[[Publicado originalmente en De Igual a Igual]]
El último pataleo de un juez homófobo, que antepuso sus convicciones a la ley que debía aplicar
No me cabe duda que el aun juez Fernando Ferrín Calamita puede usar cuanto argumento estime oportuno para defenderse, pero flaco favor hace al colectivo que menciona, los católicos, al intentar vincular el juicio contra él con esa llamada cristofobia, diciendo que se le expulsa de la carrera magisterial por sus convicciones, por ser católico. No y mil veces no. Se le expulsa (si finalmente se le condena) por prevaricación.
Fernando Ferrín Calamita puede opinar lo que le dé la real gana sobre la homosexualidad, puede ir cuantas veces quiera a misa y puede ver con malos ojos a quien tenga en frente cuantas veces lo desee, siempre y cuando no tenga puesta la toga en ese momento.
Si el juez dilató el proceso de adopción, puso tantas trabas y demás a esas dos mujeres, profiriendo, como hizo, frases homófobas en fallos judiciales y actuó en contra de los derechos fundamentales de esas dos mujeres (como el de la igualdad ante la ley) y de sus derechos legales (la adopción por parte de uno de los cónyuges del hijo del otro es algo previsto en la ley y se suele hacer casi de forma automática), hablamos de prevaricación, hablamos de, como dice el Código Penal (artículo 446), un sentencia dictada a sabiendas de su injusticia (de su no adecuación a la ley). En concreto señala: «El Juez o Magistrado que, a sabiendas, dictare sentencia o resolución injusta será castigado: (…) 3. Con la pena de multa de doce a veinticuatro meses e inhabilitación especial para empleo o cargo público por tiempo de diez a veinte años, cuando dictara cualquier otra sentencia o resolución injustas.»
El problema para el juez es que no parece que su actitud fuera la de velar por la menor, y muchos «errores procesales» (como pedir la presencia de un procurador cuando no es necesario) o incompetencias como «firmar a barbecho» (la resolución de un informe innecesario y de aire homófobo por todos lados) hacen pensar en un interés claro de separar a la menor de su madre biológica (algo poco lógico en el transcurso de un proceso de adopción), visto además cuando se nombró un defensor judicial para la menor (en la consideración que la madre biológica actuaba en contra de los intereses de la misma al pretender que una lesbiana la adoptara).
Todo ello sumado hacen pensar en una actuación injusta (en los términos previstos en el Código Penal) realizadas sabiendo que la misma no se ajustaba a Derecho, esto es, hablamos de prevaricación con todas sus letras y consecuencias penales, no de una persecución religiosa de ningún tipo, hay que recordar que no hablamos de un juez novato o no especializado, hablamos de un magistrado con años de carrera a su espalda que a demás era el titular del Juzgado de Familia, sabía de pe a pa el proceso de adopción sin lugar a dudas.
Pero el juez insiste en confundir su causa con la católica, y los diarios más conservadores vinculados a la Iglesia o de la Iglesia directamente han levantado al aun juez como mártir de una persecución religiosa. Esto es posiblemente lo peor que pudieron hacer, por un lado, no todos los católicos son homófobos (aunque las altas esferas lo sean) ni son una minoría perseguida (recordemos además que sí hay organizaciones gay de católicos, al igual que sacerdotes homosexuales), sería interesante saber cuántos jueces son católicos para darnos cuenta que una sanción por prevaricación nada tiene que ver con esa pretendida cristofobia.
Así pues, el fiscal tiene razón cuando señala:
«no se ha juzgado a un magistrado por su ideología, sino por no haber respetado su obligación de cumplir y hacer cumplir la Constitución y el ordenamiento jurídico (…) El juez afirma que actuó en interés de la menor, pero lo que no puede hacer es lo que hizo, suplir la voluntad de la ley por la suya propia (…) en este caso se produjeron unas flagrantes violaciones de las normas jurídicas, por lo que hay que decir que hubo un dolo específico, una voluntad de incumplir el ordenamiento jurídico.»
Fuentes:
- «Si me expulsan, seguro que Dios me tendrá preparado un trabajo mejor»
- El juez Calamita: «He sido apartado por ser católico y perseguido por mis convicciones»
- El juez homófobo Calamita responderá en los Tribunales por un presunto delito de prevaricación
[[Publicado originalmente en De Igual a Igual]]
Si bien puedo coincidir con algunos de los argumentos del juez (y eso no es ninguna novedad para ti), se olvida del famoso «lex dura lex» y coincido con que se hace un flaco favor a si mi mismo, a las ideas que defiende y luego a su iglesia al defenderse de la manera como lo hace.
Por cierto… esa mujer lo tuvo por inseminacion? El otro progenitor puede ejercer oposicion al intento de dar en adopcion a un niño?
Salud
Sobre lo primero, pues sí, una cosa es compartir sus inquietudes (o que las tenga) y otra lo que hizo y cómo lo hizo… (Incluso elevar la cuestión al TC hubiese sido más lógico, o que se inhibiera de conocer el caso por motivos morales.)
Sobre lo segundo, es interesante: Si es por inseminación (como el presente caso, incluso la decisión de tener un niño fue de la pareja, según tengo entendido) no, el padre biológico no puede decir ni pío. En otros casos, el padre biológico que mantuviera la patria potestad (por ejemplo, es una ex pareja -de estos casos hay muchos-) podría ser parte del proceso, pedir la patria potestad para él solo o lo que considerase oportuno.
Hasta luego ;)
Definitivamente se seguiran cubriendo en nuestra sociedad los actos discriminatorios e injustos con una razon religiosa obtusa,(pero en realidad hasta donde tengo entendido el sentimiento que prima en cualquier religion es el amor de Dios a sus hijos, nada mas cercano al amor de una madre por su hija)y este hecho no sera cambiado hasta que se viva directamente con un familiar cercano homosexual, y se cambie la manera errada de pensar de nuestra sociedad, Ojala deje de ser asi