Represión lingüística: El castellano como único idioma válido durante el franquismo

Hace ya bastante tiempo discutí con otro peruano sobre la censura en la España franquista, él aseguraba que esta no existió, al menos no como se la pinta, que no hubo tal nivel de persecución a la izquierda y que esta mantuvo sus medios de comunicación, para él la prueba era una serie de publicaciones anarquistas que encontró en un archivo-museo. ¡Como si no existieran las publicaciones clandestinas! Mundo Obrero, sin ir muy lejos, se siguió imprimiendo en toda la época de la dictadura, pero si te pillaban con un ejemplar del mismo, sobre todo hasta mediados de los sesenta, ibas directo a la cárcel, sin pasar por el juzgado. Algo así pasa con el «mito que no es un mito» de la persecución de todo idioma que no fuera el español durante el franquismo.

Últimamente he visto bastantes comentarios de gente que no es precisamente tonta negando la represión idiomática, incluso asegurando, directamente, que durante el franquismo la misma no existió, piden que como prueba de esa existencia se ponga sobre la mesa una norma general prohibiéndolo y, en contraposición, aseguran que hubo libertad con el idioma poniendo como ejemplo tal o cual libro que se imprimió en catalán o en gallego, a la par que afirman que ahora sí se da en Cataluña una persecusión al catalán, olvidando aplicar la misma vara de medir para asegurar que: a) no hay una «ley» que prohíba el castellano (en el Estatuto figuran con la misma oficialidad ambas lenguas); b) se imprimen libros en castellano en Cataluña.

Así el historiador filofranquista en una entrevista reciente soltó la siguiente perla:

«El catalán no estaba prohibido en absoluto. Se utilizaba como lo más normal del mundo. Ahora es cuando se está intentando prohibir el español en Catalunya.»

Vamos por partes: Es cierto que no existió «una ley» (así, en general) que prohibiera el catalán como tal, no se sacó una norma dejando claro que en cualquier circunstancia no se podía hablar ese idioma, lo que sí existieron es una serie de normas que dejaban claro que el único idioma de uso público y general era el castellano, así la educación tenía que ser en este idioma, la comunicación con la administración (sea de justicia sea la general) necesariamente debía ser en español, todos los documentos que pasaran por la fe pública, notarios o registros, también tenían que ser en el idioma de Cervantes, contando los «privados» que se registraban (como un acuerdo de una sociedad anónima que debe registrarse), incluso estaban prohibidos los registros de nombres que no fueran en castellano (esta norma, que sobrevivió a la propia constitución durante un tiempo, los registradores siguieron aplicándola cuando ya no existía de forma positiva, aun hoy podemos encontrarnos con gente nacida a mediados o finales de los ochenta a los que sus padres intentaron llamar de una forma y el registrador les dijo que de eso nada, que era extranjero, que le pusieran un nombre de toda la vida).

Vayamos al plano normativo, que es lo que se «solicita» cuando se piden pruebas de la represión idiomática (algunos ejemplos):

  • Orden del Ministerio de Justicia de 18 de mayo de 1938, publicado en el BOE nº 577 de 28/5 de ese mismo año (PDF) donde se prohíben los nombres que no figuren en el santoral y no estén en español (salvo para los extranjeros y los no bautizados en la fe católica -que podrán usar su propio santoral o nombres castellanizados de personajes históricos reconocidos-).
  • Orden del Ministerio de Organización y Acción Sindical de 21 de mayo de 1938, BOE nº 582 de 26/5 (PDF), en que se prohíbe el uso de cualquier idioma que no sea el español en «en los títulos, razones sociales, Estatutos o Reglamentos» y en las «asambleas y Juntas» de las entidades que dependen de ese Ministerio.
  • Orden del Ministerio de la Gobernación de 7 de marzo de 1941, por la que se aprueba el Reglamento para el Régimen y Servicio interior del Cuerpo de Telégrafos, BOE nº 205, de 24/07 (PNG), para España solo se admiten el español para los telegramas en «lenguaje claro» (y para enviar hay un listado de idiomas admitidos, entre los que no están ninguno de los otros idiomas hablados en España).
  • Órdenes de mayo y julio de 1940 sobre el uso del español en rótulos, nombres, marcas y demás (son tres normas del Ministerio de Industria y comercio: omic19400516omic19400520 y omic19400708).
  • Decreto 2 de junio de 1944, «Reglamento de la Organización y Régimen del notariado» publicado en BOE nº 189 de 7/7, Art. 148, deja claro que todos los instrumentos deben estar solo en español (PNG).
  • Orden de 23 de abril de 1941 en que se obliga a todas las películas proyectadas a estar en español (no he encontrado esta orden, pero sí otra que la deroga parcialmente -de 1946-, además de tener referencias correctas de los aranceles cobrados).

