Humala: Una elección por el «mal menor»

¿En diez años nos vamos a arrepentir? Puede, pero no queda otra

ollantahumalarotoscopiadoHugo Neira plantea que si elegimos a Ollanta Humala en 10 años nos vamos a «arrepentir», como pasó con la elección de Fujimori frente a Vargas Llosa en 1990. Fujimori salió rana, como también pasó con Alan García (tanto su primer gobierno como este segundo) y antes con Alejandro Toledo. No es que hayamos tenido mucho tino en los últimos cientos de años con nuestros gobernantes, sean «electos» o «autoproclamados». Ollanta Humala no es mi opción preferida, es, posiblemente, uno de los últimos candidatos por los que hubiese votado, pero como todo lo relativo, si el penúltimo (tampoco lo es) se enfrenta con la última, la decisión favorece al «menos malo», sin eliminar la idea de que es «malo».

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Rafael Rey suelta una burrada cuando intenta defender a la vez que mantener su posición sobre las esterilizaciones forzosas al decir que no fueron «contra su voluntad, sino sin su voluntad» (se debe presumir que es «contra» la voluntad de alguien lo que normalmente exige su voluntad expresa y clara para ser válido), el filofascista de Rey aseguró que Keiko era consciente del daño hecho pero que ella no era su padre y que no cometería ese «error» («error», eufemismo para no decir «delito»), cada vez que aseguran que Fujimori no es su padre sale alguien de la vieja guardia de Fujimori padre que hoy por hoy son parte del equipo de Fujimori hija para recordarnos que el fujimorismo no admite «errores» y que niegan sus delitos, así Alejandro Aguinaga, congresista electo por Fuerza 2011 y ex ministro de Salud durante el fujimorismo, afirmando que la gran mayoría de esterilizaciones forzosas no fueran tales, fueron voluntarias, y que las forzosas fueron «casos aislados». La propia campaña pública mentía a las mujeres, el plan contra la pobreza era acabar con la reproducción de los pobres. El viejo fujimorismo sigue negando los delitos que cometió de forma sistemática, el viejo fujimorismo es el actual fujimorismo comandado por Keiko.