Más que confirmado, el Partido Popular ya no es el ojito derecho del político y escritor peruano Mario Vargas Llosa, que con todo pide el voto por Unión Progreso y Democracia, organización que día sí y día también se va cayendo a la derecha más moderada y con cierto nacionalismo españolista. Ya hace un tiempo comenté cómo el Señor L se acercó a UPyD (que cometieron el gran error de usar unas siglas ya cogidas en el registro de partidos y ahora se mandan con mostrar dos siglas, unas como «logo» o «marca» y otras tras el nombre -como se ponen las siglas oficiales-), pero mantuvo su relación pública con el PP, pero ya una cosa distinta es pedir el voto por «otra» formación.
Hoy ha salido un libro «upydista» llamado «Política Razonable», escrito entre varios integrantes de UPyD o gente muy afín. De los integrantes de UPyD tenemos al filósofo y principal promotor de ese partido, Fernando Savater, la política estrella fichada por UPyD tras su renuncia al PSOE y actual candidata por Madrid, Rosa Díez, el escritor, letra j y candidato al senado por madrid, Álvaro Pombo García de los Ríos, el cabeza de lista en Valencia, uno de los fundadores de Basta Ya y filósofo, Carlos Martínez Gorriarán. Junto con ellos, el libro cuenta con la rúbrica y trabajo del dramaturgo Albert Boadella, que fue uno de quienes propulsó Ciudadanos – Partido de la Ciudadanía (desde su primera etapa, para luego desligarse del mismo tras el segundo Congreso de ese partido, en el que se presentó para dirigir la formación política contra el más que cuestionado y cuestionable Albert Rivera, cuando perdió se retiró de la formación) y del escritor y político derechista peruano, Señor L, Vargas Llosa.
Muchos de ustedes dirán «otra vez Vargas Llosa cambiando de chaqueta», pero tal vez esta vez no sea el caso, UPyD no es «la alternativa de izquierdas» al PSOE (dentro de la izquierda más tímida), esto es, la parte «socialdemócrata» que uno podría esperar encontrar en el programa de una histórica del PSOE no se ve demasiado, la mano de Savater tampoco va por ese camino (es curioso, pasaron de ser «los que no estaban de acuerdo con Zapatero en el «tema nacional» reafirmándose como un partido de centro izquierda a uno «transversal», que es decir nada realmente, por más que se diga -como hace Rosa Díez- que las definiciones de «izquierda y derecha» son obsoletas -¡nada más lejos de la realidad!-).
Obviamente el rechazo de Vargas Llosa al PP no se debe tanto a una deriva izquierdista de su persona, sino al excesivo conservadurismo social que se está empeñando en mostrar el Partido Popular. Vargas Llosa declara en el libro que él está cerca de las propuestas económicas del PP, en el tema de defender «la unidad española» pero que actitudes como la mostrada por los populares con respecto al laicismo chocan con el ideario liberal que él dice defender, a la par afirma «que medidas como la despenalización del aborto, los matrimonios gays y el derecho de las parejas homosexuales a adoptar niños, son medidas de progreso que aumentan la libertad y los derechos humanos en España» y no entiende que el PP rechace dichos planteamientos (curiosamente Savater rechaza el tema de la adopción por parte de homosexuales). Es curiosa la razón (una de tantas al parecer) de por qué no apoya a Rodríguez Zapatero, Señor L afirma que la política del presidente «ha tenido el efecto perverso de crear la ilusión mentirosa de que puede haber nacionalismos progresistas».
No sé qué impacto real puede tener sobre los electores del PP que uno de sus intelectuales de referencia (de los que el resto de partidos de este barrio no tira todo tipo de desechos biológicos) pida el voto para una formación que, esperaban, quitara votos al Partido Socialista gobernante, ¡no a ellos! Aunque claro, es un «intelectual» que publicaba en El País (el diario vinculado al PSOE durante tal vez demasiado tiempo y que sólo el fútbol -larga historia- les está separando) ya es «sospechoso», aunque fuera amigo personal de José María Aznar (que tan bien hablaba de él), del azote de todos Federico Jiménez Losantos (participó desde la fundación en la revista La Ilustración Liberal de la que luego nacería Libertad Digital) y ha trabajado más de una vez con (en) la FAES (fundación de las más derechistas del PP para fundamentar con seudociencia social sus teorías y posturas), pero no deja de ser curioso que en el PP ya no quepa la gente que, siendo liberal, no sea excesivamente conservadora, porque no es que Vargas Llosa sea un progresista ni mucho menos, pero es que al lado de los Acebes (Legionario de Cristo), cualquiera es anticonservador. En fin, que el PP sigue espantando a la gente con dos dedos de frente y sin intereses económicos directos o ganas de quemar a otras personas en hogueras públicas.
Cabe decir que entre UPyD y el PP no tengo que ni pensármelo. Suerte que no sean mis dos únicas opciones (no digo que voten por UPyD, sí digo que no voten ni de casualidad por el PP).
Excurso: La coalición entre Centro Democrático y Social (CDS, la fundada -según ellos- por Adolfo Suárez en 1982 como una escisión de Unión de Centro Democrático) y Unión Centrista Liberal (UCL) es una de las dos formaciones políticas totalmente rechazadas para presentarse en las elecciones (la otra es ANV), el PP se opuso a CDS al considerar que el CDS de verdad se integró en las filas del PP en el 2004, ahora estamos ante un interesante caso de «pertenencia de siglas». Lo curioso es que en las pasadas locales (de hace un año) la JEC rechazó la impugnación por parte del PP a las candidaturas del CDS bajo el mismo motivo. En todo caso, el argumento del PP de «el partido fue disuelto» no me parece (según lo que sé) aceptable en tanto que el partido no se disolvió según sus propios estatutos o los procedimientos que marca la ley, así que simplemente el PP asumió que los integrantes de CDS que se pasaban a sus filas lo hacían con siglas y todo, y según la actual CDS así no son las cosas. El PP, está claro, no quiere competencia en el «centro liberal» (del que reclaman la absoluta propiedad), y menos si se les va de las manos la «memoria» de Suárez.
Un comentario en «Vargas Llosa se queda con Rosa»