Aunque mejor que el año pasado, las pruebas para ser contratados como profesores en los centros escolares públicos siguen dejando en evidencia a unas administraciones que no consiguen organizar correctamente algo tan básico y necesario como estas evaluaciones de docentes. Así pues, en tres departamentos del Perú, Pasco, La Libertad y Tumbes, los exámenes fueron suspendidos por distintos problemas técnicos y de coordinación. Al final, postularon a los cargos un total de 168 308 aspirantes a profesores, para cubrir unas 37 114 vacantes.
En Pasco unos 25000 aspirantes a docentes no pudieron dar la prueba porque la Dirección Regional de Educación no consiguió cerrar convenio alguno con instituciones educativas regionales (como la Universidad) para poder disponer de medios físicos para realizar la prueba. Desde la DRE de Pasco se culpa al Ministerio de Economía y Finanzas por no haber enviado la partida de 40 mil nuevos soles para sufragar el proceso selectivo.
En La Libertad el problema, como mala excusa de alumno de colegio, fue que no se consiguió imprimir todos los exámenes, para esos 10 600 postulantes que finalmente se quedaron sin poder serlo. Suena realmente patético que por unas impresoras malogradas, que, según las autoridades educativas regionales, nadie pudo arreglar, tanta gente se quedara sin poder hacer el examen. ¿Y el plan B?
En Tumbes los problemas se iniciaron, como en los casos anteriores, por temas de descoordinación y falta de previsión, así pues, el examen se retrasó inicialmente por no poder imprimir a tiempo las pruebas por problemas de electricidad. Durante la espera, según denuncias de un grupo de postulantes, unos cuantos ingresaron con carteras, celulares y otros cuando solo se permite el ingreso con lápiz y borrador, las denuncias crecieron en intensidad y, finalmente, un representante del Ministerio Público, mediante acta, dejó constancia de la suspensión del examen para docentes.
Ahora queda esperar a saber cuántas otras denuncias sobre eventos corruptos se darán (el año pasado el favoritismo y venta de exámenes estuvieron presentes en todas las selecciones), los problemas en los resultados (tarde, mal y a rastras) y demás.
Por otro lado, si bien es cierto que un sistema de entrada en la profesión mediante evaluaciones es, por ahora, lo mejor para asegurar cierto nivel de los docentes, la actual evaluación no cumple con dicha función, además, faltan incentivos para que un egresado o ya profesional prefieran estar en el sector público al privado, solo hay que ver las nóminas de unos y otros y las condiciones de trabajo, además de la (casi) nula carrera profesional que tienen los docentes, nos encontramos con un panorama en que no son tantos quienes apuesten por la educación pública, y acá tanto para enseñar como para recibir las clases, al menos en los niveles obligatorios y secundarios.
Publicado originalmente en De Igual a Igual.