Ideas varias sobre la próxima bicameralidad

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La Comisión de Constitución ha aprobado la reforma para reintroducir en Perú la Bicameralidad. Este es uno de los debates que más me gustan, en cuanto a los sistemas representativos (al lado del sistema electoral en su conjunto, y del equilibrio de poderes). Hay que partir de algunas cuestiones: El tener una o dos cámaras (o tres o las que se tercien) no mejoran ni empeoran un sistema representativo, depende mucho de lo que se quiera conseguir con el mismo, de los poderes y la configuración da cada cámara (o del sistema parlamentario en sí) y de, por supuesto, las personas que ocupan las cámaras. De nada valen si todos o la mayoría son incompetentes o corruptos, y esto no lo soluciona, como por arte de magia, la existencia de más de una cámara, ni tampoco significa que la segunda cámara tendrá los vicios de la primera, no necesariamente.

Una vez dicho esto, nos debemos plantear por qué necesitamos dos cámaras, que funciones debe tener cada recinto, los poderes y contrapoderes, y por supuesto, el sistema por el cual se eligen a los miembros. Hasta ahora no me queda claro los argumentos para volver al sistema bicameral de quienes lo proponen, esto es, lo plantean como un fin en sí mismo, sin explicar demasiado bien el por qué se busca dicho objetivo. Esto levanta suspicacias entre la población, que ve en el retorno a la bicamerialidad «más gasto y más de lo mismo», cuando lo que tenemos es una peste de representantes (vamos, un Congreso plagado de escándalos y sobre el que pesa la alta corrupción alcanzada durante el fujimorato).

Esta reforma aprobada crearía una segunda cámara básicamente de reflexión, sin competencias legislativas (sin iniciativa), lo cual no sé hasta qué punto puede resultar realmente útil, si es que no se elimina la posibilidad de veto por parte del presidente de la República (esto es, la posibilidad constitucional que tiene el presidente de observar las leyes aprobadas por el parlamento, previsto en el artículo 108, párrafo segundo, de la Constitución del Perú). Poder de observación que el presidente también tenía en la constitución de 1979 (a la que se «copia» parcialmente el sistema de promulgación de leyes), en su artículo 193, párrafo segundo.

Personalmente me inclino, dentro de los sistemas burgueses de parlamentos representativos, y para países como Perú, por un parlamento bicameral, donde los representantes de la cámara baja (Congreso o Cámara de Diputados) sean elegidos en una circunscripción única en todo el territorio nacional, y el Senado (Cámara alta) sea la representación de los territorios, por tanto, la circunscripción electoral sería la Región (hace no mucho jugué con los resultados electorales para ver cómo, con la misma votación, salía un reparto distinto entre una circunscripción única y una múltiple, tanto con como sin valla o barrera electoral). Para guardar las lógicas de la representación, la valla electoral estatal en el sistema de circunscripción múltiple resulta indeseable (y es una de las cuestiones que no se ha planteado nuestro Congreso en esta reforma constitucional aprobada en Comisión).

Las cámaras debieran tener competencias muy similares (ambas debieran tener iniciativa legislativa y poder fiscalizador sobre el gobierno, cuanto menos), aunque el Congreso debiera estar en una posición preeminente en tanto es la representativa de todos por igual (y no de los ciudadanos según las regiones). También puede ser necesario articular un mecanismo práctico de comunicación entre las comisiones, por no decir que las mismas, según su naturaleza, puedan tener representantes de ambas cámaras. Sí resulta deseable que algunas materias fueran de preferible iniciativa en el Senado (por ejemplo, todas las materias más territoriales o enfocadas a una región en concreto) o del congreso (la primera aprobación de los presupuestos generales, materia penal y laboral, etc.).

En el Senado, además, resultaría interesante una participación directa, en paralelo a los senadores electos de forma directa, de los distintos representantes locales, esto es, desde los regidores y alcaldes municipales hasta los presidentes regionales, al menos en la propuesta de ciertas medidas que tengan que ver con la descentralización o desconcentración, o ciertas legislaciones que les afecte especialmente. El Senado, en este sentido, debe servir para mejorar y optimizar la descentralización del Perú. Sobre todo si funcionara, en los asuntos «más importantes» como poco, mediante el mandato vinculante.

Es importante, a la par, mejorar el sistema electoral, introducir la revocatoria de los mandatarios, e instaurar el voto voluntario. Junto con ello, el acceso a ser candidato debiera ser mucho más sencillo (no entiendo la necesidad de pedir firmas, sobre todo por la cantidad)… En fin, y un sin número de modificaciones, unas más grandes y otras más pequeñas, que resultan necesarias para afinar y democratizar nuestro sistema representativo.

Sobre el actual proceso de reforma constitucional: Brilla la falta de información, la falta de fundamentación y un deseo perverso, o pervertido, de evitar, a toda costa, un referendo (que, por mi parte, considero necesario en este tipo de reformas). La oposición en ningún caso se debiera quedar en dos tópicos como son el «aumento de coste» y el «más de lo mismo» (entre otras cosas porque ellos son parte de ese «lo mismo«).

