«Un barco de guerra estadounidense disparó contra una lancha a motor en el Golfo de Suez el lunes, causando la muerte de un egipcio e hiriendo a otros dos, dijeron testigos y fuentes de seguridad» reza la noticia de Reuters. Estados Unidos ya ha admitido, tras un día entero de titubeo y negar la realidad mientras afirmaban que todas las balas cayeron en el mar, haber matado a ese egipcio mientras realizaba «disparos de advertencia en dirección de una pequeña embarcación». Sinceramente, me parecen hechos gravísimos y que no han sido suficientemente cubiertos, parece que los militares estadounidenses tienen una verdadera licencia 007 para poder acabar con todo aquél que consideren peligroso, aunque sea una simple barcaza de venta de provisiones a los barcos que van cruzando el canal.
Este caso tiene algunos detalles destacables, por un lado, no hablamos de un barco militar estadounidense que vio, con toda su paranoia encendida, que una barcaza se acercaba «demasiado» y ya consideraron eso como agresión respondiendo a la misma, realmente estamos ante un carguero mercantil, el «Global Patriot», que según un corresponsal de AFP no cuenta con ninguna identificación de su uso militar, así pues, tenemos a una barcaza que se dedica a la venta ambulante a barcos mayores en una zona concreta del golfo que es repelido a punta de disparos por parte de la dotación de militares que el ejército estadounidense postra sobre los mercantes alquilados. También es importante entender que la primera respuesta del gobierno de EE.UU. fue negar la existencia del asesinado para luego saltar rápidamente al «estamos investigando» que es tan creíble como la afirmación de «disparos de advertencia». También es cierto que las primeras informaciones hablaron de un navío de guerra de EE.UU., pero, según los registros del barco, se trata del mercante fletado ya mencionado.
Respuesta violenta
Obviamente ahora diversas organizaciones terroristas han realizado un llamamiento general a todo aquél con botes o acceso a los mismos a atacar a los barcos militares estadounidenses como respuesta ante el total despotismo de las fuerzas militares estadounidenses. No es que sea la manera de responder ante estos hechos, pero hay que tener en cuenta que la pregunta de «¿Por qué el mundo nos odia?» que más de una vez se hacen los estadounidenses para responder que es por su libertad y otras patrañas en realidad es fácilmente resuelta si vemos cómo actúan los militares y las corporaciones de EE.UU. en todo el mundo. Si ellos van matando, que no se extrañen que luego haya otros que pidan sus cabezas, máxime cuando popularmente admiten la pena de muerte como castigo a un acto similar.
No pueden actuar así
Los barcos estadounidenses, mal que bien, están sometidos a la normativa internacional como el resto, y los soldados no pueden tomar con tanta ligereza la vida de otra persona apenas sospechan que se producirá una agresión, hay que recordar que para la existencia de legítima defensa debe existir una agresión real, y está claro que un pequeño barco mercante que hace oídos sordos a un carguero grande que les pide que se alejen es, cuanto menos, una situación muy alejada a una agresión como para justificar disparos, mucho menos contra la propia barcaza. Y está claro que no disparaban como advertencia, en tanto que no sólo murió uno de los ocupantes de la embarcación, sino que otros dos salieron heridos. No pueden pegar y luego preguntar.
Por otra parte, ya es constante en la administración estadounidense que nieguen los hechos para luego, a la vista de las pruebas, cambiar la versión, así pues de un seguro «todos los tiros cayeron en el agua» se ha pasado al «lamentamos la muerte» (donde debieran decir «investigamos el asesinato») y, recién ahí, comienzan a defender que hay que investigar antes de adelantar conclusiones (por supuesto, se olvidan que el día anterior ellos ya manifestaban enérgicos sus conclusiones).
¿A cuánta gente deben matar para cambiar de actitud?