La dirección de Unión del Pueblo Navarro (UPN) pidió a sus dos diputados, elegidos en las elecciones bajo las siglas UPN-PP y que están en el Grupo Popular del Congreso de los Diputados, que se abstuvieran en la votación de las enmiendas a la totalidad del Presupuesto General del Estado en el Congreso. Comenzó una serie de amenazas y respuestas: Para el PP eso rompería el pacto, para UPN su decisión se amparaba en la afección de los PGE a Navarra con lo que no tenían que respetar la disciplina de votos. Al final, uno de los dos diputados navarros se abstuvo, y el PP suspendió el pacto con su marca electoral, vigente desde 1991.
Si hay un grupo político-cultural que puede reclamar para sí la existencia continuada de un ‘hecho diferencial’ es el vasco-navarro, y lo es porque la identidad de privilegios basados únicamente en el territorio y las élites se ha mantenido casi intacto a lo largo del tiempo siendo reconocido, en mayor o menor medida, por casi todos los agentes políticos, ya sea por simple pragmatismo o por firme convencimiento. Con esto no quiero decir que exista un hecho diferencial, si no que se acepta el mismo. Y es en Navarra, además, donde la confluencia de identidades, tal vez por dicha aceptación, no es especialmente problemática, el navarro-vasco-español se reconoce todo y nada, pero navarro.
Solo teniendo en cuenta lo anterior es posible imaginarnos cómo el PP, partido españolista por definición, no se presenta en las elecciones de esta Comunidad Autónoma (tan especial que no tiene estatuto de Autonomía -estrictamente hablando-, si no una norma especial, la ley Orgánica de Reintegración y Amejoramiento del Régimen Foral de Navarra). Fue tras el descalabro en las elecciones al parlamento navarro de 1987 que ya en 1991 UPN se «vuelve» la «marca electoral» del casi recién estrenado PP, cuyo inmediato antecesor nunca tuvo un resultado electoral bueno en Navarra, estando ya el foralista y españolista (porque en Navarra pueden convivir ambas indentidades) UPN, tan a la derecha y conservador como el PP.
Desde ahí siempre hemos visto a los dos partidos como uno solo, apoyándose mutuamente, estando los líderes del PP presentes en las campañas electorales de UPN y los de UPN en el imaginario del PP, y hasta ahora no nos habíamos creído la «independencia» de UPN en tanto que nunca la había empleado.
Esta vez el PSN-PSOE podía volver a arrebatar el gobierno a UPN, o hacérselo imposible, así que amenazaron con ello al partido que gobierna Navarra, durante la búsqueda de apoyos para que no le censuraran los prsupuestos, si es que ese partido votaba que «no» a los PGE en las Cortes españolas. UPN decidió, así, «romper» con la disciplina de voto. El PP no canceló o rompió el pacto, si no que decidió unilateralmente «suspenderlo».
Pero esto es historia conocida. ¿Y ahora qué? El PP no tiene realmente presencia en Navarra, lleva demasiado tiempo de matrimonio con UPN como para tener y mantener una estructura propia que nadie ha considerado necesaria, pero, por otro lado, en el imaginario del votante UPN es el PP, y el PP es UPN (con diferencias foralistas, se entiende). Pero el PP tiene los recursos y experiencias suficientes para tumbar la parte foralista de los navarros convenciéndoles que el PP también lo es (a fin de cuentas, ya lo hacen en otras comunidades).
UPN puede salir más perjudicado con la ruptura del pacto. ¿Cuántos de sus actuales votantes son únicamente del PP? ¿Cuántos del PP para el Congreso lo son de UPN (ahí sí se presentan con siglas compartidas)? Y tal vez por eso es que UPN insiste en que no se ha roto nada. Por otra parte, el PP deja claro que su presencia real no es nacional, que en Navarra «no están» (porque no quisieron, pero no están) y perderá representación en el parlamento navarro.
Es posible, y acá entro en los futuros, que cuando se vaya Miguel Sanz todo volverá al carril derecho y el pacto se retomará, que antes de las próximas elecciones, sean las que sean, el pacto volverá a suscribirse, porque ninguna de las dos fuerzas quiere perder votos o escaños, y eso se produciría necesariamente con la ruptura del pacto, y la derecha aprendió hace tiempo a concentrar los votos en una sola formación (eso es el PP a fin de cuentas), no hay que olvidar que antes del pacto del 91 en que UPN asumió la marca electoral «única» en Navarra para la derecha, ya se habían presentado juntos a las Cortes Generales (desde el 82 si no mal recuerdo). Dudo que esta «suspensión» sea «definitiva».
Un comentario en «Navarra: Se suspende el pacto de la derecha»