Lo siento, sigo sin ver nada positivo al sistema electoral francés. Es la cuna de la república como actualmente la entendemos, la segunda democracia constitucional del mundo, y todo lo que quieran, pero sigo sin ver nada positivo en su sistema electoral, tan favorable a la lista ganadora, excluyente total de las minorías, que reparte, en las elecciones regionales, como le da la santísima gana los escaños, pasándose por las narices, con perdón, los votos obtenidos en los departamentos para asignar los escaños en función del porcentaje interno de cada lista con respecto a los departamentos… En fin, un despropósito.
Ya que se está hablando tanto de las elecciones regionales francesas, el resurgir del Partido Socialista (socialdemócratas ellos) francés (aunque no sé qué tan correcto sea hablar así, teniendo en cuenta el aplastante resultado conseguido por el centro-izquierda en el 2004), de la vuelta de la extrema derecha (aunque el Front National en las presidenciales del 2007 obtuvo más votos absolutos que ahora, aunque menos porcentaje; y en las regionales del 2004 sacaron mucho más que ahora en los dos campos) y demás detalles (entre ellos, la bajísima participación), creo que una breve aproximación al sistema electoral francés no viene mal.
El sistema electoral seguido intenta combinar tanto el mayoritario como el proporcional, todo ello aderezado con dos vueltas electorales en el caso de que ninguna lista consiga más del 50% de votos válidamente emitidos (y eso que se eligen listas, no personas) y una posibilidad de fusiones para la segunda vuelta de las listas con un resultado «medio». Así pues, la lista que gana en una circunscripción electoral se lleva un cuarto de los escaños a repartir (se redondea para arriba si hay fracción), el resto de escaños a repartir se hace proporcionalmente, siempre favoreciendo al partido con más votos (con lo que todo refuerza la mayoría del ganador)…
A la segunda vuelta van todas las listas que hayan conseguido al menos el 10% de los votos emitidos, las listas que sacaron entre 5 y 9,99% pueden «fusionarse» con alguna de las listas que superaron el 10%, con lo que, incluso en las regiones que reparten muchísimos escaños y podrían beneficiarse de una mayor proporcionalidad y representación de sus ciudadanos, se excluyen, por la vía legal, los representantes de esas personas por no tener un tanto por ciento de apoyo (con lo que la parte proporcional del reparto, nuevamente, queda «tocada»).
Como ya mencioné, la lista ganadora se lleva un cuarto de los curules (redondeado para arriba), y el resto se reparten entre las demás listas según su porcentaje de votos. Las regiones están conformadas por uno o más departamentos (si no mal recuerdo, todas las que están en la metrópoli tienen más de un departamento, y solo las de ultramar son unidepartamentales), estos departamentos tienen asignado un número de curules entre el total que se elige en la región, para ver cuántos de cada departamento van al Consejo de la Región por cada lista.
Increíblemente este paso no se hace en relación a votos por cada departamento ya que la circunscripción electoral es la región, no el departamento (aunque se eligen los consejos departamentales en paralelo, no me estoy ocupando de ellos, sino de las regiones), así que se toma cada lista y se reparten sus escaños conseguidos de forma proporcional a los votos obtenidos en cada una de las regiones, con lo que la referencia es interna.
Dicho de otra forma, la lista A ha conseguido 30 escaños en una región con tres departamentos, se define qué porcentaje de votos ha obtenido en cada departamento y se asignan los curules correspondientes a dicho porcentaje, con lo que una lista puede conseguir más candidatos electos «por» un departamento que otra sin ser la más votada (siempre y cuando sea la que ganó en la región, gracias a los curules extras que consigue de forma automática). Suena extraño, pero hay que tener en cuenta que la circunscripción es la región, no el departamento.
Aunque, claro, no le veo demasiado sentido a una asignación departamental cuando la circunscripción no lo es, y cuando no se reparten los puestos según el porcentaje de votos de las formaciones en ese lugar, sino el peso del departamento en los votos obtenidos dentro de cada lista.
Les recomiendo la lectura del dossier de prensa dado por el Ministerio del Interior para estas elecciones: PDF (en francés).
Solo en una región (y de Ultramar, para más inri) se acabaron las elecciones con la consecución de una lista de mayoría absoluta. En Guadalupe la lista del PS y aliados (verdes, MoDem, y progresistas de la región) se queda con 31 de los 42 curules en juego (o sea, el 75,6%), habiendo recibido el 56,51% de los votos válidamente emitidos.
