Guantánamo: Eso ni es cerrar ni es nada

De la sartén al fuego

No sé qué clase de idiotas cree Obama que somos nosotros. Bueno, en parte sí lo sé: idiotas que compran los discursos sin cuestionar nada. La «noticia estrella» del día es que Obama «acelerará el cierre» de la prisión de «combatientes enemigos» ubicada en Guantánamo. Es una de las grandes promesas incumplidas de Obama, ha mantenido a los presos con comisiones militares que celebran juicios (en contra de lo que la propia Corte Suprema estadounidense mantenía), algo que se mantendrá, pero en vez de en Cuba (donde está la base-prisión) será, por lo visto, en «alguna parte» de Estados Unidos. A otros presos de una patada se les manda a Yemen.

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Descabezada la oficina que iba a cerrar Guantánamo

«(…) seguiremos viendo una administración que avala la tortura y que mantiene Guantánamo mientras dice que quitarán dicha cárcel» [ante la elección de Obama en el 2008]

El discurso con el que Obama llegó a la Casa Blanca tenía un punto de «fin de la impunidad» que nunca se cumplió. La base iba a ser cerrada y a los prisioneros se les iba a juzgar. Pero eso no pasó, más bien poco a poco la prisión militar ubicada en Cuba bajo bandera estadounidense (como si fuera una cínica broma) regresó a lo que nunca dejó de ser: Un sitio donde se incumplen todos los derechos humanos. Se mantienen detenciones eternas y sin juicio, se mantienen los procesos en el fuero militar (ni siquiera tribunales: ¡comisiones!), se mantiene la excepción jurisdiccional que hace que la cárcel escape de la ley estadounidense (o cualquier otra norma no militar), se mantiene ese extraño estatus de los prisioneros que no lo son (a falta de una mejor palabra: están secuestrados)… Ahora el presidente de Estados Unidos deja de lado la pantomima y cierra la oficina que debía dar fin a Guantánamo.

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La metamorfosis de Guantánamo

La eliminación de Guantánamo fue una promesa electoral, la firma del inicio del proceso uno de los primeros actos del recientemente electo gobierno de Estados Unidos, pero todo queda más en el lado simbólico y físico que en el real. Cuando decíamos «no» a Guantánamo no nos referíamos a «no a una cárcel concreta ubicada en Cuba», decíamos, muchos de nosotros -me permitirán el plural en tanto que conozco a muchos que compartimos estas ideas-, no a la cárcel con fuero especial, decíamos no a detenciones sin juicios, decíamos no al oscuro estatus de «combatiente enemigo», decíamos no a las torturas sistemáticas, no a los secuestros internacionales, no a tantas cosas… Y ninguna de ellas acabará con el simple cierre físico de Guantánamo.

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Obama protege a torturadores [Fragmento]

Un paso adelante, dos para atrás, todo conduce a la impunidad

«Es el momento de la reflexión, no del castigo» afirmó eufemísticamente el presidente de la primera potencia del mundo, Barack Obama. Quería decir «todo crimen cometido por nosotros quedará impune, como siempre», pero eso queda mal frente a la prensa internacional, así que mejor la vieja y socorrida táctica de «mirar para el futuro» y «momento de reflexión», como si no se pudiera mirar el futuro y reflexionar mientras se castigan los crímenes cometidos.

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Obama, Guantánamo y demás

Esta es una de esas veces en que desearía estar equivocado, que mi opinión fuera pesimista y no adaptada a la realidad, que los aires de cambio fueran reales. Antes de las elecciones escribí que con Obama Guantánamo no acabaría (literalmente puse: «que mantiene Guantánamo mientras dice que quitarán dicha cárcel»), los últimos días aumentó la cantidad de discursos del ya presidente Obama sobre la cárcel en Cuba, siempre en dirección de «mi primera orden será cerrar la cárcel» y similares, como el discurso de Bush durante los últimos tiempos, ahora parece que hasta hay un proyecto sobre la mesa para cerrar la simbólica base militar de reclusión de terroristas.

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Guantánamo: 17 detenidos deben ser puestos en libertad

Una buena noticia, que recalca la importancia de los tribunales civiles sobre el corporativismo de los militares y el abuso de poder por parte de la administración: «Un juez federal estadounidense ordenó el martes que 17 chinos musulmanes de la etnia uigur, detenidos en Guantánamo sin cargos en su contra, sean liberados en suelo estadounidense«, reza la noticia de AFP. La cuestión es más o menos sencilla, como tantos otros presos en Guantánamo, estos 17 chinos no habían sido acusados formalmente de nada (su crimen era vivir en Afganistán, refugiados, y ser musulmanes) y no existían pruebas contra ellos. Por supuesto, el gobierno estadounidense apelará la decisión del juez, y está en su derecho (derecho que pretende arrebatar a los presos en Guantánamo).

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