El «puño en alto» no es patrimonio exclusivo de Abimael Guzmán, no lo inventó él, ni fue el primero en usarlo, ni siquiera el que lo popularizó… ¿Por qué digo esto? Por este titular (y la «noticia» que le acompaña) de La Razón: «Susana Villarán imita gesto de genocida». La «noticia» (de verdad el entrecomillado tiene sentido) se centra en los primeros párrafos en recordar cómo Abimael Guzmán usaba este símbolo (el puño en alto es una constante entre partidos socialistas -ahora socialdemócratas- y comunistas -incluso usado por anarquistas, aunque en estos es más propio las dos manos entrelazadas-) para, de una forma que debiera abochornar a cualquier periodista serio, rebotar partes de un artículo de ficción (no parece algo serio la verdad) de Guillermo Quevedo Tamayo en que se acusa a la candidata Susana Villarán, de Fuerza Social, de «resentida» hacia los militares y de planear su venganza (inserte risas malévolas acá) contra los mismos desde la alcaldía, se afirma también que su hermana era dirigente de Sendero. Luego ya se salta a la parte de echar porquería (o eso creen ellos) sobre la participación de gente que ha pasado (o está) en el Movimiento Nueva Izquierda o en Patria Roja.
No hacen más que tergiversar la realidad. El símbolo del puño en alto es propio de la izquierda, los socialdemócratas (como ya mencioné) lo siguen usando sin problemas, en España lo usa el PSOE por ejemplo, en Francia el PSF, y así con los distintos partidos afiliados a la internacional Socialista, movimiento internacional, no lo olvidemos, al que está afiliada el Partido Aprista Peruano (más conocido como APRA), y dudo que los de La Razón tachen con alegría de senderistas a los miembros del APRA (no ahora que son tan amigos, desde que el APRA se junta con los fujimoristas).
No es ni serio ni ético que se haga pasar por noticia una relación que no existe, un hecho que no se da y que ni siquiera han intentado comprobar (en el artículo no se menciona si han ido a preguntarle a la candidata algo sobre todo lo que en él se afirma, por lo menos para saber sus descargos o un «sin declaraciones»), el que Susana Villarán «imite» a Abimael es una acusación demasiado fuerte para hacerse alegremente sobre una simple fotografía, máxime cuando el símbolo que en ella aparece («puño en alto») lleva usándose por todo tipo de izquierdistas como poco (según muchos historiadores) desde la Segunda Internacional (fundada en 1889) o, por lo menos, desde comienzos del siglo XX. Y hoy sigue siendo corriente entre socialdemócratas también (como lo es el partido Fuerza Social).
Todo esto sin tener en cuenta además que Villarán difícilmente se aleja de un centro-izquierda tirando a «centro», que en su partido caben sin problemas los llamados socialiberales, que en su programa no hay ni un solo ataque al capitalismo, que la solución que propone a algunos problemas como la seguridad se parece y demasiado a la propuesta por otros candidatos (no hay ni pizca de «resentimiento», tampoco en sus declaraciones), en otras palabras, que nada, absolutamente nada, hace indicar que Villarán comparta un mísera línea del «pensamiento Gonzalo», esa extraña visión sobre el maoísmo que tenía Guzmán y Sendero Luminoso.
En La Razón deben saberlo, y el único motivo para noticias como esta es confundir, engañar, mentir, campaña sucia que le llaman.
Del texto de Toledo que se rebota en La Razón (y tras leerlo en Generaccion.com*) solo voy a decir una cosa: No existen pruebas para decir que la hermana de Susana Villarán fuera «dirigente de Sendero» (ni siquiera fue acusada) y su marido, asesinado junto con otras personas en un hospital de Ayacucho (caso que pueden ver descrito en el Tomo VII, capítulo 2, punto 1 del Informe Final de la Comisión de la Verdad y Reconciliación –PDF-), está más cerca de «inocente inculpado» que de dirigente de Sendero (en esa época se le describió como un agente extranjero que dirigía atentados en Ayacucho, cuando él era peruano, para que vean la fidelidad de los «documentos» que lo acusan de «dirigente»). Concluir de premisas falsas que Susana tiene un plan contra los «uniformados» y es partidaria (o imitadora) de Sendero resulta insultante la verdad.
Excurso: En Pasco gobierna el Movimiento Nueva Izquierda y no ha llevado a esas tierras nada que se parezca a un cataclismo caótico que tanto anuncian los amanuenses de la derecha peruana.
* ¿Por qué odian colocar bien las tildes? ¡Qué les han hecho las tildes! Pobres…
Segundo Excurso: Y sí, yo también levanto el puño, sobre todo en manifestaciones con la gente de CNT, CGT o CC.OO., también entrelazo las manos como hacen mis compañeros, es parte de la simbología de izquierdas que mantenemos. Y créanme, ni por un asomo es una «imitación» de Guzmán. Más bien, es Guzmán quien imitaba a los comunistas y socialistas levantando su puño como lo hacía.