Hay que sumar, además, la actuación de la Dirección General de Prensa que, de forma constante y reiterada, prohibía publicaciones de revistas o periódicos que no estuvieran en castellano, todo lo que se autorizara en «otros idiomas» (como esos ejemplos que algunos ponen para defender la libertad lingüística donde no la hubo) estaban autorizados por un fin político, no porque la normalidad diera como resultado la publicación de escritos en idiomas distintos al español.

Seguramente me dejo muchas normas del BOE en el tintero (anteriores y posteriores a las que coloco), y quiero recordar, en este punto, que también debemos atender a toda la normativa promulgada en ayuntamientos y provincias (por los delegados de Orden Público, gobernadores varios y demás) que traían consigo prohibiciones de rotular de tal o cual forma, de usar idiomas distintos al español acá o allá, en fin, una serie de normas que buscaban implantar el español como único idioma del país.

Todo esto sin contar la persecución real realizada sobre las personas que se empeñaban en hablar un idioma distinto al castellano desde el púlpito de una iglesia, el aula de una clase (la educación, además, estaba orientada y dada solo en español, y se enseñaba que el resto de idiomas peninsulares eran «dialectos» del español, algo más que incorrecto), o simplemente dentro de la actividad en la calle para todos. Se llegó a un absurdo: Se prohibió al Instituto de Estudios Gallegos realizar publicaciones en gallego.

Es cierto que no existían «penas de cárcel» por hablar catalán «en la intimidad» (como confesó un presidente español que hacía en la alcoba), pero si prohíbes todo uso público-oficial de un idioma propio (el catalán no deja de ser un idioma propio de buena parte de españoles, como lo es el gallego y euskera, entre otros), si prohíbes la enseñanza de ese idioma (no podías poner una academia de catalán), si prohíbes incluso los nombres y apellidos (¿cuántos apellidos castellanizados, tras la vuelta de la libertad en España, tuvieron que reescribirse en los idiomas originales de los mismos?) estás reprimiendo el uno de un idioma, estás intentando borrarlo, y cuando todo esto lo acompañas de una política educativa y propagandística en contra de los «otros idiomas» (solo hay que ver los libros de texto usados por el franquismo) y de exaltación del castellano, lo único que haces es aplastar las otras lenguas inmisericordiosamente.

Existió en España una persecución lingüística aunque no existiera una prohibición expresa contra los idiomas en general (ya vemos que en temas tan importantes como el nombre de una persona, o en otros culturales como la proyección de una película, sí estaba prohibido todo lo que no fuera castellano), que con el paso del tiempo fue atenuándose (como toda la represión durante el franquismo).

Esto no nos debería extrañar, el franquismo fue un régimen totalitario que tenía una cantidad innumerable de funcionarios cuya misión era «reeducar», censurar y reprimir, castigar todo lo que se alejara de la ortodoxia mandada por Franco y los suyos, y el lenguaje es uno de los lugares donde primero inciden, y si para ellos la unidad de la patria se fundaba en el español, este idioma era el único admitible para «la gente de bien» y el uso oficial y «normal» (como para los nombres de productos, marcas y demás).

18 comentarios en «Represión lingüística: El castellano como único idioma válido durante el franquismo»

  1. Es triste ver que la historia se repite, ahora se podría escribir un artículo igual titulando: «Represión lingüistica: el catalán como único idioma válido durante el nacionalismo.»