Se suele poner a Francia como ejemplo, no sé yo hasta qué punto este sistema es buen ejemplo de cómo contar o no contar los votos para asignar los curules…
Otro si digo que para las elecciones a nivel nacional no hay metodo proporcional, lo cual hace que el partido de Le Pen este subrepresentado en numero de escaños (creo que incluso mas que IU en España), lo cual ha sido un buen pretexto para evitar los debates para modificar ese regimen, una vez se planteo (y no se como quedo) que parte de los escaños se repartan en regimen proporcional «puro»….
Para un metodo electoral se consideran varios factores: siendo la representatividad y la gobernabilidad los que deberian ser mas importantes, la «ventaja» del metodo frances es la idea de una segunda vuelta llevada inclusive al ambito de los comicios locales, lo cual en teoria deberia dar un mayor margen de legitimidad a la autoridad elegida.
Comparandolo contra nuestros dos casos de referencia usuales, vemos que en Peru para el caso local se ha optado (a diferencia del caso nacional) por la gobernabilidad gracias al darle automaticamente a la lista vencedora la mayoria absoluta, no importando si la segunda lista se quedo a 1 o dos puntos de la primera, lo cual da bases para las tan frecuentes revocatorias. Ahi el modelo peruano va mal.
El modelo español, pues tampoco va tan bien pues propicia las famosas componendas e hipotecas que tienen que hacer los representantes para armar gobierno, tanto a nivel nacional como local. Lo de bueno es que si hay representatividad al menos a nivel local (lo cual ya deja de ser cierto a nivel nacional).
Peor para mi son los metodos uninominales, en la cual si uno es un «consistente segundo» en las circunscripciones, pues ya se jodio totalmente. O el caso binominal chileno que restringe mucho al tercero.
Seria interesante saber si existe algun pais donde se aplique la segunda vuelta a nivel local, pero manteniendo la proporcionalidad en la asamblea (o con una prima pequeña, en el mejor de los casos) para saber si es mas conveniente o no.
Anyway…. ya sabes que no me gusta el regimen parlamentario, pero este metodo frances creo que solo tiene de aprovechable la idea de la segunda vuelta..
Salud
Mmmm, pues voy a buscar otros sistemas electorales que puedan cumplir lo que dices.
Por lo demás, hay que distinguir las dos cámaras del Parlamento Francés, lo que dices es aplicable para la Asamblea Nacional, que funciona un sistema mayoritario dentro de distritos electorales definidos por su población (se intenta que todos tengan más o menos la misma población), pero, además, se penaliza con más fuerza a las fuerzas pequeñas para que no pasen a segunda vuelta (se pide más del 12,5% de los votos)… Lo único interesante del sistema uninominal francés (sobre otros que conozco al menos) es que a segunda vuelta pasan más de dos, o sea, pasan tantos como partidos hayan superado o alcanzado ese 12,5%… El FN está, en general, muy subrepresentado, entre otras cosas porque, cuando se queda entre 5 y 10% (en las regionales por ejemplo) no consigue «pareja» para «fusionarse», y en las nacionales son pocas las circunscripciones en las que pasa a la segunda vuelta (con lo que sus votos en la segunda no llegan ni a la mitad que en la primera).
Para el senado, en cambio, funciona otro sistema bastante distinto, que ha sido reformado hace no mucho (creo que 2003), es una cámara que ahora se renueva por mitades cada 3 años (antes era por tercios cada tres años, con mandato de 9, ahora de 6), y se combina la elección proporcional con resto mayor usando cuota Hare con un sistema mayoritario (depende de si el departamento tiene 4 o más senadores a elegir -proporcional- o 3 o menos -mayoritario-, los 12 senadores elegidos por los franceses fuera de Francia tienen su propio colegio), claro que, todo lo dicho, se matiza fuertemente si tenemos en cuenta que el voto es indirecto, donde los votantes son: delegados de los municipios (el 95% de los electores), consejeros regionales y locales y los diputados de la Asamblea Nacional (entre todos estos, el otro 5% de los electores). Con lo cual, de poco sirve decir que más del 50% de la cámara viene de reparto proporcional cuando quienes les eligen vienen de un sistema mixto donde prima el mayoritario…
El sistema francés no es en puridad un sistema parlamentario, ni presidencialista, más bien es semipresidencial, lo cual deja cosas curiosas, sufragio directo para el presidente de la república pero el primer ministro es elegido por el parlamento, y a diferencia de las repúblicas parlamentarias, el presidente sí tiene competencias propias, en contradicción (o choque) con el primer ministro (épicos los cuatro años de Chirac con Jospin)… Pero bueno, Francia está llena de «particularidades».
Hasta luego y gracias por el comentario ;)