La política hace extraños compañeros de cama. No hay duda de ello. Y lo importante, como dijo un pepero asturiano, es ganar, no importa cómo o a qué coste, si no simplemente ganar. Y eso lo saben bien los que están en la llamada alta política, que son lo más bajuno que hay entre los seres humanos. Así pues, los políticos viven en un interminable te quiero pero te odio con los contendientes, en un «siempre estuvimos en guerra con Eurasia, nunca con Eastasia», en plan 1984. Y es lo que le pasa al PP con respecto a los nacionalismos periféricos, saltan de ser el demonio a los amados demócratas con una facilidad pasmosa.
Así lo vivimos con el tema de ETA, que no se debe hablar con los terroristas, que traidor por aquí, que traidor por allá, que dar beneficios penitenciarios es claudicar ante ETA, pero cuando se tira de hemeroteca, uno veía a Aznar llamando a ETA Movimiento de Liberación Vasco, veía a Acebes (uno de los mastines contra Rodríguez Zapatero) decir que no debían haber ni vencedores ni vencidos (¡qué fuerte en alguien que luego sólo decía «la opción es derrotar a ETA»!) y, por supuesto, acercando a los presos de ETA a Euskadi (gesto al cual ni se atrevió Rodríguez Zapatero, una lástima, hubiese ayudado).
Lo mismo pasa con el tema de las lenguas cooficiales, gracias al PP CiU pudo poner la actual política lingüística en Cataluña, quien comenzó una similar en Galicia fue el propio PP, quien mantuvo una del mismo palo en Baleares fue el PP… En fin, para qué voy a seguir, son los pecados que todos conocemos, que cuando los hace el otro (sea el PP, sea el PSOE, sea el que sea) están mal, si los hace uno están bien (sobre la política lingüística en Cataluña, fue el pago del PP a CiU para la gobernabilidad durante el primer periodo del PP en el gobierno tras el docenio del PSOE) y eso lo vimos clarito en las últimas locales, y lo vemos cada vez que un tránfuga apoya a otro partido para cambiar de alcalde. Recuerdo al PP decir que debía gobernar el partido que ganara, pero arrebataron ese honor al PSOE en Canarias, por su parte, el PSOE bramó por la actitud del PP en Canarias, y ellos mantienen tres o cuatro gobiernos así en el resto de España (si no cuento mal, Galicia, Cantabria, Baleares y Cataluña)…
Pero divago… Lo que pasa es que las hemerotecas son traicioneras, y estaba poniendo ejemplos de lo antedicho. Doble rasero y una gran costumbre de contradecir lo anteriormente dicho sin pedir disculpas o explicar el cambio. No podemos negar que las personas se equivocan y cambian de ideas, que rectifican rumbos y demás, lo malo es cuando eso se hace por puro politiqueo barato o cuando, al hacerlo, no se explican las razones del mismo, y es lo que pasa con el PP y el BNG.
Ahora desde el Partido Popular, el propio Rajoy lo ha dicho, se está dispuesto a dialogar con el BNG para armar gobierno en Galicia en el caso que el PP ganara, otra vez, las elecciones autonómicas, y no consiguiera mayoría absoluta (es interesante cómo, con mayoría absoluta mediante, la predisposición al diálogo desaparece y es sustituida por un «tengo la razón siempre y hago las cosas como me da la gana»), se hablaría con los nacionalistas para armar gobierno.
¿Con el Bloque? ¿¡Cómo es posible!? Aun tenemos en nuestras oídos las palabras de Manuel Fraga, fundador del PP y candidato a revalidar presidencia autonómica, cuando comparaba a los nacionalistas gallegos (porque los del PP también son nacionalistas) con ETA, cuando insistía que ese pacto BNG-PSdG facilitaría la creación de terrorismo separatista en Galicia.
Está claro que Fraga se equivocó, no existe una ETA gallega hoy por hoy, y está bien que se den cuenta que pactar con el BNG no es pactar con el diablo, pero no estaría de más que pidieran disculpas por la grosera comparación, que aceptaran que se puede jugar «con los nacionalistas periféricos» (a fin de cuentas, ellos lo han hecho muchas veces, ya sea en el conjunto de España o en alguna de sus regiones), pero lo que hacen es un «no me acuerdo» y pelillos a la mar, que no ha pasado nada. Y es deleznable.
También es curioso cómo cambian los adjetivos que se emplean con los rivales políticos cuando algo se quiere de ellos, el Bloque ha pasado de ser «izquierda radical e independentista» a un bien necesario de pluralidad en España, sin mediar nada en el camino, de ser «esos aliados que odian a España» a ser «la solución para España», ya que el PP se presenta como «más España» donde hay otros nacionalistas, distintos a los españolistas.
Veremos qué hacen los del Bloque, si se venden en plan Ezker Batua-Berdeak en el País Vasco, o si se venden en plan ellos mismos actualmente (esto es, en plan Iniciativa en Cataluña). Como todo, depende de los resultados electorales, igual pasan, rápidamente, a ser otra vez los malos de la película, siempre y cuando el PP pueda gobernar solito, o siguen en su amorío con el PSOE gallego.
Esto es política amigos, lo importante es ganar, si hay que mentir, se miente, si hay que robar, se roba, si hay que perjudicar a los electores, se los perjudica (pero sin que se den cuenta, o echándole la culpa a otros). El poder por el poder. Y por la pasta, claro, que no son tontos ni nada.
Excurso: Sobre esto de doble rasero, política del politiqueo y todo vale, Carlos Carnicero ha escrito un buen artículo de crítica al PSOE en su plan por conquistar las comunidades donde pierde por goleada, ya que parece abandonar, el PSOE, lo poco de socialdemócrata que le quedaba sólo para ganar…