  2. Es que me parto y me troncho, Capitan Miller, soy nacido fuera de Cataluña y mi madre no es Catalana. Mi idioma materno es el Castellano. He vivido toda la vida en Cataluña. Siempre que he tenido problemas en Cataluña ha sido por hablar Catalan, no Castellano. A conocidos y amigos (en plural señor Miller) les han agredido por hablar en Catalan, me han despreciado y ofendido por hablar en Catalan. Esta situación en Cataluña no pasa al reves, al contrario se respeta a todo el mundo que habla Castellano. Gracias a usted y a las personas que hacen demagogia y quieren acabar con una cultura decidí hace años no volver a hablar Castellano y abandonar la cultura de mas allá del Cinca. No por nada, sino por higiene mental. Ustedes no me aportan nada. Saludos y espero no se ofenda si lee esto.

  3. Di lo que quieras. El hecho es que el catalán jamás estuvo prohibido. Lo que señalas como sintomas de represion no es mas que normalización de usos oficiales.

    No solo no estuvo prohibido, sino que Franco obligó, por ejemplo, a que las facultades que tuvieran Filología Románica incluyeran el catalán. Eso en 1944, cuando todavía se fusilaba rojos casi cada dia. En el 45, el gobierno del dictador subvencionó el homenaje a Verdaguer. En catalán, por supuesto. Y siempre, sin interrupción, se hizo teatro, se publicaron libros en catalán.

    Hay una celebre sentencia de Tribunal de Orden Público (especializado en represion politica), confirmada por el Supremo franquista, que condena a Néstor Luján por publicar en Destino un texto que ofendía al catalán, lengua cuyo uso -dice literalmente- se respeta y se garantiza. Y cualquiera que haya visto el nodo de las visitas de Franco a Cataluña habrá visto tambien las pancartas y los saludos en catalán. La prpaganda de los 25 años de paz, por ejemplo, se hizo tambien en catalán. Y la del referendum. Hasta placas conmemorativas en ese idioma se hicieron.

    Franco fue un criminal por el que no siento ninguna simpatía. La misma que siento por los nacionalistas que reivindicaban su patria catalana mientras contrataban pistoleros para asesinar a los militantes sindicalistas. La realidad de los hechos es que los nacionalistas estaban felices con Franco, que les hacá el trabajo sucio. De hecho llenaron su administración y participaron en sus consejos de ministros. Cataluña estaba llena de franquistas, de derechistas nacionalistas asimilados y de cómplices con ellos.

    Franco reprimía a los rojos, a los sindicalistas y ocasionalmente a los demócratas de derechas. Y la falsificación nacionalista que pretende que nos creyamos que ellos fueron mas víctimas que cómplices es particularmente repugnante, sobre todo cuando se utiliza para dotar de legitimidad a una ideología que promueve la exclusion y la diferencia en derechos por raza (aunque hoy disimule, esa es la esencia del nacionalismo).

    Lo de la represión del castellano no merece una palabra. Es falsa. Pero tambien es cierto el uso del idioma catalan como criterio excluyente (si publicas en español, por ejemplo, la Generalitat no te lleva a la Feria de Frankfurt) y como arma política para construir nación, algo que debería estar prohibido.

  4. Salud

    ¿«Lo que señalas como sintomas de represion no es mas que normalización de usos oficiales» es prohibir nombres que estén en catalán, euskera o gallego? Vaya eufemismo.

    En fin…

    Hasta luego ;)

  5. Salud

    Lo demás que mencionas es cierto, existió (o siguió existiendo) obras en otros idiomas distintas en castellano, siempre y cuando fueran útiles para el régimen (todo pasaba por su censura). Es algo que ya menciono en la nota.

    Sí hubo una represión concreta a los idiomas distintos al español por el simple hecho que el español fue el idioma de construcción nacional que pretendía el franquismo.

    Eso se ve en la prohibición de nombres (¡¡nombres!!), en que los actos privados, para ser registrados, tenían que estar en castellano, y otros más que menciono. Eso es represión lingüística, elimina del ámbito público idiomas que forman parte de la cultura de territorios determinados (en mayor o menor medida).

    El franquismo, por su propio nacionalcatolicismo español, persiguió al resto de nacionalistas que no fueran españolistas (además de esos colectivos que mencionas, rojos de cualquier sabor -incluso con sotana- y demás). A estos nacionalistas no-españolistas no se les perseguía «por hablar catalán». sino, en todo caso, por ser nacionalistas catalanes, o lo que tocara.

