Ante problemas globales, lucha global, aquí y allá, somos los mismos los que sufrimos, son los mismos los que se benefician de la explotación. Y no, no es un tema coyuntural, y no, las medidas que intentan parchear el capitalismo para dotarle de un mal llamado rostro humano no sirven para nada, no atacan el problema, sólo reducen los síntomas. Y no hablamos de un resfriado, hablamos de la estructura básica de la sociedad, de toda ella. Hoy es primero de mayo, uno de los días más importantes para los movimientos obreros, hoy es el día de los trabajadores (que no es lo mismo que decir que es el día del trabajo), hoy recordamos una gran lucha sindical, donde el Estado, al lado del Capital, aplastaron y mataron.
Sin que sirva de precedente, traigo un refrito de temas pasados, como recuerdo de lo que en estas páginas se ha escrito sobre la lucha obrera, sobre el sindicalismo o sobre el trabajo, desde dos perspectivas fundamentalmente. (No, no pondré todo lo que tiene que ver con el mundo laboral y que haya aparecido en esta bitácora, sólo unos ejemplos):
Es una buena época para levantarnos otra vez de la eterna apatía, de ver simplemente el cómo se ha montado la sociedad, cómo el sistema económico nos da cada vez más la espalda y cómo las leyes, supuestamente hechas para el beneficio de todos, sólo sirven para llenar unos pocos bolsillos de muchos fajos de dinero, cómo los políticos no son más que marionetas de empresarios que se creen intocables, que manejan las cosas a un nivel internacional que ya nos gustaría a nosotros, los trabajadores, combatirles.
“Todo trabajo es digno” En frío, sin pensar nada más, sin entrar en ningún tipo de consideraciones, seguramente respondería afirmativamente, sin dudarlo, a fin de cuentas, toda forma de ganarse la vida es digna, o mejor dicho, es tan buena o mala como cualquier otra, es un trabajo que permite que vivas y eso no es poco, todo esto, en principio…
Los derechos fundamentales no son simplemente derechos del individuo en que se crea un “escudo de libertad” entorno suyo (derecho a la vida, a la libertad, etc.), dentro del cual se desarrolla su personalidad, van más allá al permitir conductas activas (como es el de Expresión, o el de Información), que no siempre es posible desarrollarlas de forma totalmente individual, siendo importante la vertiente colectiva del derecho en cuestión (el derecho de asociación es un claro ejemplo de esto).
¿Cómo es posible que más del 85 % de los contratos creados en Enero sean temporales? Es una cifra alucinante, no es posible que sean justificados tantos empleos temporales. Sobre todo cuando se sabe que el 90% de los trabajos temporales son puestos fijos en las labores de producción de bienes u ofrecimiento de servicios.
Y por último, no por ello menos importante, uno de mis textos preferidos, un cuento tan real como la vida misma, basado en el clásico Blanca Nieves y los Siete enanitos.
Hace mucho mucho tiempo, en una república muy lejana, vivía la hija de un banquero feliz de la existencia, caminaba por las calles céntricas de esa hermosa ciudad de la naciente república, seguida de sus dos sirvientes, mal pagados, mal paridos, pero no eran personas, sólo los que la abanicaban y llevaban de un lado para otro.
Caminaba esta pequeña liberal, imbuida de las doctrinas liberales que su padre usaba para abofetear a la derrotada aristocracia ¡¡Libertad!! Gritaba, ¡¡Libertad!! Soñada, no más Estado opresor sobre los derechos, igualdad y solidaridad entre todos, fraternidad que le llamaban, ¡¡que el mercado se encargue!! Bramaba el Bancario, rechoncho, accionista de muchas nacientes fábricas, colaborador económico, como él decía, de otras tantas, un motor para un país condenado por la aristocracia a los campos, donde no hay futuro, esos mayorazgos, grandes males nos hicieron, repetía una y otra vez. Tal vez no recordaba que él tuvo la oportunidad de ser quien fue gracias a lo que heredó de su padre, un terrateniente dueño, virtualmente, de varios pueblos. Pero bueno, las cosas siempre han funcionado distinto si le favorece o no a uno, eso lo sabemos todos y algunos más.
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