No tenía intención de hablar sobre la sentencia del Tribunal Supremo sobre la objeción de conciencia sobre la asignatura de Educación para la Ciudadanía y los Derechos Humanos, tanto porque hace tiempo publiqué mi posición al respecto (parcialmente al menos, también en este artículo y este otro) y como porque, normalmente, los medios meten realmente la pata hasta el fondo cuando hablan de sentencias y demás, y la información es incompleta (y francamente, espero que el tema vaya al Tribunal Constitucional y el mismo responda sobre el fondo de la cuestión, que me interesa bastante).