Recuerdo las manifestaciones con Aznar en el gobierno, recuerdo lo rápido que las fuerzas y cuperpos de seguridad del Estado (o las que se tercien) cargaban en cualquier momento. Seguridad. Seguridad decían los muy cínicos (no es que haya cambiado radicalmente este panorama, pero sí un poquito). Hoy Mariano Rajoy me ha recordado por qué no se debiera votar por él, y por su partido. No es por su pasado, ni el de los suyos (recordar los orígenes falangistas y antidemocráticos es ocioso, no lleva a ninguna parte), sino por la idea que tienen del Estado, y no lo digo por la economía (que también), sino por el uso de la fuerza. «Ante los ataques a la Corona yo habría usado las Fuerzas de Seguridad del Estado», declaró el sucesor de Aznar.