Cómo es la vida, que uno encuentra tema (para escribir) en un pequeño artículo, que recoge más bien una anécdota (más que noticia) donde ha surgido esa mentada pelea (polémica, si lo prefieren). El Plural realiza una pequeña nota sobre la protesta de ciclistas nudistas en Valencia (acá la web). Sí, léanlo las veces que quieran, es una protesta sobre bicicletas donde unos cuantos van calatos (en pelotas, desnudos, o como prefieran decirlo) y protestan porque consideran que «algunos feligreses se empeñan en que la desnudez es pecaminosa, cuando la realidad es que se trata de la "máxima creación de Dios''». En otras palabras, como ellos lo dicen, la cosa fue «reivindicar el cuerpo humano ante la Iglesia».
Este acto, apoyado por unos 150 ciclistas, de los cuales unos 50 iban desnudos (al resto supongo que el pudor les pudo), formó parte de las iniciativas de "Jo no t'espere" (Yo no te espero, en castellano de toda la vida). En fin, que ya ven por donde van los tiros.
La polémica a la que me refiero surge en los comentarios de la noticia que enlazo (es lo que me gusta de los medios que permiten comentarios, tienen, a fin de cuentas, más chicha), donde un sujeto acusa a los nudistas de exhibicionistas, y menta que la línea entre un pederasta y un exhibicionista de esa calaña es, como poco, difusa. Como lo es junto con el exhibicionista de toda la vida, gabardina de fácil apertura para que tanto adultos como niños vean las partes nobles y no tan nobles del vendedor de su propia imagen. Y luego lo mete todo en el mismo saco, junto con la zoofilia, por ejemplo. Manda narices.
La queja fundamental ronda en torno a "los niños", que los pobres críos tengan que ver genitales ajenos, saltando por ahí, siendo esto, claro, negativo para los zagales (siempre desde la postura del sujeto ese, que nadie se equivoque). Ah, claro, y peor si se hace para provocar y ofender, como es este el caso. Si querían salir en pelota picada por la calle, mejor otro día, sin tantos conservadores sueltos por las calles alabando la figura papal. Habrase visto. Manda narices. (Lo sé, Trillo dijo "manda huevos", pero me gusta más las versión con narices, por más que un ex-ministro prefiera la otra.)
Bien, entre un enfermo mental, con un problema sexual (el exhibicionista) y un nudista, como quería dejar claro, no hay una línea difusa, hay un mar gigantesco. Al igual que es distinto un exhibicionista que se masturba en público viendo pasar las palomas (haberlos haylos) y un chiquillo que se masturbe en casa pensando en la vecina de enfrente, que tuvo el olvido de no cerrar la persiana el otro día mientras se cambiaba.
Quien inicia la mínima polémica (porque no va muy lejos, no en ese pequeño espacio), comenta que eso del nudismo está bien en las playas nudistas y poco más, pero que no se metan en las ciudades. Supongo que está con la idea de decencia todo el tiempo. De jipis y guarros eso del nudismo. Debe pensar. Porque sino no se explica ese argumento. Tampoco sé si esta persona ha ido últimamente (digo, en los últimos 6 años, como poco) a una playa, porque lo que se ve roza el nudismo en la mayoría de los bañistas, ya sea viendo a una señora de 70 años mostrando lo que una vez tuvo y ya no retiene o una niñita que no debe levantar ni un palmo y medio del suelo (claro, con los pedófilos que hay por ahí debieran tapar a la niñita, debe pensar ese sujeto). Y los niños tan campantes, sin problemas ni traumas.
Que unas personas sean nudistas no significa que sean exhibicionistas, si todo tiene una razón de ser, menos (aparte del "me visto o me desvisto como me sale de las narices"). Además, recurrir a la comparación con el exhibicionismo y juntarlo, a su vez, con la pederastia (ahí ya me pierdo, con esa última relación inmediata que hace el sujeto) no tiene sentido alguno. Máxime cuando no se tiene noticias que los curas u obispos pederastas sean nudistas. En fin, que esta última relación no se tiene en pie por ningún lado. Salvo por el de crear un prejuicio censurador contra la actitud de los ciclistas protestones.
Ahora es cuando debemos plantear la diferencia entre los nudistas y los exhibicionistas. Los primeros reclaman las bondades del cuerpo, incluso desde una perspectiva cristiana (haberlos haylos), reivindican el cuerpo, no como un lugar del pecado que hay que ocultar, sino como algo propio, inseparable del ser y digno de orgullo, sea el cuerpo como sea (hacen mucho más daño a los críos las modelos y los estereotipos sociales que representan que unos cuantos nudistas, de todas las tallas y formas). Por otro lado tenemos a un exhibicionista, una persona que se excita por mostrar su cuerpo o a todos o a unas personas en concreto (el tipo de la gabardina). ¿Ven las diferencias? ¿Tengo que hacer un cuadro sinóptico para que lo pillen? Venga queridos lectores, si están claras incluso en medio párrafo.
Ahora, si vemos este caso de nudismo en concreto (que ni siquiera pudieron hacer el camino que querían, se vieron parados por una serie de agentes del orden para que no se acercaran demasiado a la órbita papal), es parte de la protesta que se lleva a cabo. ¿Hay exhibicionismo? Supongo que al primero que se empalme del grupo el resto le mirarían mal (este de qué va, pensarían). Supongo, y estoy casi seguro, que ninguno de los nudistas se excita porque el resto de la gente le vea desnudo. Entre otras cosas porque suelen ser nudistas de corazón y de práctica vieja, el cuerpo, suyo y ajeno, no es un tabú ni un objeto de morbo. Sí puede ser de deseo, pero no por el echo de mostrarlo o ser visto.
Casi por último, cabe decir que no es ningún trauma para un niño ver a un adulto (u otros niños) desnudos, a los padres les suelen recomendar que se bañen desnudos con el hijo de pequeño, para que vaya aprendiendo cómo es un cuerpo y todo eso. Es difícil pensar en un niño de la selva como un pervertido porque las mujeres de su tribu vayan siempre cuasidesnudas. Es difícil pensar en una niña de la selva como corrompida sexualmente porque los hombres de su tribu muestren sus atributos todo el tiempo. Es difícil pensar que esas sociedades sean moralmente inferiores por no cubrirse con ropajes.
Es insultante pensar que el niño debe ser protegido de un desnudo (cuando el arte está lleno de los mismos, todo sea dicho), pensé que ya habíamos superado la época en que a los desnudos artísticos se les ponía ropa para que no ofendan a la parroquia. Manda narices. Esto me recuerda a un chiste de Mafalda, donde la madre de la chiquilla no le deja ver una novela donde una pareja se besaba y le pone un canal donde se ve una peli del oeste (con el tiroteo de rigor). Así pues, una muestra de amor queda vetada, pero una de violencia no. Un poco pasa lo mismo con los desnudos.
La curiosidad de un infante es bastante inocente, no verá el desnudo con un deseo sexual claro, ni mucho menos. Sí con conocer lo que el sexo contrario tiene. Y cómo una persona adulta de su mismo sexo ya no es igual que su cuerpecito (con el que juega y conoce bien). Así que mentar a los niños como sujeto de protección de un desnudo ciclista (que pasan rápido, que se les ve menos por ir sentados, no lo olvidemos) me parece tan fuera de lugar como relacionarlo con la pederastia.