    Hubo colaboracionismo por parte de una derecha vasca, catalana, gallega y demás con el régimen que fue premiada mediante múltiples formas; una de ellas era, por ejemplo, mantener su propio idioma en ámbitos privados-culturales. ¿Eso significa que no se reprimió un idioma? No, eso significa que, incluso, se usó el idioma para premiar y castigar.

    Con esto no quiero decir que esa versión que ahora se quiere dar de «ahogo al idioma» para favorecer una construcción nacional (catalana o de donde sea) en oposición a la española sea correcta, ni mucho menos; simplemente doy normas (que es lo que se suele «pedir») que señalan cómo el castellano se impuso al resto de idiomas y se reprimió ciertos usos (entre ellos los nombres de las personas).

    (Que el Supremo confirma que se «garantiza» el Catalán… cómo, ¿prohibiendo llamar a tu hijo Xavier en vez de Javier?)

    Hasta luego y gracias por el comentario ;)

  6. Llama mucho la atención que confundan la dictadura autoritaria de Franco, con la totalitaria del comunismo-marxismo-leninismo. Malas son las dictaduras, pero incomparable la una con la otra que, pese a la caída del muro berlinés, aún es dura en la actual Rusia y ala´aun país limítrofe, y no tan cercanos como los de oriente asiático, sin contabilizar a Japón ni a Corea del Sur.
    Blog interesante. Solo que la hemeroteca y videoteca están para precisar conceptos, opiniones sobre cualquier relato histórico.

  7. Una mentira repetida mil veces no se convierte en verdad. Un brevísimo resumen de algunas de las cosas que se hacían durante la «represión» contra el catalán:

    1944 se hace obligatorio por ley que las Facultades con Filología románica incluyeran la asignatura de Filología catalana
    1945. Con apoyo y subvención del Gobierno se celebra el centenario de Mossén Cinto Verdaguer.
    1947. Se crea el premio “Ciudad de Barcelona”.
    1951. Se otorga un premio a la poesía en catalán con la misma cuantía económica que a la española. Posteriormente el premio se amplia a otras actividades culturales como “Teatro” y “Bellas Artes”.
    1951. José Mª Cruzet funda Ediciones «Selecta» para obras escritas en catalán. En colaboración con Aymà concede el “Joanot Martorell” al insigne veterano de la pluma Josep Plà por su creación “El carrer estret”, una de las más bellas narraciones en catalán de nuestro tiempo.
    1951 y 1952 se publican dos gramáticas históricas por autores catalanes
    1952. En la visita del Generalísimo Franco a Cataluña, en el mes de junio, se inaugura la cátedra “Milà i Fontanals” para el estudio científico de la lengua catalana.1955. El poeta y escritor José Mª de Sagarra recibe la orden de Alfonso X el Sabio con ocasión de la publicación de su obra en catalán titulada ¿Memories¿.
    1956. Nace ”Lletra d’Or”, galardón que distingue al mejor libro del año anterior escrito en catalán. El primero en recibir este galardón fue Salvador Espriu por “Final de Laberint”.
    1959. Los premios barceloneses «Crítica» se incorporan a la producción en catalán.
    1960. El Centro de Lecturas de Valls, inicia un curso de lengua y literatura catalana de carácter público.
    1960. En Barcelona se crea el premio “Sant Jordi” para novela, dotado con 150.000 pesetas, cantidad análoga, intencionadamente, a la del “Nadal”.
    1967. La Diputación de Lérida dota una cátedra de Lengua catalana
    1967. La Diputación de Barcelona acuerda dar cursos de catalán en todos los centros culturales dependientes de la corporación y acuerda fundar la cátedra de Lengua Catalana en la Facultad de Teología de Sant Cugat (Barcelona).
    etc. etc. etc.

    Si quieres hablar de represión hablamos de cómo se persigue y machaca el español en Cataluña, de cómo te crujen un multazo por poner «Zapatería Paco», incluso si lo has puesto también en catalán pero el cartel es más pequeño: http://www.europapress.es/nacional/noticia-juez-confirma-multa-dueno-fincas-vilanova-barcelona-no-rotular-catalan-20100302134826.html

    Sois unos fanáticos.

