Respuesta: No se trata de desligarlo. Podríamos replantearle la pregunta a un ingeniero: "¿es difícil desligar al ingeniero del bitacorero?". Es lo mismo. Vamos, uno escribe, finalmente, sobre lo que uno es. Y yo soy periodista, para bien o para mal, las 24 horas del día. Pero eso no quiere decir que mi blog sea periodístico o que pretenda competir con un medio tradicional. No me cansaré de repetirlo: un blog no es periodismo. Un blog es un medio de expresión ciudadana. Lo que haces con ese medio es tu elección.
P: Pero muchos esperan ver al periodista de la Ventana haciendo lo mismo en la televisión que en la bitácora, y tal vez otros esperen lo contrario, ver al temerario y sin pelos en la lengua Ocram en pantalla (algunos comentarios al respecto ha recibido, haciendo mención a "eso no lo harías en la televisión"). Si fueras ingeniero resulta más fácil separar los "yo", no porque sea necesario, sino porque la gente entiende directamente que está haciendo "otra cosa", una es su bitácora y otra el trabajo (por más que se interrelacionen luego) ¿El que sea periodista crea confusión en lo que hace en el trabajo y en la bitácora? ¿Es por los "novedoso" de la bitácora como medio o porque tanto el "periodista" como el "bitacorero" hablen de la actualidad?
R: Asu. Menuda pregunta. Pero creo que ya está contestada. O sea, un blog no es periodismo (por enésima vez). Una cosa es que yo postée sobre mis intereses que, pucha, sorry pues, son periodísticos- y otra que yo pretenda tener mi propio medio de comunicación en un blog.
Y sí, hay muchas cosas que hago en el blog que no se pueden hacer en un medio porque sería periodísticamente incorrecto. Las lisuras, por ejemplo. Pero un blog es -again- un espacio de ciudadanía. Como ciudadano tengo todo el derecho de putear y poner alguna calata si me da la gana. Pero como periodista tengo deberes que no pueden ser desatendidos a la hora de chambear. Además, por último, yo no trabajo haciendo periodismo de opinión (que es lo más similar a lo que un blogger perpetra). Soy reportero, mi cau-cau es otro. Chamba es chamba y blog es blog. Y el que no entienda eso, que mande su queja por triplicado.
¿Quieres seguir leyendo la entrevista? Pues continúa en De Igual a Igual.