Va de cínicos

En Radio Nacional de España hoy entrevistaron a Cristóbal Ricardo Montoro Romero, portavoz del Partido Popular (PP) en la Comisión de Economía y Hacienda en el Congreso de los Diputados (a donde volvió en el 2008 tras su paso por el Parlamento Europeo, elegido por Madrid). Montoro tiene la difícil misión de echar para atrás los Presupuestos Generales del Estado presentados por el Gobierno de España hace nada, el PP presentó una enmienda a la totalidad y ahora una cincuentena (al menos) de enmiendas.

Montoro, quien fuera Ministro de Hacienda durante el segundo gobierno de José María Aznar (PP), en una época en que España desdobló el Ministerio de Economía y Hacienda en el de Economía por un lado (comandado por Rodrigo Rato), y el de Hacienda por otro (con Montoro a la cabeza), defiende con tesón quijotesco que el problema del paro en España se debe al alto gasto corriente de la administración, que de ahí viene el alto déficit y que eso no crea trabajo. Recordó que ellos llevan tiempo pidiendo que se eliminen ministerios «ineficaces» (no deja de ser irónico que lo diga alguien que tuvo una cartera ministerial gracias a que desdoblaran un ministerio que en pocas épocas, y siempre muy pasadas, fueron dos y no uno), por cierto, algo que yo apoyo (pero no soluciona nada).

Espero que Montoro haya simplificado, espero que, si no lo ha hecho, solo repita eso por obligación partidista, porque no me creo que alguien con la formación y la trayectoria que él tiene crea firmemente que el problema está en el gasto corriente (porque se las vio difícil para justificar parcialmente la alta deuda de Madrid, «eso es inversión» dijo, y no «despilfarro en pagos a funcionarios, gasto corriente»), y que simplemente aligerando el peso económico de la administración (lo que gasta para funcionar) se crearían más empleos.

Tampoco, espero, Montoro se crea que la receta que ha dado el PP todos estos años, sobre todo teniendo en cuenta su programa de gobierno para el 2008 (que traía consigo una previsión de crecimiento, menor que la ficticia del gobernante PSOE, pero positiva igualmente), «cree» empleo, espero que no sea tan «cegato» de ver que la burbuja inmobiliaria tuvo poco que ver con el gasto de las distintas administraciones (sí con los ingresos en determinados casos, pero vemos que donde más ha explotado ha sido, justamente, donde las leyes del suelo que valen son del PP y son ellos quienes gobernaban entonces y gobiernan ahora), que la destrucción de determinados sectores industriales (el automotriz o el aéreo) se produjeron a pesar del gasto público (acá con menos autonomías del PP, pero sí con algunas, como la gallega o la castellanoleonesa, que han puesto dinero sobre la mesa para evitar cierres), y que en muchos de esos casos no hablamos de gastos corrientes precisamente (sí transferencias directas o subvenciones).

El gobierno ha despilfarrado, en eso les doy la razón, esos 400 euros deducibles en la declaración de la renta no fueron solo un error, sino que vació parte de las arcas públicas de mala manera, dejando en la estacada programas más beneficiosos. Curiosamente los 400 euros, tan mal ejecutados (porque encima se hizo mal) respondieron a una lógica neoclásica: Si los consumidores disponen de más recursos, gastan más, la demanda crece y con ello todos los sectores que podrán mantener o aumentar la producción. Pero la realidad es tozuda, y nanay, esos 200 euros más en un primer momento se dedicaron, básicamente, al ahorro, el Estado dejó de ingresar por un concepto directo y el mercado no sintió ni una mejora (con lo que el Estado tampoco ingresó por impuestos al consumo esa cantidad extra disponible), todo falló.

Fuera de eso, las dos partidas que más crecen de gasto vienen del «Plan E», que maquilló las cifras del paro durante meses (lo que dicho de una forma más optimista sería como «mantuvo empleo» o «permitió que determinadas personas tuvieran ingresos durante unos meses más», en otras palabras, parcheó la situación laboral unos meses) y de los subsidios a los desempleados (que esto sí es matemático, a más desempleo más gasto). Ninguna de las dos afecta negativamente al empleo (salvo que pensemos que el desempleo es voluntario), una es típicamente keynesiana y aplicada en casi todos los países (otra cosa es que su ejecución pudo mejorarse, que fue más de lo mismo, que se dedicó a un sector que, si bien era el que más empleo destruía, también el que más ajuste necesitaba, etc.) y por sus efectos vemos que fue temporalmente positiva en el plano del empleo, y la otra es parte de lo que se llama «Estado Social», que viene en la Constitución que se supone que el PP defiende.