  8. Yo viví mi infancia en la época del franquismo en el Pais Vasco. Nací en 1962 y desde luego, nunca vi que estuviera prohibido hablar vasco. La educación y los medios de comunicación eran en español o castellano, pero en las fiestas populares y en la radio, si que se escuchaban algunas canciones en vasco y desde luego en la calle se oía hablar a algunas personas, aunque el castellano siempre era la lengua mas común que hablaba la gente
    El vasco estaba no prohibido sino «ignorado». Como una lengua casera para hablarla sólamente en privado. Esa era la realidad, como yo la he conocido

  9. Salud, Roberto

    La situación que describo se da sobre todo en el inicio del franquismo, cuando era importante «homogeneizar» el castellano en toda la península. La experiencia que describes es del tardofranquismo y, además, obvia la parte legal.

    En ningún momento dije ni pretendí defender que no se podía hablar otras lenguas en «lo privado» (aunque, si tenía trascendencia pública, como un acta que se debía registrar, el documento para el registro debía estar en español), la represión fue en lo público y en temas tan importantes como los nombres de las personas.

    El euskera, en ciertos ámbitos (todo lo público, los nombres de las personas, los actos inscribibles; tú mismo lo dices: la educación y los medios eran en castellano, lo de la educación porque era obligatorio en castellano, con eso ya relegas el euskera o cualquier otro idioma), estuvo prohibido. Efectivamente, no había una ley que dijera «se prohíbe el uso del vasco» pero sí una que decía «los nombres en castellano».

    No sé cómo se me coló (sobre todo porque puse la referencia anterior, una OM), pero esta es uno de los principales ejemplos de cómo reprimir un idioma: en el registro civil (Ley de 1957) literalmente encontramos: «Tratándose de españoles, los nombres deberán consignarse en castellano.» (art. 54), matizado por su Reglamento (de 1958, art. 192): «Se permiten los nombres extranjeros o regionales. Si tuvieran traducción usual al castellano, sólo se consignarán en esta lengua»; en otras palabras, aunque en casa la llamaran Miren, seguramente en el registro aparecería como María. Eso es reprimir un idioma.

    En lo que nos interesa, ese art. de la LRCivil se cambió por la Ley 17/1977 (en el franquismo bajo JCI), que obligaba a que el nombre para los españoles estuvieran en una de «las lenguas españolas» (posteriormente ya se modifica para poder poner nombres extranjeros).

    Muchas gracias por su comentario.

    Hasta luego ;)

  10. Que manía os ha dado por reescribir la historia.
    Yo he sido testigo del museo de Rosalia de Castro donde se cuidaba la obra en gallego de esta poeta.Cuando viví en Valencia tenia compañeros que se pasaban todo el día hablando en valenciano con toda naturalidad. Luego vivi en madrid y recuerdo que un cantante fue numero 1 con una canción en gallego,se llamaba Andrés do Barro. en fin que muy perseguido no estaban las lenguas regionales.

  11. La transición española se situa desde 1975 hasta el 1986. Pero fue un proceso difícil que continuará presente hasta el año 1996. Aunque la durísima ley antiterrorista de 1975 a pena de muerte se quedo atrás ante la muerte de Franco, se seguía aplicando dicha ley en ciertos sectores de la población.

    Durante dicha transición se siguió aplicando la fuerza bruta en la persecución de sindicalistas a los que se les aplicaba la ley antiterrorista. Sigue ocurriendo en 2017; muchos sindicalistas comos los de CNT sufren la ley antiterrorista sin serlo. Y la prohibición de la lengua de Euskadi o Cataluña para subordinarla al castellano o al francés. En tiempos del franquismo se prohibia hasta en las lapidas de los difuntos.

    Durante la transición muchos escritores hablan de el tardofranquismo donde se seguía reprimiendo estas lenguas. Tanto que si visitabas a un preso y querías decirle algo en dichas lenguas te cortaban el micrófono.

    Efectivamente, no había una ley que dijera «se prohíbe el uso del vasco o el catalán» pero sí una que decía: los nombres en el DNI castellano; si quieres decirle a alguien que esta preso que le extrañas, en castellano; si le pones a tu hija el nombre de Miren, en el DNI debe aparecer como María. La ley dice que si hay tradución al castellano esa debe primar sobre el nobmre real.

