La asociación «Unidad Estudiantil» (Une) ha conseguido que el Claustro de Doctores vote una propuesta para rechazar la concesión del Doctorado Honoris Causa al Dictador Francisco Franco, según informa Manuel Ruíz en La Voz de Salamanca. La reivindicación es justa, el título honorífico no es tal mientras la academia que se lo concedió estaba totalmente sometida a la fortísima dictadura franquista, las asociaciones de izquierda de la universidad llevan tiempo en la batalla para conseguir que al menos se vote el tema, que la universidad se vea obligada a justificar por qué se mantiene tan gran honor a un hombre que los tribunales no juzgaron, pero que la historia ha condenado hace ya bastante tiempo. UnE, con razón, se felicita, y agradece a todos los que apoyaron con su firma (o de la forma que sea) la clara petición al consejo de gobierno: Echen a Franco de la Universidad» (ese Franco cuyos lacayos gritaron el tristemente famoso «muera la inteligencia» justo en Salamanca).
Ya en el 2006 la Universidad, gracias al impulso de la comunidad, celebró un sentido homenaje a todos los profesores y alumnos represaliados por la dictadura de corte cuasifascista, que no dudó en eliminar toda disidencia intelectual bajo las más altas acusaciones. ¿Cómo era posible que la Universidad no retirara el honor al dictador? Ni siquiera tiene que pedir disculpas por habérselo otorgado, todos sabemos que la Universidad con Franco no era autónoma… Pero no quitarle el honor era un refrendo del premio otorgado a la dictadura por una casa de estudios que debe defender la antítesis del franquismo.
También en ese 2006 UnE y CEA (si mal no recuerdo) exigieron que se retirara, por parte del Consejo de Gobierno, el Honoris Causa a Franco, aprovechando no sólo el año de la memoria histórica, sino también la sinergía producida en la Universidad de Santiago de Compostela, que retiró un título similar al caudillo fallecido en el trono. Era el momento de plantearlo, y el Claustro ni hizo caso. Al año siguiente, José Ramón Alonso, el nuevo Rector de la Universidad, considera que no es prioritario el tema. Coincido, no es prioritario, pero sí necesario. Y es fácil. Esto es, en una reunión, se aprueba la retirada del título, y listo, tema zanjado y todos contentos, a otra cosa mariposa y a realizar las reformas que tanto necesita la universidad. Lo malo es que con ese «no es prioritario» quiso decir «no quiero hacerlo» sin parecer que apoya al fascismo (nos consta que no, pero a veces falta valentía para enfrentarse a ciertos medios ante los antiguos de la universidad).
En fin, desde acá una felicitación a UnE, y estoy con Miguel Ángel Andrés (el portavoz) en la esperanza con el voto unánime por parte de los miembros del Consejo de Gobierno para poder ver cómo la Universidad retira el honor al dictador.
Y esto no es querer cambiar la historia, o borrar hechos que, efectivamente, ya son historia, sino rectificar los errores cometidos, no olvidemos que un Doctorado Honoris Causa es un grandísimo premio otorgado por la universidad, y si se concedió se puede quitar. La Universidad debe asumir su historia (que dio el premio) y actuar consecuentemente con su ideario universalista y abierto intelectualmente hablando, con lo cual está obligada a rectificar ese error y quitar el premio a ese sujeto que nunca dejó el poder.