No duró nada su gobierno en funciones, mientras se decidía el nuevo primer ministro tras la dimisión de Romano Prodi, el otra vez primer ministro recabó todos los apoyos necesarios para ser investido como Primer Ministro, otra vez. Esto ha sido un verdadero golpe de efecto realizado por Prodi para controlar a su propia coalición (endeble como la que más) y dejar claro que si no tiene los apoyos de todos los grupos políticos de la coalición, al menos en los temas «delicados» o «peliagudos» él no se quedará como un tonto en un gobierno que no serviría para nada.