Se burlan de nosotros, se ríen de los muertos


publicado originalmente en De Igual a Igual

Debe ser eso, un juego en que se ríen de nuestra inteligencia, en nuestra cara, se entretienen viendo quién consigue el titular con la mayor burrada, con quién puede evitar ver la realidad en sus manifestaciones en público. Porque decir que la situación en Iraq es muy buena cuando la gente muere un día sí y otro también en tal cantidad que ya casi ni es noticia, para que al poco salga el otro y asegure, sin ruborizarse ni carcajearse, que Iraq fue una importante victoria estratégica contra el terrorismo, cuando días atrás su propia administración admitía que Iraq no tenía nada que ver con el terrorismo internacional, sólo puede deberse a una extraña competición entre líderes mundiales en un absurdo juego de realizar la mentira más grande o hacer como si desconocieran la realidad…

Ni armas ni vinculación con el terrorismo

¿Qué victoria estratégica contra el terrorismo internacional, según palabras del presidente de Estados Unidos de América, George W. Bush, se puede haber conseguido si el propio pentágono ya ha reconocido, tras una larga investigación con todos los documentos que han recuperado tras la ocupación de un país, que Saddam, aunque realizaba terrorismo de Estado contra ciertos colectivos de su país, no estaba implicado en las redes del terrorismo internacional que justificaron la invasión y nueva subyugación de todo un país?

Bush, encima, ha dicho:

«Mi administración entendió que EEUU no podía retroceder ante el terrorismo. Sabíamos que si no actuábamos, la violencia que consumía a Irak habría empeorado, se habría propagado y, en última instancia, habría llegado al nivel de genocidio».

¿Perdón? Ahora Iraq está inmerso en el terrorismo como nunca antes en su historia reciente, se suma a la violencia cometida por distintos grupúsculos violentos, a la par de la realizada por la resistencia a la ocupación imperialista, y por último tenemos la madre de todas las violencias, la que existía (casi la única que existía) con Saddam Husein, la producida desde el régimen títere y los ejércitos ocupantes, que, no lo olvidemos, no dudan en aplicar y justificar la tortura y en realizar matanzas de civiles que intentan ocultar bajo el horroroso eufemismo de Daños Colaterales.

Y esto sin olvidar que donde antes había agua potable y un mínimo de seguridad y alimentos, ahora no hay nada, desde que el país fue destruido no queda nada más que beneficios para ciertos sujetos que reconstruyen el país sumido en el caos por parte de sus amigos, o venden las armas para seguir alimentando dicha destrucción.

Genocidio, Señor Bush, es lo que usted está perpetrando en Iraq, y apoyando en Palestina, sin contar otras muchas tropelías.

Sin cambiar de tercio, Aznar hace tiempo decidió que nadie sabía, al momento de iniciarse la invasión de Iraq, que las armas de destrucción masiva no existían realmente… Recordemos que Aznar garantizó a todos los españoles que esas armas existían y eran un peligro para el mundo, así pues, bajo este argumento, se hacía necesario el apoyo de España a la guerra que emprendería, poco tiempo después, Estados Unidos. La foto de las Azores es simplemente un pequeño momento en que ciertos hombres jugaron al ajedrez con el mundo y se rieron, en grupo, de todos nosotros.

Muchos años después, siendo el último en enterarse, Aznar reconoció que las armas no existían, sin decir que él nunca tuvo pruebas reales de su existencia (las que presentó Collin Powell en la ONU no eran ni pruebas ni nada), sabiendo que los dos grandes pilares que sostenían el argumento a favor de la guerra, Aznar debería admitir que se apoyó al ir de la mano de los invasores, eso como mínimo, que ahora, con la información que tiene, puede mirar atrás y decir «rayos, la hemos pifiado», pero la autocrítica en la derecha española no existe, y por ello Aznar, criminal de guerra, asegura que:

«actuaría de igual modo. Aunque fue un momento difícil para mí, mi convicción, mi conciencia y mi mente están claras (…) Teníamos que adoptar una decisión difícil, pero era nuestra responsabilidad y el destino de Oriente Medio era de extrema importancia para los europeos, y también para los españoles establecer una alianza muy estrecha y sólida con amigos poderosos».

Mentiras, no son más que sucias mentiras. Cualquier persona que, viendo lo que ha pasado y la refutación de los fundamentos de algo diría, sin dudarlo, que se equivocó. Podría justificarse diciendo que en ese momento no contaba con esos datos, que actuó de buena fe, que nunca creyó que la situación podía empeorar tanto, que la posguerra sería mucho más mortal que la propia guerra, que era imposible prever que una vez entradas las fuerzas de pacificación mundial los talibán, hasta ese momento desconocidos dentro de Iraq, entrarían con tanta fuerza y destrucción, y luego de eso decir que salir ahora es de cobardes, que había que quedarse para arreglar el embrollo, un quien rompe paga, pero se queda con los cascos, cualquier justificación desde el desconocimiento y la actuación con la consciencia tranquila, pero no, eso no sería típico del ex presidente del gobierno español, él no se equivoca, él no ve la realidad, decir que ahora Iraq más segura resulta impropio de una persona que debe ver algún noticiero de vez en cuando, saber que Oriente Próximo está, hoy más que en el último decenio de gobierno de Saddam, al borde de una guerra, y en gran medida gracias al intervencionismo de la administración estadounidense dinamitando la zona.

¿Cómo, a día de hoy, se puede mantener la necesidad de la guerra de Iraq? ¿Cómo son tan falsos de decir que se ha vencido al terrorismo o conseguido la paz en la zona o que ahora los iraquíes tienen más seguridad y libertad individual? No digo ya que no defiendan el estar ahí, por simple responsabilidad pueden alegar, pero sí que, a datos de hoy, debieran reconocer que se equivocaron (o que nos mintieron más bien, pero no podemos pedirle peras al olmo, así pues, digamos que reconozcan la menor)…

Intolerable, totalmente intolerable, que se rían con estas declaraciones de todos nosotros, que continúen manteniendo un régimen de terror vestido de demócrata, y que encima de todo desconozcan la existencia de tantas muertes civiles causadas gracias a su intervención.

Fuentes y notas relacionadas:

2 comentarios en «Se burlan de nosotros, se ríen de los muertos»

  1. DE VER Y NO CREER

    Y pensar que Mario Vargas Llosa sigue con la cantaleta de la llegada de la democracia a Irak. Es de ver y no creer cada uno de sus artículos referidos al tema. Una persona tan sensata en casi cualquier otro asunto… si hasta da la impresión de que le pagaran para decir lo que dice. ¡Qué ciegos podemos ser cuando nos ponemos las anteojeras de la ideología!

    Anónimo Veneciano

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