Se vienen las elecciones (¿O ya estaban?)

La participación es vital en estas elecciones, el gobierno de Rodríguez Zapatero pende de un hilo delgadísima, y está fuertemente amenazado por parte del absentismo electoral, que se la tiene más que jurada a la izquierda y centro izquierda española (cada vez que aparece el absentismo, la derecha gana), así pues, la izquierda digital se está movilizando para ver si se consigue una mayor participación, si cabe, que las de las anteriores elecciones, y dentro de este contexto me encuentro con dos iniciativas paralelas con intereses similares.

Por un lado, está No Vamos a Ser Menos, iniciativa andaluza que se pone como meta el 77% de las autonómicas extremeñas, que aunque no se define como partidaria de la izquierda, la veo desde esta perspectiva por dos razones: Hasta ahora la abstención ha favorecido a la derecha (y esto más o menos lo sabe todo el mundo) y la mayoría de la gente que veo que está suscrita a la iniciativa pertenece a círculos izquierdistas (digamos que Sociedad de las Indias Electrónicas, uno de los impulsores de la medida, no tiene gente precisamente de derechas). Dentro de la democracia representativa, No Vamos a Ser Menos propone lo más básico, el ir a votar. Como hecho de protesta, de certidumbre, de deseo claro, como dicen, no ir se puede interpretar de muchas formas, ir y votar sólo de una, de la que dice tu papeleta (excluyamos entonces votar en blanco o nulo, salvo que votes al partido Ciudadanos en Blanco, claro). Suena a poco, lo sé, pero es como se mueven, es lo básico. Para pedir hay que participar.

Por otro lado, iniciativa mucho más socialdemócrata, o al menos, pesoera, de lo que se podría imaginar, tenemos Proyecto 80%, bajo el lema de «¿Qué pasaría si consiguiésemos alcanzar una participación en las elecciones generales del 80%?«, que nace de las manos de la bitácora La Sombra de Aznar, con la participación de mucha gente, por supuesto. El 80% refiere a la cifra récord de participación (que fue, en realidad, del 79.97%) de las elecciones de 1982, año en que el PSOE consiguió la nada despreciable cifra de 202 diputados (esto es, la máxima mayoría absoluta), también se avisa que esto es un toque de atención para el PSOE, para que aprenda a escuchar a las bases, a sus votantes, un «podemos movilizarnos y darles una grandísima patada». Sobre la campaña y tal, recomiendo la lectura de una entrada de Júcaro titulada «Si estamos de campaña, que se note«, en la que, entre otras cosas, se recogen los artículos de otra gente que habla sobre la iniciativa, muchos, pero que muchos, y bastantes interesantes, así se pueden pasar y leerlos.

Está claro que el PSOE necesita movilizar a la gente, no sólo a la suya, sino al llamado voto útil, por su parte, Izquierda Unida no sólo necesita movilizar más gente de la habitual, sino que deben recuperar todo el voto útil que puede caer en el PSOE, o que cayó ya la vez pasada. Al PSOE, por cierto, le convienen, y bastante, las encuestas que dan el empate técnico como resultado final, ya que incentiva, y mucho, el voto útil. En España la izquierda se tapa la nariz con cierta facilidad para votar al PSOE, antes sociata que pepera, al menos tras el legado de Aznar.

La película de IU

Como lo oyen. Bueno, es un corto. Y es virtual. Como los escaños que van a conseguir si siguen como van, por más millón de votos que tenga el partido dirigido por Gaspar Llamazares. El corto de seis minutos muestra al Gaspar Llamazares más ridículo posible, con un mal traje de superhéroe rojiverde, con cinturón republicano incluido. Y yo que pensaba que mi Capitán España, todo casposo, era lo peor que había parido madre, hasta ver la imagen que Público saca. Lo increíble es que todo esto lo hagan básicamente dentro de SecondLife, el mayor fracaso de mundo virtual, pero a la par el más publicitado por los grandes medios, y en todo caso, el más claro ejemplo de capitalismo rampante en la Internet en tres dimensiones. Y vamos a ver a un superhéroe atacando a un ser blandito (Rodríguez Zapatero, para el que no se haya enterado), el colmo de los colmos.

La derecha anda en otra nota

Uno de los argumentos esgrimidos por Mariano Rajoy para excluir a Alberto Ruiz Gallardón y a Esperanza Aguirre de la lista para el Congreso de los Diputados para las próximas elecciones fue, o es, que han sido recientemente elegidos para desempeñar un cargo y que abandonarlo tan pronto no sería positivo ni para los intereses generales ni para el partido (aunque, realmente, en el comunicado oficial de la marcha y este día tan movido con este tema, no se arguye esta razón, pero sí se deja caer que es mejor que continúen en sus puestos, literalmente: «(…) intereses generales y los del Partido Popular es que ambos continúen al frente de sus respectivas responsabilidades institucionales para las que fueron elegidos por los ciudadanos hace escasos meses»). Y aún así, tres alcaldes de capitales de provincia, van en sus listas al Congreso, los alcaldes son los de Cádiz, Burgos y Oviedo. Así pues, Teófila Matínez, Gabino de Lorenzo y Juan Carlos Aparicio si estarán en las listas del PP.

También se decía que existe una incompatibilidad estatutaria, esto es, que los estatutos del PP prohíben, en principio, que un alcalde en funciones se presente al Congreso de los Diputados, pero claro, esos mismos estatutos dan un poder de Dios al Líder y los que actúan en su nombre, así pues, él puede establecer excepciones (y entre todos los candidatos del PP, hay al menos esas tres excepciones, las mencionadas en el primer párrafo, junto con unas cuantas más de alcaldes menores), en todo caso, el partido decidirá, tras las elecciones, si esas personas deben dimitir de sus otros cargos públicos… Por cierto, hasta el inefable Fraga considera que el PP puede perder votos por esto de no incluir a ARG en sus listas, hecho que ya ha aprovechado el PSOE e IU para atacar al PP, es divertido ver todo el circo.