La metamorfosis de Guantánamo

La eliminación de Guantánamo fue una promesa electoral, la firma del inicio del proceso uno de los primeros actos del recientemente electo gobierno de Estados Unidos, pero todo queda más en el lado simbólico y físico que en el real. Cuando decíamos «no» a Guantánamo no nos referíamos a «no a una cárcel concreta ubicada en Cuba», decíamos, muchos de nosotros -me permitirán el plural en tanto que conozco a muchos que compartimos estas ideas-, no a la cárcel con fuero especial, decíamos no a detenciones sin juicios, decíamos no al oscuro estatus de «combatiente enemigo», decíamos no a las torturas sistemáticas, no a los secuestros internacionales, no a tantas cosas… Y ninguna de ellas acabará con el simple cierre físico de Guantánamo.

Por un lado la administración Obama ya determinó que los tribunales especiales continuarán existiendo, al menos para algunos presos, eso no es consuelo. Significa, finalmente, el triunfo de la vulneración de uno de los principios más básicos del proceso judicial: El Juez Natural. Este principio solo puede ser roto cuando hablamos de grandes delitos contra la humanidad y siempre y cuando el país que debiera juzgar al detenido no lo hace. En Guantánamo todos los presos han sido secuestrados y arrancados de los países donde, en su caso, debieron ser juzgados. Y una vez llevados a territorio estadounidense (las bases en el extranjero lo son) lo único que no se podía hacer era crear tribunales ad hoc para juzgarlos, y es lo que se hizo. Y no solo especiales, sino, encima, militares. Así que esto, la vulneración del juez natural mediante la creación de tribunales militares especiales, una vez cerrado Guantánamo, pervivirá. Así que, además, el proceso debido no existe.

Por otro lado Obama ya pidió informes para ver la posibilidad de detenciones indefinidas, y los servicios jurídicos de la Casa Blanca ya respondieron: Es posible detener a una persona indefinidamente bajo la acusación no formal de terrorismo dada su peligrosidad. La administración está convencida de que unos pocos de los secuestrados por su gobierno bajo la llamada lucha contra el terrorismo son culpables, pero no pueden probarlo ni siquiera ante un tribunal especial militar (que no da ninguna garantía sobre el proceso debido). Esas personas serán encerradas como si ya estuvieran condenadas, con lo cual toda garantía procesal desaparece, toda garantía jurídica a defenderse existe solo dentro del proceso, y tendremos que el gobierno, por obra y gracia de la legislación antiterrorista, de facto puede condenar sin pasar por los tribunales. Personas condenadas a cadena perpetua sin que se pruebe delito alguno. ¡Sin que se le acuse siquiera! Y esto se mantendrá tras el cierre de Guantánamo.

La tercera arista se encuentra en el resbaladizo terreno de las deportaciones sin causa ni razón. Personas que no son culpables de nada y que no serán acusadas de nada quedan «libres», pero en gobierno, que las secuestró de sus países en la gran mayoría de casos, no quiere reparar tamaña injusticia ni permitir, como declaró un tribunal hace un tiempo, que pisen suelo estadounidense como hombres libres. ¿Qué hará? Los expulsa hacia países «amigos», previo pago a dichos países por las molestias. Pero estas deportaciones sin razón alguna que las justifique, y ya que no hay una extradición hacia el país del que fueron secuestrados. Tras ser secuestrados serán enviados a terceros países que nada tienen que ver con la violación de sus derechos ni con su origen o residencia previa al secuestro y seguirán siendo vigilados, así que de libertad poca o nada. Así que el secuestro continúa, pero algo diferente, en vez de en pequeñas cárceles bajo el control del ejército estadounidense, en prisiones de oro con apariencia de abiertas en países que ejercerán una vigilancia estrecha sobre personas no condenadas, no acusadas y que, además, se considera que no son peligrosas o nunca lo fueron, pero que no deben volver a sus casas. En definitiva: serán personas no libres fungiendo de libres.

No sé con qué fundamento, por ejemplo, en España se pueden aceptar tres o cuatro de estas personas, previo pago del exportador, imponiéndoles medidas restrictivas a su libertad (seguimiento, restricciones a salir del país, etc.) sin que haya una orden judicial que las justifique, o una acusación concreta que permita a la policía llevar acabo dichas tareas de control sobre un hombre libre. Si se está libre de cargos y no hay condena ni proceso que amerite medidas de seguridad, ¿en base a qué se les impondrá la misma? Y esto lo digo desde una perspectiva que me parece fenomenal que España acoja a estos sujetos torturados por Estados Unidos, pero les debiera dar, de forma inmediata, el reconocimiento de asilados políticos y permitir que ejerzan todas las acciones posibles, en el ámbito judicial, para que se castigue a sus secuestradores y torturadores. Pero claro, esto último, tanto por el acuerdo con el gobierno de Obama como por la reducción del principio de justicia internacional que el PSOE ha pactado con el PP para que la Audiencia Nacional deje de investigar crímenes contra la humanidad en países amigos (Estados Unidos, Israel, China, entre otros).

Obama, al parecer, cerrará Guantánamo como cárcel (la base militar, por supuesto, se queda), pero no dejará de violentar los derechos de quienes estaban secuestrados en esa cárcel, salvo el pequeño grupo que sí será liberado sin más, como ya lo han sido otros tantos. Obama cierra un símbolo, Guantánamo, sin romper con las malas prácticas y acciones llevadas acabo ahí dentro, no se juzgará a nadie por los delitos cometidos por parte del gobierno y sus agentes, en otras palabras, todo cambia para que todo siga igual, Guantánamo sufre una metamorfosis externa pero la gente seguirá sufriendo las mismas consecuencias que estar en esa cárcel acarreaba.

2 comentarios en «La metamorfosis de Guantánamo»

  1. Salud

    No, no me lo había creído (¡aunque me hubiese gustado errar de pleno!), incluso escribí que no cumpliría ninguna de esas promesas más bonitas y «fáciles» de cumplir, como cerrar Guantánamo (al parecer ellos se referían al espacio físico y nosotros a las vulneraciones de derechos ahí cometidas).

    Por lo demás, tiene usted razón (¡y eso es muy triste!).

    Hasta luego y gracias por el comentario ;)

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