Comentario a la Sentencia del Tribunal Constitucional número 281/2005

Este es otro de los trabajos presentados para una de las asignaturas del programa de Doctorado, como la vez anterior ("Memoria sobre las culturas republicanas" publicado en dos partes, acá la primera y acá la segunda), como la otra vez, he quitado las referencias a la asignatura, al profesor (no vaya a ser que le ensucio el nombre) y, por supuesto, mis datos personales (que a ustedes poco les interesa mi DNI). Este trabajo es el comentario de una interesante sentencia del Tribunal Constitucional (la 281/2005) sobre hasta qué punto el empresario debe soportar el uso por parte de un sindicato de los medios de comunicación propios de la empresa, en este caso, el correo electrónico. Al igual que la otra vez, será publicado en dos entradas y descargable en PDF y ODT.

Comentario a la Sentencia del Tribunal Constitucional número 281/2005

Introducción

¿Hasta cuanto debe soportar la empresa para permitir que los Sindicatos se puedan comunicar con sus empleados? ¿Hasta qué punto el uso de los sistemas de comunicación propios de la empresa pueden ser permitidos para facilitar la comunicación entre los sindicatos y los trabajadores de dicha empresa? ¿Hasta qué punto la legislación en cuanto a la comunicación de los sindicatos con los trabajadores no queda ya anticuada?

Esos son algunos de los puntos que la Sentencia citada en el título del presente artículo, donde se explaya sobre hasta qué punto es parte del núcleo duro del derecho constitucional de libertad Sindical la comunicación entre el sindicato y los trabajadores de una empresa dada, cómo podemos equilibrar las necesidades del empresario, el grado de en que debe soportar unas obligaciones tal vez constitucionales, tal vez sólo legales, pero previsiblemente exigibles, y todo ello sin salir de una curiosa disputa por el impedimento de una empresa a que un sindicato pueda comunicarse vía correo electrónico (el dado por la empresa) con los trabajadores.

Y no sólo tenemos la opinión del TC como ente, sino un voto particular que amerita mención especial, puesto que critica duramente el contenido de la sentencia, desde una perspectiva más formalista que la empleada por el ponente y votada en mayoría.

Un caso interesante.

Breve repaso por los antecedentes de Hecho.

Como en toda sentencia, es importante saber cuales son los antecedentes fácticos que plantean un problema que ha de resolverse aplicando el Derecho, puesto que nos explica la situación en que dicha controversia aparece. Vamos a resumir lo máximo posible los hechos descritos en la sentencia, que son bastante detallados. También haremos un pequeño repaso sobre los argumentos de las distintas partes al llegar al Tribunal Constitucional (TC en adelante), puesto que permite ver con más claridad los contraargumentos esgrimidos por el TC.

Los Hechos, usos y prohibiciones del sistema de Correo Electrónico

Desde el día 2 de Febrero de 1999 Comisiones Obreras (en adelante CC.OO.) comenzó a enviar correos electrónicos (desde su servidor externo) a los trabajadores del BBVA, pasando por los servidores internos de dicha empresa (a los correos dados por el empresario a sus trabajadores), los mensajes tenían como destinatarios a los afiliados de dicho sindicato y al resto de trabajadores del Grupo BBVA. Cabe indicar que la empresa fomentaba el uso del correo electrónico desde el 95, dentro de un programa de reducción de gastos de tiempo y dinero en la utilización de otros sistemas de comunicación.

Todo iba bien, la empresa no interfería en dicho envío de correos, esto es, soportaba la actividad del sindicato. Durante un año y unos días no hubo ningún abuso reportable por parte del sindicato, el 13 de Febrero del 2000, entre las nueve y las diez de la mañana, el servidor de la empresa rechazó los correos de CC.OO., este hecho ocurrió también durante otros días de febrero y otro de noviembre.

La empresa fundó esta decisión en la avalancha de correos masivos recibida desde el servidor de CC.OO., lo cual “congestionó” el sistema, y ante las largas colas de espera se procedió a “rebotar” (filtrar el remitente) los correos enviados por CC.OO., con una notificación de dicho hecho.

