«La práctica nuestra es incluso rechazar cualquier tipo de actitud que se preste a maniobras dilatorias. Creemos importantísimo que se sigan, se observen y se practiquen las reglas de la actuación democrática en el Congreso», declara Luis Negreiros, presidente de la Célula Parlamentaria Aprista (CPA), en relación al caso de la congresista aprista Tula Luz Benites Vásquez, eternamente dilatado por la inasistencia de los miembros apristas de la subcomisión de Acusaciones Constitucionales que ha impedido la tramitación en el Congreso del caso (bien resumido en Desde el Tercer Piso en la entrada «El escuadrón de Tula»). Las declaraciones de Negreiros suenan tan falsas, tan cínicas…
El APRA es bien conocido por el alto corporativismo en sus filas, por el blindaje que se dan los unos a los otros «a toda costa», y por la ley para los enemigos y el hagan lo que quieran para los amigos, así que es muy difícil creer a Negreiros, que «recién» toma cartas en el asunto cuando van cuatro reuniones frustradas de la Subcomisión del Congreso sobre Acusaciones Constitucionales, esto es, que hasta que el caso no salió a la luz pública, acá paz y después gloria, todo andaba bien mientras no se continuara el proceso a la sancionada congresista (recordemos que el caso es grave, la congresista aprista contrató a un auxiliar inexistente para quedarse con la paga destinada al mismo., y si bien es cierto que fue suspendida por 120 días en el parlamento, todos esperaban que el caso llegara rápido a instancias judiciales, para lo que debe ser aprobado por la subcomisión). La inasistencia de los apristas también favoreció al fujimorista Ricardo Pando (denunciado por lo mismo, contratar a fantasmas).
Negreiros se afana para que el APRA no parezca una piña que se defiende ante todos y con todas sus fuerzas al margen de las claras ilegalidades que cometen sus miembros, pero nos basta con mirar a ciertos ministros para saber que sí existe el «blindaje», y que no es lo mismo un ministro independiente que «se equivoca» que un ministro aprista que comete el mismo «error» (sí, pienso, entre otras muchas cosas, en el caso de los patrulleros, donde a Pilar Mazzetti se le echó -y bien echada- del ministerio por un error, y a Alva Castro poco más y se le premia cuando ya lleva dos errores gordísimos del mismo tipo de la ex ministra independiente), así que no son nada raras estas inasistencias y que hasta ahora el APRA no tomara cartas en el asunto (rayos, que no es una reunión frustrada, que van cuatro).
Y este caso es una constante en todas las formaciones parlamentarias que tenemos, normal que luego el electorado peruano no confíe para nada en las elecciones y nuestro deleznable sistema representativo, cuando tenemos un congreso en que «la viveza criolla» es el pan nuestro de cada día. Este tipo de hechos hacen que la mínima confianza ciudadana para con el Congreso se disipe.
Lo positivo
Tal vez lo bueno de este caso es que se modifique el reglamento que obliga a la asistencia de todos los miembros de la subcomisión. El propio congresista aprista Javier Velásquez Quesquén, titular de la Comisión de Constitución, manifestó la intención de «atender la modificación del reglamento del congreso» pedido desde finales de Unidad Nacional (por Javier Bedoya de Vivanco), ahora, esto recién se discutiría en marzo, que nos queda bastante lejos y es posible que, si todo este tema es olvidado, el reglamento no se modifique y estos casos de blindaje por parte de un partido hacia sus miembros siga siendo una constante. José Saldaña, presidente de la subcomisión, será el encargado de presentar formalmente el proyecto para la reforma reglamentaria.
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