Hay determinados mantras que se repiten de tal forma que pretenden colarse como verdad incuestionable, algunos toman la siguiente fórmula: «la rigidez de [lo que sea] produce [desempleo / economía sumergida / empleo irregular]», una opción es cambiar la rigidez por los altos impuestos, a este mantra se responde con una solución que no admite, a su vez, alternativas: «hay que flexibilizar» o «hay que reducir impuestos». ¿Alguna vez se plantean cuál es el posible resultado de bajar determinadas protecciones o que salvo cero nada es más bajo que gratis? ¿Cómo se puede mantener esa regla de tres simple cuando se compara con países con mayor rigidez o impuestos más altos, y que no presentan los problemas de informalidad y evasión fiscal que tenemos en el país? (Digamos, comparamos Perú con Alemania.)
Kuczynski hace un tiempo soltó una de esas perlas con los impuestos, afirmando una relación directa de informalidad con impuestos altos, en concreto, afirmando que el IGV peruano es demasiado alto y es un obstáculo a la formalización, cuando ese 19% está por debajo de muchos países con economías formales en todo sentido. Fritz Du Bois en un curioso editorial en Perú21 hace unos ocho meses entraba de lleno en el tema mezclando todo para ver el origen de todos los males de nuestra economía (léase informalidad), además de los impuestos altos y alta burocratización, en la «rigidez laboral», de paso metió el tema de la reforma agraria, nunca una medida tan limitada y fracasada ha tenido un efecto tan amplio (al menos para sus detractores).
¿A qué viene esto ahora? Alonso Segura, gerente de Estudios económicos del Banco de Crédito del Perú (BCP), vuelve a la carga con el tema de la rigidez y la informalidad, hay que flexibilizar, concluye, a la par que afirma que el sueldo mínimo o salario básico no debe ser único, sino relacionado con el tamaño de la empresa, y otras recetas del mismo palo. (No he encontrado el estudio, así que no critico el mismo, sino las bases mil veces repetidas que relacionan de forma directa rigidez con informalidad.)
A mí me sorprende la cantidad de países campeones en rigidez, se escucha de España (y su durísima reforma flexibilizadora se basaba en eso), se dice de Alemania, todos los países nórdicos, Suiza, Luxemburgo, Austria (miren, salvo España, hasta ahora países con baja informalidad y poco desempleo), México, Argentina, Chile, Bolivia… En fin, muchos países caen en esa superrigidez y no todos, ni de lejos, con el problema que tiene Perú de informalidad (pueden jugar con los datos que proporciona la OIT, aunque estén basados en la legislación de 2010). Igual el tema de la rigidez no es el central (ni es causa ni efecto), y nos encontramos, ante todo, con un problema de aplicación de la ley.
Además, en el caso del mercado de trabajo en concreto, por más que la legislación se flexibilice, si la empresa es informal, el trabajo que demande también estará en la informalidad (y normalmente esa es la relación, empresas informales que ocupan a personas de forma informal), así que primero habría que pensar en aplicar la legislaciones que toque (fiscales, administrativas, medioambientales…) y luego la laboral… o, mejor todavía, todo a la vez. Porque sino, ¿qué pasaría si se reforma la legislación laboral para flexibilizarla al máximo? Pues que el trabajo seguiría siendo informal mientras la empresa no sea formal también.
También hay que preguntarse qué tipo de trabajo queremos, porque si la respuesta simplemente es «que sea regular», se regulariza todo… ¿y? ¿Qué hacemos con millones de personas con condiciones que no son dignas? Para eso, y exagerando mucho, permitimos la esclavitud y acabamos con los problemas de aplicar la legislación que la prohíbe (finalmente, aun hay gente que vive en la esclavitud) y generamos trabajo muy barato (solo mantener a la persona) lo que nos haría más competitivos y daría la flexibilidad máxima a los empresarios (por fin el trabajador, digo, esclavo, es exactamente igual que cualquier otro bien de la empresa). Y sin exagerar tanto, pero legalizando la situación: ¿Qué hacemos con tanta gente -como existe ahora- que se mantiene en la pobreza a pesar de trabajar más de ocho horas diarias?
Esto al final es como cuando afirmaban que la moderación salarial creaba empleo, mantra repetido incluso desde la OIT y asumido como verdad absoluta en casi todos los países, al final hasta desde el Instituto Internacional de Estudios Laborales de la OIT (de boca de su director, Raymond Torres) se señala que no hay pruebas que eso favorezca en nada a la economía, incluso afirma que:
«[T]al moderación ha contribuido a que se agraven los desequilibrios globales que, junto con las ineficiencias del sistema financiero, han dado lugar a la crisis y a su perpetuación. En las economías avanzadas, el estancamiento de los ingresos de los trabajadores abonó el terreno para el crecimiento del gasto vinculado a la deuda, lo que resulta claramente insostenible. En las economías emergentes, la moderación salarial ha sido parte integral de las estrategias de crecimiento basadas en la exportación a las economías avanzadas, y estas estrategias resultan igualmente insostenibles.»
Me pregunto si al final pasará lo mismo con este tema de la regulación. Supongo que no.
2 comentarios en «¿El problema de la informalidad es la rigidez legal?»