Ayer, un par de buenas noticias me alegraron el día, la verdad, quería escribir algo sobre ellas, pero entre pitos y flautas, no pude… las buenas nuevas son que “El Senado desafía a Bush al prohibir el maltrato a prisioneros ” y que en Israel el “
Ejército cesa uso escudos humanos en cualquiera de sus versiones ” ante un fallo de su Supremo. Las dos noticias son increíbles porque no debieron existir los hechos que han producido, en un caso, una enmienda en una ley, y en el otro, una sentencia de un tribunal, para impedir que ciertas situaciones se repitan, o al menos para intentarlo.
En Estados Unidos de América, un senador republicano no ha visto con buenos ojos la forma en que los militares estadounidenses llevan (por lo menos en ocasiones) los interrogatorios, puesto que caen en “malos tratos” (“tortura”, para decirlo más alto y claro), y esto se deben según el Senador, a la ambigüedad con la que se dan las indicaciones para el “cómo interrogar” que siguen los solados. El Senador McCain, que fue prisionero de guerra en Vietnam, declaró "Nuestros enemigos no se adhirieron a la Convención de Ginebra. Muchos de mis camaradas fueron sometidos a trato muy cruel, muy inhumano y degradante, algunos de ellos incluso murieron. Pero cada uno de nosotros sabía y sacaba fuerzas para creer que éramos diferentes de nuestros enemigos"… Básicamente, la enmienda en la Ley (la enmienda sí ha sido aprobada, falta que se apruebe la ley, que debe ser aprobada en el Congreso) indica que todo interrogatorio y trato a un prisionero debe regirse por los convenios de Ginebra en esta materia, y, en todo caso, ser tratados de forma digna.
Cualquier iniciativa que limite la arbitrariedad y que busque el trato adecuado (digno) a una persona, en este caso, prisionero, por parte de quien tiene el poder (la posición dominante) es aplaudible, así pues, al menos sabremos que una ley, explícitamente, reclama un comportamiento determinado en favor de la dignidad de los presos… Aunque bueno, en teoría no se necesitaría de esta norma, entre otras cosas, porque EUA es parte de los convenios de Ginebra que esta norma obliga a su cumplimiento, pero como bien dice el ex-secretario de Estado Colin Powell "El mundo sabrá que América está haciendo una declaración clara con respecto al comportamiento que se espera de nuestros soldados. Eso ayudará a lidiar con la terrible crisis de diplomacia creada por Abu Ghraib".
Esta enmienda, en Verano, se intentó “colar”, pero en ese momento, fue bloqueada por la mayoría republicana aliada con la casa Blanca (esta vez 46 republicanos han votado a favor de la enmienda), ahora, desde la casa blanca se “amenaza” con vetar la ley si esta es aprobada con esa enmienda, la razón para la administración Bush, según Scott McCellan, portavoz de la Casa Blanca, es que "limita la capacidad del presidente como comandante en jefe para librar efectivamente la guerra contra el terror", no sabía que Bush emplease su comandancia para ordenar torturas, o que ese radicalismo terrorista se combata con terrorismo de Estado… ¿O es que realmente desde el gobierno se “apoyaba” (al menos por omisión) las torturas? Sino, ¿Qué sentido tiene oponerse a una ley “contra la tortura” teniendo en cuenta las obligaciones contraídas en los textos internacionales firmados por los Estados Unidos y que en EUA la tortura es Delito? Ninguno en estricta lógica… Pero por algo será su negativa.
La otra noticia, la que viene desde medio oriente, es un triunfo de la lógica y el humanitarismo sobre tratamientos abusivos por parte del ejército, que no era otra que el uso de “voluntarios” civiles palestinos como escudos humanos, sin contar, siquiera, con la edad del mismo (un niño de 13 años atado al capó de un carro militar para que no les lanzaran piedras en una zona conflictiva es una buena muestra de ese abuso aprobado y mandado por los altos mandos del ejército Israelí)… en el 2002, el Supremo Israelí emitió una directriz temporal para que el ejército cesara en el empleo de estos “escudos”, pero el ejército reinterpretó la misma y sólo redujo “los tipos de uso de los civiles como escudos”, básicamente, siguió usando a civiles palestinos para que estos tocasen la puerta de las casas donde el ejército buscaba a tal o cual sospechoso , y también caminando en frente de los militares en “situaciones de conflicto o tensión”, siempre que la vida del civil usado no estuviera en peligro (según valorase, claro, el militar en cuestión). Ahora el Supremo dice que no vale ninguna de esas prácticas, que la población civil no se puede usar para fines militares (y esto está recogido por tratados firmados por Israel, por tanto, tratados que le obligan).
Esperemos, pues, que el ejército Israelí cumpla con este fallo y deje de usar a palestinos como escudos, que ya han muerto muchos sin ningún sentido, encontrándose en fuego cruzado.