«Siete terroristas mueren en enfrentamiento con el Ejército en Ayacucho» titula El Comercio. Poco a poco vuelven las noticias sobre enfrentamientos entre las Fuerzas Armadas y grupos terroristas (digamos, cédulas de Al Qaeda, digo, de Sendero Luminoso) en ese Perú Profundo que realmente nunca ha salido de una guerra fratricida que no termina de cerrarse (por más que algunos crean que con la captura de Guzmán o con el rescate de la casa del embajador japonés y posterior asesinato de los terroristas rendidos acabó todo). El terrorismo desde la ideología se convirtió en narcoterrorismo antes de pararlo, y ya sabemos que con tanto dinero sobre la mesa, es difícil que se acabe con los que portan las armas.