En los últimos años hemos visto la creciente criminalización de amplios sectores de la sociedad, y ni siquiera por sus acciones, sino por sus pensamientos o críticas, más o menos fuertes o certeras, pero críticas a fin de cuentas. Entre los grupos musicales criminalizados por organizaciones como la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT le llaman, es el brazo socialmente armado del Partido Popular) se encuentra Soziedad Alkoholika, ellos mismos cuentan en su web los cinco años de persecución por parte de la derecha española. En esta bitácora mencioné la absolución por parte de la AN a este grupo, tras querella interpuesta por la AVT bajo la acusación de «enaltecimiento del terrorismo» y «menosprecio a las víctimas», absolución refrendada por el TS, ahora la AVT ha sido condenada a pagar las costas del proceso judicial.
El presidente de la AVT, Francisco José Alcaraz, está inmerso en un proceso penal tras la querella del colectivo Abogados Demócratas por Europa (Adade) bajo «injurias al gobierno» (por declaraciones de Alcaraz como «Zapatero es el embajador de ETA» y «el presidente está fomentando el chantaje de ETA»). La verdad es que espero que este proceso no llegue a buen puerto, pero me alegro mucho que tengan que pagar las costas judiciales de su persecución a Soziedad Alkoholika, y la han sacado muy barata.
No creo que hayan hecho daño alguno al honor de SA, ya que quienes creyeron las patrañas de la AVT no son quienes suelen escuchar a grupos como SA, y poco les importa lo que piense gentuza como la que dirige la AVT. Eso sí, un buen dinero sí que han perdido al ser canceladas algunas de sus actuaciones por culpa de la presión ejercida por la AVT a los patrocinadores de algunos eventos musicales que, a su vez, amenazaron a los organizadores de estos eventos y los mismos se arrodillaron ante los que tienen el dinero y dieron fin anticipado a la actuación no iniciada de SA, por esa parte, sí debieran reclamar el dinero que dejaron de ingresar por la campaña de acoso recibida desde la periferia de Génova. Muchos pueblos, para sus fiestas, cancelaron los precontratos con el grupo vasco tras las fuertes presiones de la AVT, que no dudaba de reprochar como proetarra a todo aquél que osara contratar al grupo hardcore punk.
Como curiosidad, el primero en archivar la causa (y que fuera recurrido) fue Baltasar Garzón, conocido por todos por la teoría de «todos son ETA», es de los que más amplia criminalización realizan para un sector de la sociedad vasca, y aún así, él que es propenso a ver etarras hasta en la sopa, no encontró apología al terrorismo en los textos de SA, incluso señala que por más «rechazables» que resulten las letras, no había enaltecimiento (y limita bastante el precepto, para evitar criminalizaciones generalizadas sobre comportamientos de crítica genéricos), a la par recordó que algunas de las canciones recurridas llevan años sin ser cantadas por el grupo (aunque no estén descatalogadas), y fueron, además, anteriores a la tipificación del enaltecimiento del terrorismo (así pues, tampoco hubiesen sido condenadas por ellas), y ahí es donde queda más que clara la persecución política de la AVT a grupos como SA, se basan en lo que sea para acusarles, aunque ya no sea música de su repertorio, aunque lo estén sacando todo de contexto, aunque no tengan más fundamento real que el simple berrinche, y todo eso lo consiguen gracias a medios que siguen al pie de la letra los dictados de Alcaraz y similares (como cuando en El Mundo aparecía información sensiblemente distinta a la del resto de medios al respecto de este caso, como con el tema de los guardias civiles que testificaron como peritos).
La AVT debe entender, con todo lo que está pasando ahora, que no está por encima de la ley, que no se puede escudar constantemente en las víctimas para ciscarse en todo lo que no le gusta, y que esas mismas leyes que usan para decir todas las barbaridades y mentiras que tienden a soltar son, o pueden ser, usadas en su contra ya que cometen, con frecuencia, delitos o ilícitos civiles que ellos mismos repudian a otros (lo de siempre, mirar la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio).
La AVT debe de dejar de usar a las víctimas para hacer campaña por el Partido Popular, esto es, que hagan la campaña que quieran, pero que no se pongan como representantes últimos y absolutos de todas las víctimas, y como portadores de la verdad absoluta y hacedores de la política penal de España (no hay nada peor que dejar a las víctimas redactar las sanciones de los victimatarios), y si quieren hacerle un bien a su causa, y ya como consejo, deben dejar de buscar enemigos criminalizando a todos los que no opinan como ellos, que somos muchos y no ponemos bombas bajo sus coches.
La AVT no aprende, y sigue (y siguió) acusando públicamente (socialmente si se prefiere) a SA de enaltecimiento del terrorismo, con lo que ya rozaría la calumnia, en tanto está más que probado que el delito no existe, el insistir en el mismo tras una absolución tan tajante (dos tribunales y un juez instructor, lo raro es que hayan conseguido tantas sentencias y resoluciones contrarias a su propia causa), y por ello la condena de las costas (temerario seguro que dice el Supremo, abuso del derecho de recurrir en todo caso), la AVT puede mostrar toda su repulsa a las letras que no le gustan, pero no debe mañosear el lenguaje y llamar terrorista a lo que no lo es.
A veces parece que la AVT extraña las épocas en que existían los delitos de opinión, por suerte ni siquiera el enaltecimiento se ha vuelto (del todo) un delito de opinión (aunque corre ese peligro de forma constante, y a veces algunas condenas se acercan peligrosamente al delito de opinión), y tiene límites en este sentido más o menos claro, que hiera la sensibilidad de algunos no lo convierte en terrorista. Como dijo el Juez Instructor de la causa, Baltasar Garzón: «Se puede estar y, este instructor lo esta en contra de esos contenidos, y no compartirlos, pero no puede esa discrepancia ideológica llegar a criminalizar lo que es ejercicio del derecho de libertades de expresión y opinión que constitucionalmente están reconocidas y por tanto es obligación su defensa» (negrita mía).
Véase también:
- AVT, condenada a pagar 4.000 euros de indemnización al grupo Soziedad Alkohólica en A Las Barricadas.
Excurso: Es interesante ver letras de canciones totalmente reproducidas en una sentencia de la AN. También cabe indicar que la primera declaración totalmente contraria a ETA recogida por la Sentencia es del 2000, en la que hablan de diálogo como forma de superar conflictos dentro de las democracias y afirman que «ser vasco y tener canciones en contra de la policía y contra lo que no nos gusta, no es lo mismo que apoyar a ETA» a la par que ponen en contexto la canción «Explota Zerdo» al hablar de que se quejan de esa policía que, muchos años atrás (cuando se escribió esa letra) entraba a bares criminalizando a la sociedad, buscando a los que «fumaban porros» y tal. El propio Tribunal Constitucional avisó en su momento que se debía tener cuidado con la aplicación de este delito de enaltecimiento al terrorismo (doctrina recogida en la sentencia absolutoria) para que no se volviera un «instrumento dirigido a controlar a la disidencia política», que es lo que pretende AVT y otros agentes políticos.
Un comentario en «Llamar a todos «terroristas» tampoco vale»