¿De qué sirve que se anuncie un nuevo tono si las medidas que van con el mismo son las de antaño? ¿De qué sirve decir que se quiere el diálogo y recordar que se está dispuesto a hacer lo prohibido porque sí? Sirve, ante todo, para llenar titulares, para hacer parecer que las cosas cambian, pero lo único que hay es una sonrisa extra. Del con nosotros o contra nosotros de la administración Bush pasamos al «consultaremos», que es decir lo mismo para que luego hagan lo que les diera la gana, como los Clinton.