Xavier Venderll, Vicesecretario general de Coordinación interna de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC para los amigos), ha declarado que su partido está dispuesto a «ofrecer el gobierno« de la Generalidad de Cataluña a Convergència i Unió (CiU) si Artur Mas (máximo dirigente de CiU y último candidato a la presidencia de Cataluña por ese partido) si este convoca un referendo de autodeterminación para Cataluña, al considerar que «la vía de las autonomías» está «agotada». Ésta es la respuesta de ERC a las últimas decisiones del Tribunal Constitucional y a lo «sucedido» con el Estatuto de Autonomía recientemente aprobado por referendo.
Así pues, desde Esquerra se manifiesta que ellos apoyarán a toda iniciativa que sea favorable a un plebiscito para la independencia de Cataluña. Esto no debe extrañar a nadie, puesto que ERC siempre se ha mostrado como un partido independentista. Es coherente con su «lado» de nacionalista, que a menudo hace olvidar que es un partido de izquierdas (por más que lo ponga el propio nombre del partido), donde el tema de clase queda supeditado al tema nacional. Y eso está claro cuando dejarían un gobierno «de izquierdas» por tener uno de «derechas» en tanto puedan votar su independencia. Cuestión de prioridades.
Cierto, que estén en un gobierno de izquierdas al lado de un partido más bien federalista y de una rama de otro algo más escorado al autonomismo profundo (cuando no federalismo asimétrico) hace pensar que en ellos, ERC, prima la «esquerra«, sin que tengan que olvidar sus reivindicaciones nacionalistas (por más que sea, en la mayoría de los casos, contradictorias con el internacionalismo que debieran apoyar). Pero en Esquerra no saben, aún, medir las prioridades desde la izquierda, ni tienen una interpretación marxista o izquierdista del mundo, más bien usan una amalgama anti-imperialista al lado del nacionalismo burgués de los últimos siglos.
Hace no demasiado, un año o dos, vimos a Carod Rovira discutir (o debatir, como prefieran) con Ibarra sobre las causas de la guerra civil, uno esperaría que un representante de ERC viera claramente una lucha de clases en la guerra civil española, donde el fascismo se levantó contra las fuerzas de izquierda que acababan de ganar las elecciones en una república que jamás fue aceptada por las fuerzas reaccionarias de este país. Y uno esperaría de alguien como Ibarra (calificado como «la derecha del PSOE») que defendiera un discurso moderado, centrista, en que el fascismo se levantó contra la democracia y tal. Pero no. Vimos a un Ibarra defender la lucha de clases y el golpe como un ataque a los trabajadores que habían decidido un destino diferente para España y un Rovira que sólo veía el «hecho nacional» como determinante en el conflicto. Para Rovira, la guerra civil en realidad fue una guerra contra Cataluña y el País Vasco, no contra todos los españoles.
Así que: ¿Alguien se extraña con las declaraciones de Xavier Venderll? El hecho nacional está, claramente, por encima del resto de pugnas. La sangre, o lo que sea, tiran más que otras condiciones e interpretaciones, venderían su alma al diablo si con ello consiguieran la independencia.
Las reacciones desde Convergència y desde Unió. Sí, por separado.
Josep Antoni Duran i Lleida, líder de Unió Democrática de Catalunya (UDC) y secretario general de CiU consideró que las declaraciones de Xavier Venderll como «una broma y una falta de respeto hacia los ciudadanos que una cuestión tan importante se despache con una declaración de fin de semana en una ‘calçotada’». Para el líder de Unió esto no pasa de ser un reflejo de la «mala conciencia» de ERC por haber apoyado a Montilla y a Rodríguez Zapatero. A la par, recordó que el apoyo de ERC al PSOE y PSC (en cada demarcación) se da por menos que lo exigido para Mas (ni más ni menos que un referendo de autodeterminación).
Además, Duran y Lleida afirma que ERC no puede hablar ahora de autodeterminación puesto que ya no tiene credibilidad alguna, «después de que haya votado a favor de una ley como la de Dependencia que, según el Consell Consultiu, invade competencias de la Generalitat, y después de que acabe de aceptar la Ley del Suelo que, claramente, también invade competencias».
Desde Convergència Democrática de Catalunya (CDC), aunque coinciden con Duran en que «parece poco seria y sorprendente«, consideran que la propuesta debe ser valorada y estudiada a fondo en la próxima reunión de la ejecutiva d CiU (este lunes). CDC no está dispuesta a dejar pasar la oportunidad de gobernar otra vez Cataluña, aún extrañan demasiado ser los que mandan, tan acostumbrados estaban a sus puestos de jefes que ahora, en la oposición, están incómodos.
En fin, este es otro jarro de agua fría para el PSC, que hoy por hoy no está por la labor de pedir un referendo (un callejón sin salida, un aventurismo peligroso según Miquel Iceta, portavoz del PSC) sólo para contentar a ERC. Aunque sí se muestran preocupados por una posible sentencia poco favorable del TC sobre el Estatuto de Cataluña.
El PP catalán aprovecha esto para rasgarse las vestiduras y cargar contra el «tripartito» (o como se hagan llamar ahora) y pedir que se eche del gobierno a ERC. Vaya tontería, todos sabemos que ERC pide, y debe seguir pidiendo, la independencia de Cataluña, y el que esté en el gobierno no quita para que ERC pueda seguir exigiendo lo que considera justo, otra cosa es que se lleve a cabo o no, o cómo ordene sus prioridades (ya vemos que, días como hoy, prima su faceta nacionalista).