El problema viene en cómo solventar el aumento del gasto por partidas «sociales», las mismas que el PP se niega a «bajar» (incluso votó a favor de ampliar los 420 euros para parados que ya agotaron su prestación por desempleo, así que dudo que tengan el desparpajo de criticar esa medida de «gasto»), incluso, debemos recordar, que para algunas ellos prometieron más gasto (como en el caso del «cheque bebé», ellos prometieron mil euros más), Montoro defiende que penalizar el consumo no se debe hacer (espero que hayan dejado de poner, los del PP, como ejemplos el litro de leche y la barra de pan, ya que ambos productos están en el tipo súper reducido que no aumentará), así que queda tirar de deuda. Pues eso, dicen -no en esta entrevista- que tampoco, que eso es peor porque hipoteca al próximo gobierno (y tienen razón en esa última apreciación). Así que el déficit lo financiaremos con… ¿Las «chuches» del niño de Rajoy?

Si el gasto social se debe aumentar (insisto: ellos aprobaron ampliar los 420 euros) o al menos no debe bajar (lo han dicho en repetidas ocasiones), tampoco se debe bajar el gasto en I+D+i (y lo han dicho al criticar la partida para ese apartado, que el próximo año descenderá), o se ponen a explicar cómo eliminar ministerios que a duras penas tienen presupuesto (Igualdad y Vivienda, son los que están en la mira), y que sus funciones y gran parte de su estructura tendrá que ser asumida por otros ministerios (manteniéndose buena parte del gasto corriente), dará unos diez mil millones de euros para cubrir el resto de aumentos de gasto.

No digo que una buena reestructuración de los ministerios no ayude (pero por ejemplo, muchos programas que ahora dependen del de Igualdad no se podrían tocar si mantenemos la premisa de no bajar las prestaciones sociales), al menos a no tener tanto déficit, pero sí afirmo que eso directamente no está relacionado con el mercado de trabajo, que el uno más uno que hizo Montoro es un insulto a la inteligencia de los ciudadanos, que los empresarios no se pondrán como locos a contratar personas porque se haya bajado en dos millardos de euros un gasto presupuestado de trescientos ochenta y seis millardos trescientos sesenta millones de euros.

El PP lleva años sin poner sobre la mesa una alternativa real (porque las referencias a su programa, como el salvador del universo y parte del extranjero, resultan risibles habida cuenta que venían con una prevención, para el 2008 y 2009, de crecimiento, y era un programa que no estaba pensado para una crisis), sin atreverse a decir qué ayudas cortarías, diciendo que parte del problema estará en el sistema de financiación de las comunidades autónomas, pero ni vota en contra ni niegan que sus autonomías rechazarán dicha financiación (lo pueden hacer, pueden someterse al sistema anterior si así lo desean), extienden la mano para dar dinero (como pasó con la subvención directa a la compra de vehículos, donde algunas de sus comunidades dieron más que lo que el gobierno proponía) y para recibirlo (como pasará con la financiación autonómica), pero a la par critican ambas cosas, insisten en que no se debe caer en déficit ni aumentar los impuestos para cubrir el mismo, ni al endeudamiento, pero ahí tienes sus comunidades y ciudades, aumentan los impuestos, retoman tasas ya enterradas, tienen unos números rojos de campeonato y un déficit en relación con el PIB que triplica el nacional, una deuda inmensa que no hace más que crecer, y un desempleo disparado (algunas de sus comunidades han pasado de tener los mejores datos a algunos de los peores) y tienen el cuajo de criticar lo que ellos hacen en lo micro al gobierno cuando lo hace en el macro.

