Tener la ley de tu lado no significa tener razón.
Cada vez que se dice (con razón) que la mitad de los catalanes han sido dejados de lado por esta convocatoria de un referendo de autodeterminación se olvidan que la otra mitad se dejaría de lado si no se convocara (por no decir que la mayoría, de lejos, está con el «derecho a decidir», siendo los bloques de sí/no poco monolíticos). Y es ahí donde ya tenemos una de las primeras dobles varas de medir. Es cierto, el Parlamento Catalán no tiene competencias para aprobar una ley que permita convocar un referendo de independencia. Como también lo es que el gobierno catalán no puede convocar un referéndum basado en una ley de esa estampa. Ambas normas (ya sea por vía ordinaria o por ejecución de sentencia), además, quedarán suspendidas en cuanto el Tribunal Constitucional acepte los recursos presentados por el gobierno de España. [Continúa leyendo en D=a=].