Ayer se realizó una pequeña concentración en Pamplona, una forma de protesta contra los abusos y las agresiones sexuales durante las fiestas de la ciudad –los mundialmente famosos San Fermines–. Todos los años se dan, desde los tocamientos indebidos hasta las violaciones. Durante el chupinazo, mientras algunas mujeres mostraban sus pechos al público, otros tantos varones extendían la mano para tocar. Ante esto, las mujeres suelen bajarse inmediatamente la ropa y, en muchos casos, «reír la gracia». Este año –más que otros– esos hechos se están persiguiendo de oficio como lo que son: abusos o agresiones de índole sexual –ya se verá luego si son unos u otros–. Esto sin contar casos donde claramente hay abusos y agresiones sexuales «de libro» –contando, claro, violaciones–. [Siga leyendo en De Igual a Igual].