Ningún sistema, unicameral, bicameral, o el que sea, funciona si sus miembros se dedican a delinquir de diferentes maneras (estafando al Estado, siendo una panda de corruptos), o si son ineficientes por sí mismo, en países como Perú, no es tanto el Derecho parlamentario el que ha desprestigiado a nuestra cámara, es, sin lugar a dudas, los congresistas que nosotros, de una forma rara, elegimos.

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3 comentarios en «Ideas varias sobre la próxima bicameralidad»

  1. Jomra, recuerda que segun la tradicion peruana cuando habia dos camaras se tenia la costumbre de llamar «Congreso» a el todo, no como en España que se llama por separado «Senado» y «Congreso de los Diputados».

    Lo que no me queda claro es porque los diputados deberian corresponder a un distrito unico y lo senadores a las regiones. Las propuestas van justamente por el otro lado de que sea el Senado (con menos integrantes que la camara de Diputados) el lugar de representacion para las figuras de alcance nacional, quienes mirarian por el todo y no solo por una defensa localista de intereses (que tambien es necesaria).

    Con respecto a la renovacion del parlamento una idea interesante seria el establecer un mecanismo similar al de USA, donde hay elecciones de Representantes cada dos años, coincidiendo una de ellas con las presidenciales, siendo la diferencia que en cada turno son diferentes estados quienes eligen. El problema seria claro esta… Lima, pero podriamos apostar por ahi.

    Tampoco estoy de acuerdo con ideas como el distrito uninominal, pues eso significaria que a poco que el partido mayoritario tenga una distribucion uniforme se haga con todas las representaciones. Pero si que deberia fragmentarse Lima en 4 o 5 bloques para que no sean siempre San Borja, San Isidro, Surco y Miraflores quienes acaparen la mayoria de representaciones.

    En el blog de Ocram he dejado otras inquietudes sobre las dificultades que habria que sortear si se quiere eliminar el nefasto voto preferencial: como colocar a los «invitados» y la «cuota femenina».

    Y con respecto a la Constitucion del 79, me acuerdo que tenia un mecanismo de «insistencias» con respecto a las modificaciones que se podian hacer mutuamente al articulado de las leyes, era bien engorroso, algo deberia haber para que ese entranpamiento no se de.

  2. Salud Ernesto

    Se me chispoteó el término (el uso de «congreso»), casi todo el tiempo intenté usar una forma «neutra» («parlamento» y listo), pero al definir la cámara baja me dejé llevar por lo de acá. Buen apunte.

    Por tradición jurídica, por lo que significó y sigue significando el senado (o cualquier cámara alta, sea el nombre que sea) en el Derecho comparado y porque estoy dando las competencias «generales» a la cámara baja, y las «territoriales» a la alta. Por tanto, en esta lógica, Los diputados serían elegidos por distrito único y los senadores cada uno en su tierra. Tampoco contemplo puestos vitalicios ni otros privilegios o trabas añadidas para el Senado (normalmente acceder al senado ha sido más difícil). Propongo, no cabe duda, una bicameralidad distinta a la discutida en nuestro Congreso.

    Sobre el distrito uninominal: Para estas cosas no, definitivamente no, sólo hay que ver la última centuria inglesa para ver que no son una buena idea, llevan a un bipartidismo exageradamente distorcionado. Sobre todo porque no suele ir acompañado de un sistema de mandato vinculante a la par que poder revocatorio para el distrito que elige al candidato. Sobre posibles correcciones al sistema para que no sean siempre «los mismos», habría que discutir largo y tendido sobre las mismas ;).

    ¿Conoce el sistema electoral del senado español? No me refiero al reparto de escaños (que es patético), sino la forma de votación: Listas abiertas y los candidatos organizados por partidos/alianzas. Usualmente los partidos «pervierten» el sistema presentando tan sólo el máximo que una persona puede votar… Bueno, si me enfrasco en esto me pierdo, a lo que voy: El problema del voto preferencial no creo que sea su propia existencia (muy peculiar que elijas a dos sin importar la cantidad de candidatos de tu circunscripción y otras cuestiones -en general, vaya-), el problema acá es la forma en que se crean las listas en los partidos, las luchas de personalismos y demás, que seguirán existiendo con o sin voto preferencial. La venta de puestos malogra bastante cualquier elección con una papeleta cerrada…

    El sistema de la Constitución del 79 para eso es un lío increíble, farragoso por completo. Una forma «sencilla» es la apuesta por los plenos entre las dos cámaras, o el voto decisivo y final del congreso (con mayoría absoluta). Y en los casos «más peliagudos», comisiones mixtas que busquen un texto conjunto a ser aprobado, de una vez, por el pleno conjunto de las cámaras.

    El sistema de la renovación parcial es interesante, aunque tiende a obligar a la campaña perpetua, y puede generar problemas a la larga. Por otro lado, habría que ajustar el periodo de mandato…

    Hasta luego y gracias por el comentario ;)

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