  12. Yo estudió en Castilla la Vieja lo que llamaban «el bachiller» durante el franquismo, y en la asignatura de literatura habia que estudiar la literatura en otros idiomas españoles además del llamado castellano, y teniamos dos libros, uno en que explicaba por ejemplo que es un «soneto» y en el otro ejemplos de poesias o trozos seleccionados de escritos, y en concreto recuerdo que nos hicieron aprender de memoria una poesia en catalán de un tal Joan Maragall que se titulaba «la vaca ciega», que parecia ser que el pastor habia dado una pedrada en un ojo a la vaca y en el otro no se que la habia pasado y estaba ciega. Y tambien poesias gallegas de una escritora romantica gallega de la epoca de Becquer. El libro era de «Editorial Bruño» de unos frailes de la enseñanza llamados de «la Salle». Creo que lo que se trataba no era perseguir a nadie sino que todos los españoles conocieran una misma «lingua franca», algo que creian que era tan util como saber leer y escribir o la tabla de multiplicar o contar, en siglos pasados de mucha incultura. Oí que cuando impusieron el «batua», se volvió a dar capones y con la regla a los niños que no hablabna batua sino el dialecto local del euskera: la historia se repite: querian tambien una «lingua franca» para todo el «Pais Vasco» y se es preciso «a estacazos»

  13. Perdón por el comentario anterior: queria decir: «yo estudié durante el franquismo el bachiller», y lo restante correcto: nos hicieron aprender de chavales unas poesias en algo que llamaban «comentario de textos», y una poesia era en catalán, la «vaca ciega» del tal Maragall. Creo honestamente que lo que se buscaba es que «todos» conocieran una «lingua franca» común, en una epica en que habia bastante incultura, no el perseguir a ninguna lengua, y que se escogió como «lingua franca» el llamado castellano, pero no por hacer daño a nadie sino para que la gente se entendiese, igual que ahora hay colegios caros en que todo se les enseña a los niños en inglés. Era la misma logica

  14. Buenos días

    Me gustaría saber de qué años hablas, pues no es lo mismo el principio del franquismo que el final.

    En todo caso, la realidad que describo (y que otros comentaristas señalan) es que las leyes ponían «por encima» al castellano, así que no podías poner a nadie el nombre de Miren pues existía María. También en documentos privados (como telegramas) debía usarse el castellano, contando todos los que se elevaran a registro mediante escritura pública u otra forma (los estatutos de una asociación, por ejemplo, debían estar en castellano; no en los dos idiomas, solo en español).

    Todo eso, creo, va más allá de querer que existiera una «lengua común» entre todos los españoles.

    Lo de la imposición del batua mediante métodos de castigo físico pudo darse (hubo y hay profesores que no han abandonado esas prácticas), pero jamás hubo instrucciones de que se hiciera así. Sí de que en la escuela lo que se enseñara fuera (y es) el batua, pero nunca escuché (cuando vivía allá o luego) que se reprimiera de esa forma a quien hablara otro dialecto del euskera (sí, por ejemplo, el «cuidado» que tiene ETB para que cuando se habla en euskera en series de TV o el noticiario -por parte de los presentadores- sea el batua y no cualquier otro dialecto). Todo esto último, sea dicho, pasa con el castellano, se enseña y promueve un español normalizado y no se enseñan los distintos dialectos existentes, igual que en la RTVE se procura que esté todo adaptado al normalizado.

    Hasta luego y gracias por el comentario ;)

  15. JOMRA tiene razon, no es lo mismo la epoca blanda del franquismo, cuando tuvo que chafar la oreja. Ante las presiones internacionales. Y para atraer el turismo extranjero, y otras fuentes de riqueza del exterior, por la pobreza que teniamos en este pais.
    Que la epoca dura del regimen, en la que atemorizaban dando palizas , insultando, a cualquier persona e incluso llegar a matarla para dar ejemplo, por no hablar en la lengua que lo entendiese la guardia civil, o por que simplemente esa pobre gente no sabia hablar castellano, por ese motivo se hablaba el euskera en privado, para no ser reprimidos o algo peor, por simple temor, a cuantas mujeres no les cortaron el pelo al rape, por ese motivo. Y a cuantas familias no fue la guardia civil a sus casas y les daban unas palizas y peores cosas aun, por ese motivo.

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