En septiembre del 2000, la empresa dictó una serie de normas sobre la utilización racional del correo electrónico, donde destaca que el correo electrónico es un medio de producción de la empresa que pone a disposición de los trabajadores que sólo deben ser usadas para el cumplimiento de la labor del empleado. Los usos ajenos a la labor de cada uno, puede suponer una falta, y queda indicada, especialmente, el reenvío de correos masivos no solicitados (por los receptores) como una actividad rechazable y que puede ser “perseguible”.

Proceso ante la Audiencia Nacional

Comisiones Obreras plantea un conflicto colectivo, exigiendo su derecho a utilizar el correo electrónico de la empresa, como un medio idóneo para comunicarse con los trabajadores de la misma dentro del derecho de información que los mismos tienen. La Sala de lo Social de la Audiencia Nacional estimó parcialmente el recurso, comentando que hace falta que el tema se trate en los convenios colectivos o en pactos expresos, y que no es un derecho reconocible ya sea en la Ley Orgánica 11/1985, de 2 de Agosto, de Libertad Sindical (LOLS en adelante) o en el precepto constitucional que reconoce la Libertad Sindical (artículo 28.1 de la Constitución).

Así pues, resuelve por la vía lógica, si la utilización inocua del correo electrónico por parte del Sindicato no causó problemas durante un año, el Sindicato puede seguir usando este medio en la medida que no cause perjuicios para la actividad productiva de la empresa, y que las normas sobre el “uso razonable” del correo electrónico dispuestas por el Grupo BBVA no impide la comunicación del sindicato con los trabajadores.

Recurso ante el Tribunal Supremo

El BBVA considera que la sentencia de la Audiencia no tiene base alguna, puesto que las cargas que debe soportar uno en el ejercicio de los derechos por parte de otro deben estar expresamente configuradas, y que en este caso, ni la LOLS ni la Constitución obligan al empresario a poner a disposición de los sindicatos un sistema informático ni a permitir el uso del ya existente. Así pues, la regulación del artículo 8 de la LOLS es un numerus clausus en la que señala los medios que la empresa debe poner a disposición de los sindicatos para que éstos desarrollen su actividad sindical, sin que exista el uso específico del sistema de comunicación informático esté recogido como una carga que el empresario deba soportar.

El sindicato contraargumenta que ellos optaron por la comunicación vía correo electrónico a raíz de las recomendaciones que realizaba la empresa a sus empleados mediante las cuales se indicaba la preferencia del medio electrónico como comunicación antes que los medios tradicionales (correo postal, llamada telefónica, fáxes, etc.), también se acoge a la falta de prohibición expresa al uso del correo electrónico con fines sindicales por parte de la empresa (en las mentadas normas de uso razonable) y, por último, el Sindicato recuerda la doctrina del Tribunal Constitucional por la cual se considera que el impedir las transmisiones de noticias de contenido sindical por parte de una organización de trabajadores hacia los empleados por parte del empresario es suficiente para reclamar el amparo de los tribunales, por ser, esta comunicación, parte esencial de la Libertad Sindical reconocida en la Constitución.

La Sala de Lo Social del Tribunal Supremo arremete contra la sentencia dictada en la Audiencia, considera que por su falta de precisión resulta difícil determinar en qué momentos el sindicato está usando de forma inocua la herramienta del Grupo BBVA, así pues, el derecho que reconoce no queda definido y no se podría saber si se está cumpliendo con el mandato judicial o no. Este hecho generaría más conflictos en el futuro que el que resuelve. Indica que dicha situación producida por la Sentencia recurrida sería suficiente para declarar nula la sentencia, pero entra en el fondo por razones de “economía procesal”. Señala que el Banco había indicado que el correo electrónico era una herramienta de trabajo que ponía a disposición de sus empleados para el desarrollo de las funciones que tienen encomendados, no existiendo pacto ni individual ni colectivo, ni una manifestación unilateral de la empresa, que otorgue el derecho a los sindicatos al uso de dicha herramienta, y que no puede considerarse que haya una aceptación por uso de parte del Empresario por el tiempo que soportó dicho uso, el Supremo indica que no hay norma jurídica que sirva como base para obligar a la Empresa a soportar ésta carga. Indica que la LOLS señala el derecho de los trabajadores a recibir información, pero esto no obliga a la empresa a poner los medios materiales para su “perfeccionamiento”.

