Es difícil pronunciarse sobre la legalidad total de la toma de custodia de Emmanuel, el hijo de una secuestrada (Clara Rojas) y, tal vez, un guerrillero de las FARC, por parte del Instituto de Bienestar Familiar colombiano, en tanto que, según reza la noticia, se retiró la custodia a la familia de acogida (conocidos de los guerrilleros) por el estado de salud del niño, y la noticia no dice, claro, nada más. No indica si el gobierno, al momento de retirar la custodia a esta familia, ya conocía que era Emmanuel, dato que sería importante en todo este «toma y daca» entre el gobierno de Uribe y los guerrilleros de las FARC, con papelón incluido del presidente Chávez de Venezuela.
Las FARC acusan a Álvaro Uribe de tener secuestrado al niño, con el que se está haciendo, por parte de los dos bandos, más política barata que bien al pequeño. Las FARC son muy claras en este sentido, cuentan que el niño fue llevado a Bogotá por la situación de la zona de guerra (contra la información del gobierno colombiano, que habla del mal estado de salud del pequeño), y es durante el «acuerdo» que habían tenido con el gobierno de Hugo Chávez y el anuncio de la liberación de Clara Rojas, el pequeño y Consuelo Gonzáles en que el gobierno colombiano «secuestra» al niño para sabotear por completo la entrega de los secuestrados al gobierno de Venezuela para que estos, a su vez, devolvieran sanos y salvos a Colombia a las dos presas y el infante.
Aunque la información sobre el tiempo que lleva el niño en un orfanato de Bogotá contradice la versión de la guerrilla, en tanto que el niño parece que lleva al menos dos años en un orfanato de la capital colombiana. Esto es, el «secuestro» del niño se habría producido, en todo caso, hace dos años, y no ahora dentro del plan de liberación. Y las FARC sólo han reconocido que el gobierno colombiano tiene al niño al conocer los informes médicos sobre el ADN coincidente entre el menor y su, ahora seguro, abuela materna.
Mientras tanto, en la esfera internacional, Chávez quedó solo, con el circo montado y los circenses desilusionados, y acusó con toda su verborrea habitual contra el presidente Colombiano, diciendo que es un mentiroso (es que Chávez no tiene mucho vocabulario) y coincidiendo con las FARC que la culpa de que no se produjera la liberación es del presidente del país vecino. A esto Uribe ha respondido con una fuerza brutal de quien se sabe ganador (¿de qué?), cargando contra las FARC por no cumplir nunca con su palabra (algo que, curiosamente, había dicho cuando las FARC anunciaron la liberación sin condiciones de tres secuestrados) y contra Chávez por «legitimar» a las FARC.
En este caso quedan más preguntas que respuestas, al menos para los que lo vemos desde fuera: ¿Si el gobierno ya tenía al niño, por qué las FARC lo pusieron entre los posibles liberados? Hay que tener en cuenta que el gobierno colombiano se encargó bien de hacer propaganda con el pequeño nacido en circunstancias extrañas y de cautiverio. ¿Las FARC pensaban llevar al niño de Bogotá a la zona de conflicto para a su vez llevarlo a la selva y liberarlo junto con su madre y la ex congresista y así cumplir «su parte» de una decisión unilateral? ¿De verdad, el gobierno colombiano, tiene al niño desde hace dos años? ¿Hasta hace poco no sabía quién era el niño del orfanato realmente? ¿En qué circunstancias reales se quitó la custodia a quienes la tenían en Bogotá? ¿Por qué las FARC esperaron tanto para acusar al gobierno de secuestro? ¿No hubiera sido más fácil, desde que se comenzó a hablar del niño, haber dicho que no estaba entre ellos o que el gobierno lo tenía secuestrado? ¿Por qué si el niño ya lo tiene el gobierno las FARC no piden que se entregue a su verdadera madre a la par que liberan a dos personas mientras mantienen la acusación de secuestro e intento de boicot de la liberación anunciada?
No creo, en este caso, la excusa simplista e insuficiente de las FARC para no entregar a dos de las tres personas que ellos mantienen bajo cautiverio mientras inician una carrera de descrédito al gobierno por el secuestro de un menor (en el caso que el gobierno retirara la custodia a los tutores sabiendo quién era el niño), tampoco creo al gobierno colombiano, que ha preferido soltar una bomba que hacer lo correcto en todo este embrollo, no creo que la historia del niño sea exactamente como la versión oficial la pinta, por no decir que es un gobierno torturador que no cree, para nada, en el diálogo con la guerrilla en ningún sentido.