbaridades y cochinadas, al que más le interesa que tengamos un legislativo débil es al ejecutivo, no lo duden, porque así se saca fácil las amplias competencias legislativas que de cuando en cuando disfruta, por no decir que deslegitima al principal órgano de fiscalización de sus acciones, todo en uno y facilito. Encima le levanta la popularidad (y bien lo sabe Alan, que desde antes de salir presidente ya cargaba contra el Congreso y anunciaba disoluciones a diestro y siniestro, inconstitucionales, claro, pero la demagogia no conoce de leyes). Tres en uno, un chollo.

¿Que estoy fallando la opinión por todos lados y el APRA sí quiere un debate serio y en profundidad sobre el modelo de representación parlamentaria y el sistema electoral y de partidos? Perfecto, espero que así sea, mientras tanto, me voy sentando a la espera de una propuesta de reforma constitucional amplia y bien articulada, y no los mil y un parches que van presentando o los proyectos o propuestas públicas medio contradictorias nada explicadas.

(Del resto de partidos no hablo mucho, porque o están igual que los del APRA o están peor, el otro «partido» que tenemos, UN, entre que está más desmembrado que pescado en harinera, y que vota en contra de propuestas constitucionales prácticamente calcadas a proyectos que ellos han presentado argumentando lo contrario a lo que dicen en sus proyectos, o simplemente soplan según vengan los vientos mediáticos, tres cuartos para el resto de congresistas y políticos profesionales.)

2 comentarios en «El APRA, la Constitución y el Congreso»

  1. Qué buen resumen de este tema de las reformas del congreso y del accionar del Apra. Ni siquiera se me ocurre mucho más por añadir, salvo tal vez darte la razón en todo. No sé si así es en otros lados, pero aquí ya es más claro que el agua que la política no es más que un negocio, un negocio descaradamente sucio e indiferentemente egoísta. Los niños crecen sabiendo q ser congresista es un golazo xq te llenas de plata sin hacer nada. ¿Políticas a largo plazo? ¿Proyectos de pais? Nada… nuestra sociedad misma es ese pescado en harinera q mencionas.

  2. Salud Luciano

    Muchas gracias por el comentario. Apuntas bien, esto genera, además, un mal mensaje a los menores, pues ven el Congreso como lo ven, y esos serán nuestros futuros gobernantes…

    ¡País!

    Hasta luego ;)

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