El partido del gobierno de España, el PSOE, se suma a una convocatoria para el próximo 17 de marzo contra la ocupación de Iraq, de la mano de los sindicatos mayoritarios y muchas otras organizaciones sociales, saldrán a la calle para volver a gritar esos «no a la guerra» que hace cuatro años plagaron las ciudades españolas, y que se han repetido, en menor medida, cada aniversario de la ocupación iraquí. Se conmemora así el inicio de una guerra ilegal que aún continúa matando gente. Pero: ¿Cuál es el interés de sacar a la gente a la calle justo ahora? ¿Quiénes están tan interesados en que los españoles y demás residentes salgan, como aquellas veces, a gritar «no a la guerra»? ¿A qué se debe este interés especial en las protestas?
Carlos Taibo escribe:
Tengo en mis manos el que –creo– es el texto que va a guiar muchas de las manifestaciones que, en el cuarto aniversario de la agresión norteamericana en Iraq, recorrerán nuestras ciudades. La convocatoria en cuestión obedece, con indisimulada claridad, al propósito de permitir que el Partido Socialista y los sindicatos mayoritarios, y con ellos una nada despreciable maquinaria mediática, convoquen las marchas en cuestión. De resultas, se ajusta a un singularísimo patrón: mientras, por un lado, nada de lo que dice merece mayor objeción, por el otro sus silencios son tan dramáticos como preocupantes. (Las negritas son mías.)
Las críticas de Taibo, a lo largo del texto enlazado, se centran en el por qué apoyan a esta convocatoria los que gobiernan y en la forma de la misma, los silencios que se encuentran en ella, más que en el contenido en sí mismo, o mejor, lo que se supone que se reivindica (el fin de la ocupación y el desprecio sobre el acto imperialista e invasor de los Estados Unidos de América).
Queda claro que el gobierno convoca esta gran manifestación como medio de «cortina de humo» sobre lo que está pasando en Afganistán y Líbano. Discrepo en algo con Taibo, en realidad, la invasión de Afganistán fue vergonzosamente avalada por la ONU, por un Consejo de Seguridad que emitió, en forma de Resolución, un cheque en blanco al gobierno estadounidense. Al margen de esta apreciación, comparto plenamente la afirmación de que «La trama del conflicto afgano –una operación colonial a la antigua usanza– es, sin embargo, la misma que la del iraquí», y que el mantenimiento de las tropas españolas en esa zona es la forma en que el gobierno español se amiga con el estadounidense, tras el desencuentro de las tropas de Iraq. El problema en Líbano viene por el lado de la falta de equidad, y de que la agresora no se ve controlada por los cascos azules, que sólo están en la agredida.
La cortina de humo, además, no sólo se basa en tapar el tema de las tropas españolas en otros países musulmanes, sino que sirve de contrapeso a las marchas realizadas por la derecha española en los últimos días o semanas. El gobierno de paso quiere recordar una de las razones por la que los españoles votaron en contra del Partido Popular en el 2004, a poco tiempo de las elecciones municipales y autonómicas (en muchas partes), esto es, resulta una manifestación pantalla, que será usada como apoyo a un gobierno cuyo gran gesto fue, en su momento, retirar las tropas de Iraq, pero no ha hecho nada más en el sentido internacional. Y claro, el PSOE se bañará en la autocomplacencia de unos manifestantes que, se supone, están «de su lado«.
El gobierno, por otro lado, busca concentrar los esfuerzos en condenar sólo el hecho iraquí, olvidándose, como bien dice Taibor, del resto de ocupaciones, muchas de ellas llevadas a cabo por países amigos de los socios españoles, de un lado o del otro de la baraja, pero todos relacionados por el hecho, otra vez, imperialista. Así pues, el gobierno español continúa colaborando con todo eso, entre otras cosas, porque forma parte de la no criticada OTAN.
El PSOE quiere recordar de forma especial que en Iraq nos metió Aznar, esto es, el Partido Popular, recordar lo mal que lo hizo el otro, y hará mucho ruido, pero, adelantando el final del artículo de Taibo:
¿cómo es posible criticar agriamente lo que EE.UU. hace en Iraq y guardar silencio al tiempo sobre la franca colaboración de la que el imperio sigue disfrutando entre nosotros?
Con todo esto no quiero despreciar las concentraciones del 17 de marzo, no de esos movimientos sociales que sí tienen claro contra quién nos debemos manifestar y el por qué. Las jornadas son internacionales y no se puede decir que sean «las del gobierno», pero no cabe duda que el actual partido oficialista de España utilizará de forma más que partidista esta manifestación, que en España todo manifiesto que se deje en manos de miembros del PSOE serán lo más ligero posibles y autocomplacientes, donde lo más fuerte que se dirá es que cierren Guantánamo. Son muchos quienes, dentro de esos Foros Sociales, comparten todas las inquietudes acá expuestas sobre los otros territorios ocupados, sobre los otros conflictos más o menos olvidados y sobre, por supuesto, la hipocresía del gobierno socialdemócrata dirigido por Rodríguez Zapatero.
Escrito para De Igual a Igual el 12 de Marzo del 2007
Calificar la invasión y la ocupación de Afganistán como un hecho “imperialista” es inexacto y absurdo. Los EE.UU no tuvieron otra opción sino aniquilar a los fanáticos talibanes luego que éstos derribaran las Torres Gemelas de New York. Ahora las mujeres afganas disfrutan de derechos civiles que los lunáticos musulmanes le prohibían ejercer.
Saludos Kanu
Los EUA claro que tenían otra opción, es simplista afirmar que una guerra contra un país sirve para convatir el terrorismo fanático, como se ha visto, ni Al Qaeda es más débil que antes ni el fanatismo en las tierras afganas se ha reducido. Por no decir que han vuelto los líderes tribales de la guerra.
Una vez dicho eso: No hay que olvidar la historia, los EUA no fueron ahí a «liberar a las mujeres», ni los Talibán llegaron al poder solitos. Los talibán quitaron todos los derechos a los mujeres en esas tierras gracias al apoyo de los EUA, así que venir ahora a hablar bien de la invasión es desconocer el origen del problema.
En Arabia saudí, por poner uno de los tantos ejemplos similares, es un gran aliado de EUA, y las mujeres están tan oprimidas como en la Afganistán talibán (bueno, ahora un poco mejor que hace unos tres años), y nadie, pero NADIE, ha planteado una posible invasión «liberadora», por más que desde ese país se pague mucho terrorismo.
Hasta Luego ;)