Argumentos de las partes en el proceso ante el constitucional

El Sindicato presenta Demanda de Amparo dirigida contra la Sentencia del Tribunal Supremo, se ampara en dos preceptos de la Constitución, los artículos 28.11 y 18.32. El Sindicato argumenta que el derecho de comunicación con los trabajadores, al cumplir la misión encomendada por la constitución en su artículo 73, los trabajadores tienen el derecho a recibir la información mandada por los sindicatos (derecho incluido en el artículo 28.1), derecho que no queda restringido o limitado sólo a los medios materiales, sino que deben ser incluidos los medios técnicos o informáticos existentes, sobre todo cuando los mismos están sustituyendo a los materiales.

Sobre el derecho al secreto de comunicaciones no entraremos por dos motivos, no puede ser analizado en este caso ya que hasta ahora no se había planteado el mismo y porque, en realidad, el filtrado de un correo no se hace, necesariamente, después de “abrir” los correos, sino que es una actividad sencilla en que se filtra una dirección IP o por la dirección del remitente que esté obstaculizando el funcionamiento correcto del servidor a causa de un envío masivo de correos (que es lo que parece que, efectivamente, ocurrió en esas fechas señaladas de febrero y noviembre).

Mencionan que la LOLS, en su artículo 8, recoge formas específicas de comunicación por parte del sindicato que deben ser, de todas formas, soportadas por la empresa. Menciona que el trabajador tiene el derecho a recibir la información en el ámbito de la empresa o centro de trabajo (art. 8.1.c de la LOLS), así como reconoce el derecho de los sindicatos más representativos a distribuir la información no sólo a sus afiliados, sino a todos los trabajadores de una empresa (en el art. 8.2 se recoge la obligación de la empresa a permitir dicha comunicación, incluso, a poner un tablón de anuncios para que la misma sea más fácil). Así que estamos ante dos planos del mismo derecho, uno individual del afiliado (el derecho a recibir la información de su sindicato en el ámbito laboral) y uno colectivo (el derecho de todos los trabajadores, sean o no afiliados, a recibir la información sindical que les pueda ser de interés).

Señalan las ventajas del uso del correo electrónico, donde mencionan los beneficios del mismo tanto por su coste (que, aunque el sindicato diga que es “nulo” si la transmisión se realiza desde un servidor externo, esto no es del todo cierto, aunque sí es tendente a cero si no hay un abuso que produzca un colapso) como por la poca interrupción que reporta en la actividad normal del empleado. Por no decir que nada obliga a que el empleado revise el correo enviado por el sindicato durante sus periodos laborales, pudiendo revisarlos en cualquier momento, por ejemplo, al finalizar la jornada laboral o durante algún descanso, con lo cual no interrumpiría para nada la jornada laboral del trabajador. Señalan que sólo en un caso (en la que desconocen las causas del mismo) el uso productivo de esta herramienta empresarial se vio afectado por el uso del Sindicato de la misma.

Consideran que la sentencia de la Audiencia ponderó bien la necesaria adecuación de las normas existentes con el derecho sindical, permitiendo un uso “normal” de la herramienta como ideal para la comunicación, así que piden la nulidad de la sentencia del Tribunal Supremo.

El Fiscal considera que la Demanda debe ser desestimada por falta de contenido constitucional. Aquí, para el Ministerio Público, no se discute el derecho de un trabajador a distribuir información sindical, sino al contemplado en el art. 8.1.c de la LOLS, esto es, al derecho de los trabajadores a recibir información por parte de sus sindicatos en el centro de trabajo, pero el presente caso no cuadra con lo dispuesto en la LOLS, puesto que ese artículo está pensado para la comunicación epistolar clásica. Así pues, pedir al empresario que soporte una carga que ni es legal ni constitucional, no es una “actualización” de una norma obsoleta (que los tribunales, por otro lado, no pueden realizar), es una imposición de una nueva carga al empresario. El tribunal Supremo, en suma, no vulnera el derecho Sindical de CC.OO., puesto que la misma se extralimita en lo que puede y no puede hacer, saliéndose del marco jurídico existente.