Es como con lo del «Plan E», diciendo que no servía para nada y que iba a ser un despilfarro absurdo, y estando en sus manos que más de la mitad de ese dinero no se gastara no lo hicieron, todos sus ayuntamientos se sumaron a realizar obras con ese dinero. ¿Dónde está la crítica? ¿Dónde el problema? Cínicos. El plan del PP para el tema económico es decir una cosa, criticar otra, y hacer lo critican. Y hablar de cinco millones de parados. Por suerte en eso han fallado, ya ha pasado tiempo desde el Aznar aseguraba que ya estábamos por entrar en esa cifra, y por suerte para todos (¿menos para el PP?) eso no ha ocurrido. Al menos aun, que queda mucho por llover, y parece que no escampa.

Proponen, como CiU, bajar los impuestos directos y mantener los indirectos, con esto, dicen, habrá más dinero disponible en las arcas de las empresas que generarán más empleo, con el consumo en aumento se pagará el gasto social que haga falta menos, claro, el de desempleo, que se reducirá por obra y gracia de los empleos creados por los empresarios que disponen de más dinero para gastar. A la par dicen que aumentar los indirectos es cargar el coste de la crisis sobre los de siempre, las clases medias (para ellos las bajas no existen, no sé por qué desde las bajas sí les vemos y hasta hay quien les vota, supongo que es un tema aspiracional), pero en su propio modelo las clases medias son las que pagan la crisis, no con un sobrecoste (un aumento de los impuestos) pero sí en tanto que la partida de ingresos principal para el Estado, mientras que mágicamente ocurre todo, serán los indirectos, y luego también, la carga fiscal, si se bajan más los directos, será comida completamente por los indirectos.

Por otra parte, si no tocamos la Seguridad Social (ni siquiera CiU se atreve a pedir rebaja para todos, solo para las PYMES «que creen empleo», así que el autónomo que a duras penas tira con su trabajo -clase baja- ni siquiera se beneficiaría de ello, cosas de la vida), queda bajar el impuesto de sociedades, que solo lo pagan las empresas con beneficios, así que a las que están en números rojos les da igual que se cobre el 30 o el 25 o el 20%, ya que en ninguno de los casos les sale a pagar, y una empresa, por el simple hecho de tener algo más de dinero disponible, no se pondrá necesariamente ni a reinvertir en su actividad económica ni a contratar más personal ni nada de eso. No funciona así, al menos no siempre.

Pasaría (en gran medida) como con los 400 euros para los consumidores o los millardos para los bancos, la idea de lo segundo era dotar al sistema de liquidez, para que los créditos lleguen al consumidor final o al pequeño empresario, pero los créditos van a cuenta gotas, ¿por qué? Porque los bancos se cuidan las espaldas como antes no hacían, y piden más avales y requisitos para acceder a un crédito, y ya no dan el 100% del valor del mercado de una vivienda, sino el 60 o 70%, con lo que muchos que podrían acceder a un crédito en esas condiciones, no tienen ahorros suficientes para pagar ese 30% del valor de la vivienda a tocateja, con lo que se echan para atrás. Lo mismo pasa con el trabajo, y hay que añadir que estamos en época (desde hace bastante) de descapitalizaciones de las empresas, tener más capital disponible en este momento se puede usar para repartir más dividendos, con ello hacer subir el valor de las acciones y ganar más dinero especulando que generando riqueza (reinvirtiendo), que es lo que han hecho las grandes empresas los últimos años. Y si una empresa va bien, pongamos una PYME con 5 trabajadores, le bajan la cuota de la Seguridad Social (fíjense cómo piden una rebaja en la parte que paga el empresario, no la parte del trabajador) y cinco puntos del impuesto de sociedades, si no tiene necesidad de más personal, no lo contratará (no es a más dinero más personal porque se hace más trabajo que permite ganar más dinero), y si la diferencia no es demasiado grande y la situación (como ahora) no es propicia para invertir en más negocios, ese dinero extra «lo ahorra» el empresario, se lo funde en su propio beneficio y santas pascuas, que él vela por sí mismo, no por la sociedad en su conjunto.

Las teorías neoclásicas fallan más que una escopeta de feria, incluso es de su aplicación de la que viene la actual crisis, de la que se está saliendo por pura inercia más que por el buen funcionamiento de los parches keynesianos que se van poniendo acá y allá.

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