Estaba anunciado, hace unas semanas, el General en retiro Edwin Donayre avisó que estaba esperando la señal de Dios para saber si se presentaba a… ¿a presidente? ¡a político profesional! Eso, a político profesional. Seguro que a Presidente. Lo mínimo. La cosa es que todos esperábamos el buen criterio de Dios para no dar señal alguna a tremendo militar en retiro, tristemente famoso por mostrar ese nacionalismo exacerbado, cavernario y antichileno, pero recordado también por querer impunidad de los suyos, por aplaudir a golpistas y otras lindezas que desearíamos que gente con armas no hiciera o dijera, pero la realidad nos contradice constantemente. Como decía, la idea es que Dios, en todo su poder, no se apareciera. Pero el Nazareno nos ha jugado una mala pasado, una broma tal vez, o pura esquizofrenia del candidato, se apareció, ¡señal de Dios! Y ahora Edwin Donayre, personaje de triste recuerdo y rabiosa actualidad, anuncia que se presentará en las elecciones tras recibir «la señal divina del Señor Nazareno».
Etiqueta: donayre
Matando al mensajero
El ex comandante general del Ejército Edwin Donayre soltó una sarta de burradas hace más o menos poco, alguien lo grabó y subió a Youtube y el congresista (suspendido) Gustavo Espinoza sacó a la luz, unas semanas atrás, el tema, «chivándose» a sus colegas chilenos y demás. Eso es historia conocida. Pues bien, la Subcomisión de Acusaciones Constitucionales del Congreso de la República del Perú ha decidido «matar» al «mensajero» y da vía libre a una acusación constitucional contra el inefable congresista por «desequilibrar las relaciones cordiales con un país con el cual tenemos un diferendo limítrofe» al propagar una información ya publicada.
El general que escribía demasiado
Que el señor Edwin Donayre Gotzch guarde buena opinión de La Razón no me preocupa, no de ciudadano a ciudadano, que Donayre, General del Ejército, mande una carta con membrete oficial a La Razón para «felicitar» el «papel» de ese diario en todo el tema del conflicto armado interno, máxime teniendo en cuenta lo que fue La Razón durante el fujimorismo del que no se ha distanciado y de la defensa, a fin de cuentas, de los crímenes de Estado, me indigna y me preocupa a la vez.