El Grupo BBVA pide, como no podía ser de otra forma, la desestimación del recurso. Menciona que los derechos sindicales que CC.OO. reclama como constitucionales no son parte esenciales del derecho sindical, sino parte de la configuración legal, así pues, el empresario no está obligado a soportar nada más allá de la obligación legal (o, en su caso, convencional). Insiste en que el servidor y las direcciones son de uso exclusivo laboral.

Recuerda que sí, es posible que la legislación esté desactualizada, que haga falta una revisión de la misma, pero que esa es tarea del legislador en la que un tribunal no debe entrar. De todas formas, considera que sí existe una perturbación de la actividad laboral del empleado desde el momento en que ve introducida, en un instrumento de uso profesional, un “flujo de información que se superpone de forma imperativa y a la que es necesario acceder en todo caso” (al final de los antecedentes de hecho número 8 mencionan este extremo que, de todas formas, se ve exagerado).

Menciona por último, que simplemente bloqueó la dirección del remitente para impedir el acceso al servidor propio (que, como vemos, es considerado una herramienta de trabajo y no un medio de comunicación), nunca accedió a la información que contenían los mensajes de correo electrónico, los cuales tampoco pueden ser aprehendidos de forma física.


1Donde se recoge la libertad de Sindicación.

2Donde se recoge el secreto de las comunicaciones.

3Donde se recoge que la acción de los sindicatos tiene como fin “la defensa y promoción de los intereses de los trabajadores”.

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¿Pero esto es normal? Los polluelos del PP se manifiestan en defensa de una piscina ilegal

Me encantan las manifestaciones, por principio. Que la gente salga a la calle para defender lo que cree justo (de un palo o del otro) me parece encomiable. Esto hablando en abstracto, porque en la práctica, hay manifestaciones y manifestaciones, entre todas las "normales" y razonadas, donde podemos estar a favor o en contra de lo pedido, nos encontramos otro grupo donde podemos distinguir las que son mentirosas, las que defienden postulados contrarios a, por ejemplo, los Derechos humanos, las que son realmente estúpidas y las que entran en contradicciones increíbles con el propio convocante en el contenido y razón de la misma.
Las Nuevas Generaciones del Partido Popular han realizado una de difícil definición, entre estúpida y que entra en contradicciones con el propio convocante por las razones de la manifestación. Un día y a una hora en que dos manifestaciones se cruzaban encontradas por un mismo tema. Por un lado, estaban los "anti-piscina", por el otro, los "pro-piscina"… Pero voy a explicar un poco la extraña situación:

El editor de uno de los periódicos más importantes de España (El Mundo), Pedro J. Ramírez, tiene una piscina en Mallorca en una zona prohibida, esto es, que se mete de lleno en el litoral (cosa prohibidísima) pero cuenta con el apoyo de las autoridades de esos lares. El tema ha dado mucho que hablar a los medios de comunicación, que se restriegan en su propia cochinada todo el tiempo así que el tema, que debiera ser jurídico (y con tintes de político si corrieron favores para autorizar la construcción de la piscina; pero ese es un terreno que no quiero pisar) se volvió un verdadero circo.

El año pasado un parlamentario de la asamblea catalana entró (invadió) en la piscina defendiendo que si estaba en territorio de todos era, efectivamente, de todos. Se montó un chongo increíble, tontísimo, absurdo y todo lo que quieran. Al final un juez, si no mal recuerdo, determinó que efectivamente esa piscina no debía estar donde estaba, que no iba a ordenar demolerla (el daño ya estaba hecho) y llegaba a una medida salomónica en parte, la piscina debía estar abierta durante un tiempo al año (aunque en los meses más apetitosos para quien la construyó, sería de uso privadísimo, hay que joderse).

