Si algo tienen los «demócratas» (miembros del Partido Demócrata) en Estados Unidos es el poder de cambiar de chaqueta tres veces el mismo día, de decir una cosa y hacer la contraria sin despeinarse y de afirmar que una pared es azul aunque ni sea azul ni sea una pared. Algunos dirigentes demócratas son viejos conocidos, ya sabemos con qué pies patean y todo eso, les tenemos, más bien, calados, mientras que otros son un misterio de hoy digo azul y mañana verde, mientras tanto, voto fucsia, como el aclamado por las masas Barack Obama. Aún no está ni en la carrera presidencial y ya nos muestra su «verdadera» cara (y no será ni esa), vota a favor del presupuesto para la guerra de Iraq sin calendario de salida, vota a favor del espionaje gubernamental.