Ni el orgullo propio lograron que Battaner reconociera la gran derrota en primera vuelta y se retirase con la frente en alto, máxime cuando no consiguió el apoyo de Merchán (hace cuatro años, el apoyo del también candidato a Rector, le valió un triunfo en segunda vuelta). Así pues, Alonso, con un 60.75% del voto ponderado, es el nuevo rector de la vieja Universidad de Salamanca (USAL). Battaner se queda con un ponderado de 34.25% y los votos en blanco suman el 5.03%.
El único colectivo en el que hubo cierta paridad fue el de los profesores Doctores Funcionarios, que es, a su vez, el grupo con más poder en la Universidad (al representar el 51% del ponderado). En general, la participación fue levemente superior a la primera vuelta, los únicos colectivos en los que la participación disminuyó fueron los de Profesores Funcionarios Doctores y los Profesores Asociados.
Imagen: Gabinete de comunicaciones de la USAL
Si en la universidad existiera el sistema de una persona un voto, Alonso habría sacado el 74.18% del total de los votos válidos. Resultaba impensable que con un apoyo tan alto por parte de los sectores más populosos Alonso no consiguiera la victoria frente a un Battaner duramente castigado. Entre los alumnos de primer y segundo ciclo, 4102 votos (sobre un total de 5003) fueron para el candidato vencedor, mientras que sólamente 728 alumnos apostaron por el actual rector. Así pues, el voto por merchán se dividió de forma dispar entre los alumnos, yendo casi todo para Alonso. En los dos colectivos que habían apoyado a Battaner se dio, en esta segunda vuelta, un vuelco en la intención de voto, que se debe sobre todo al voto dirigido en primera vuelta a Merchán, que, mal que bien, funcionó más como un voto negativo contra Battaner que positivo para Alonso. Entre los Profesores funcionarios, Alonso pasó de 311 votos (de 962) a 462 (de 941), poniéndose por delante de Battaner que se quedó con 423 votos (en primera vuelta consiguió 354). Entre los profesores Asociados pasó algo similar, la vez pasada Battaner sacó 108 votos (sobre 265), 21 votos más que Alonso. En segunda vuelta Alonso obtuvo 124 votos (de 241), 21 más que la candidatura del pronto ex-rector de la Universidad. En el resto de colectivos, la tónica fue similar, siempre aumentando la diferencia entre los dos candidatos.
Durante esta semana, entre la primera y la segunda vuelta, hemos vivido una campaña electoral muy agresiva por parte del equipo de Battaner, mientras que el de Alonso, triunfalista, prefirió mantener un perfil muy bajo, a sabiendas que su victoria era segura, ya por la cantidad de apoyo en primera vuelta, ya por el voto útil de los «merchanteros», y era mejor no meterse en «tomas y dacas» con un candidato ya fracasado que debió saber cuando retirarse para no hacer tamaño ridículo en una segunda vuelta que no nos ha traído ninguna sorpresa.
Si ya toda la campaña electoral ha sido, ¿cómo decirlo? poco cívica en general (por parte de las tres candidaturas), pero dentro de lo esperable y tolerable de todas formas, hoy era raro encontrar algún cartel de Alonso sin que haya sufrido una curiosa vandalización (los carteles de bajo presupuesto para la segunda vuelta, en que salía la cara de Alonso, lucían una pegatina sobre la cara del candidato, tapándola, que decía «cuidado con el buen rollito» o algo así, atacando de forma directa el perfil que se dio Alonso para las elecciones ante el alumnado).
En fin, se acaba esta pequeña aventura electoral, en la que la Universidad de Salamanca ha apostado por el cambio, con un rector joven (que no es garantía de nada, pero es que tradicionalmente los rectores de esta universidad son bastante mayores) que propone un plan vistoso de 100 días para demostrar que «hace algo» al menos al comienzo de su mandato, y que atacará varios puntos que causaron un especial descontento entre los alumnos (como el tema del Calendario).
Dudo mucho que Alonso represente un verdadero cambio en la Universidad, sobre todo porque el problema de la misma es estructural y porque un Rector no se enfrentará a todo el sistema él solito, pero al menos podemos esperar algunas pinceladas, tal vez un poco de cara a la galería, mejores que las presentes, una mayor comunicación entre el rector y el alumnado, que teniendo en cuenta lo existente, no será difícil de mejorar, y tal vez una labada de cara de la Universidad para potenciar el crecimiento del alumnado, que sigue cayendo y que Battaner no hizo nada para solucionar, a la par que el prestigio de la Universidad caía, haciéndolo en estos aspectos bastante peor que el anterior rector (así que, otra vez, mejorar lo presente no debiera ser difícil).
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