Así pues, una serie de grupos descontentos con la sentencia (que "legalizaba" el uso privado de la piscina en determinados periodos de tiempo) y viendo que más no pueden hacer en vías legales (bueno, recurrir y poco más) convocaron una manifestación en contra de la piscina, para que se destruya o sea totalmente pública, que si no, termina saliendo demasiado barato vulnerar la ley. Hasta acá todo dentro, más o menos, de la lógica de reclamos y apoyos…

Pero acá llega la parte estúpida. Desde Nuevas Generaciones se realizó una convocatoria (gastos pagados para quienes tengan que viajar a la apetecible isla, por cierto, no todos en el PP son iguales, según si apoyas a Zaplana o no, puedes viajar en avión y dormir en un hotel a costa de la organización, si no, te conformas con ir en ferry y dormir en el polideportivo) para una contramanifestación en apoyo de la piscina, la presidente de los polluelos peperos, Carmen Fúnez, declaró que esta movilización es «en defensa de los derechos individuales de las personas, sobre todo de la libertad»…

Emmmm… Entiendo que les joda (con esa palabra) la existencia de una manifestación contra una propiedad de uno de sus líderes mediáticos (no cabe duda que El Mundo es una de las actuales armas o soportes del PP), y que aún les fastidie más quienes convocaban esa marcha contra la piscina (independentistas entre otras tantas organizaciones)… pero… ¿Es defender los derechos individuales, sobre todo la libertad, el avalar la construcción contra la ley de una piscina? Vaya mierda de concepto de Libertad que debe tener esta gente. Luego defienden la legalidad vigente con interpretaciones más restrictivas que las de los propios jueces para intentar impedir reuniones, manifestaciones y otras cosas normales en la democracia… Acá es cuando entra la idea de que esta manifestación es contradictoria con los postulados del Partido Popular y las declaraciones de sus nuevas generaciones.

La presidente de las Nuevas Generaciones explicó que «la piscina es una excusa, es una campaña de acoso a Ramírez, protestamos a favor de la libertad de todas las personas, no sólo de Pedrojota». Todo adornado con una avioneta que tiraba de una pancarta que decía «libertad sin ira»… Increíble. Es cierto que la piscina se usa para tocarle las narices a un personaje que se mete cuando puede y como puede con el resto, y que es incapaz de reconocer cuando su periódico mete la pata o que sus investigaciones no van a ninguna parte, pero no es menos cierto que las protestas contra la piscina son no sólo bien razonadas, si no que pertinentes y adecuadas, puesto que en la costa ciertas cosas no se pueden hacer, como construir una piscina. Pero claro, Pedro J. Ramírez el otro día declaraba que «no está en juego la piscina de Pedrojota, sino valores mucho más importantes» y el partido, pagador a quien debe favores, ha dado la razón al señor, no es la piscina lo que importa, son otros valores… digamos… mmmm… libertad. Sí, libertad. ¿Quién se pondría en contra de la libertad?

No hay otros valores, es una puñetera piscina en una zona prohibida. Intentar ver valores superiores en la defensa de una ilegalidad tan estúpida como construir donde no se puede es de animales de rebaño incapaces de ver más allá de los mandatos del partido dispuestos a justificar lo injustificable. Que no pongan excusas idiotas, no sean contradictorios, no sean animalitos. ¿Que están a favor de la construcción de piscinas privadas en contra de la ley? ¡Díganlo! ¿Que deben favores a Pedro y hay que apoyarle en este tema? ¡Díganlo! Pero no se escuden en la defensa de la libertad o de "otros valores". Que el resto no somos tan tontos como Pedrito cree.

La manifestación era ridícula (defender una construcción privada ilegal) con un lema que no venía a cuento como la libertad en general, de expresión en particular, la tolerancia… ¿Desde cuando los ilícitos urbanísticos se deben tolerar o son parte de la libertad de expresión? Hay que ser idiotas. Encima, esta contramanifestación contaba con el apoyo del gobierno balear, y los distintos niveles del mismo, con lo cual, la otra parte incumplidora de la ley (autorizó la construcción) defendía… ¡¡la libertad de expresión de Pedro!! Increíble los peajes que se pagan para tener un medio muy leído a tu favor. Manda narices.

Entiendo que nuevas generaciones tenga una chanchita para pagar los viajes y estas cosas para manifestaciones que sí van con su ideario, como son las protestas contra el matrimonio homosexual (por supuesto estoy en contra de esas proclamas, pero vaya, que las hagan, que demuestra salud), pero ¿Pagar por una manifestación en apoyo de una piscina privada que vulnera la Ley es lógico? Si yo fuera de NN.GG., pediría explicaciones a quien corresponda por esa malversación de fondos.

En fin, deberían hacérselo ver la verdad.