Aunque ustedes ya lo saben, lo vienen leyendo, oyendo y viendo desde el domingo, el candidato de la más que derechista «Coalición por el Cambio» (pacto electoral entre el grupo Alianza por Chile, ChilePrimero y otros partidos políticos), el «empresario» Miguel Juan Sebastián Piñera Echenique, ganó la segunda vuelta de las presidenciales de nuestro vecino del sur, compitiendo contra el oficialista y democristiano Eduardo Frei Ruiz-Tagle (que ya fue presidente, del 94 al 2000, para quien no lo recuerde). ¿Qué podemos esperar?
No mucho la verdad. ¿De verdad creen que la política de la Concertación era de centro izquierda y que la que hará el presidente electo proveniente de Renovación Nacional (que forma parte de la Alianza por Chile) será de centro derecha? ¿De verdad creían o creen que Frei y Piñera eran o son diferentes? Renovación Nacional, mostrada siempre como el partido dentro de la derecha más moderado (yo diría que sería el PS y los democristianos, pero a estos ya los tiran a la izquierda), tiene una tradición pinochetista clara, por más que fueran favorables a la «vuelta a la democracia», fueron y son parte de todo el movimiento que, finalmente, consiguió la impunidad (luego cuestionada) para los asesinos de la dictadura. En honor a la verdad, cabe decir que Piñera se desmarcó (según tengo entendido) de la postura de RN con respecto al plebiscito del 88, votando en contra de la continuidad del régimen.
Me ha parecido bastante interesante la campaña de Piñera, ha insistido mucho en su cualidad de «empresario» para exigir un buen gestor empresarial para el gobierno, el país como empresa, la gloria liberal en su máxima expresión, siempre habló como un externo a la política, y él ha sido senador (1990 – 1998) y ya fue candidato en las pasadas presidenciales (pasando a segunda vuelta y siendo derrotado por Bachelet), por no hablar de otros intentos de ser candidato presidencial y de formar parte de la vida política desde el ocaso del pinochetismo.
No es trigo limpio ni un inocente (¿no se acuerdan del piñeragate? Usa todas las técnicas de politiqueo barato, que por cierto, también son las propias de los grandes empresarios (¿de verdad creen que se hacen grandes fortunas jugando limpio totalmente?). Piñera, además, como senador presentó un proyecto de ley para extender la amnistía concedida a los violadores de derechos humanos concedida por el gobierno de Pinochet en el 78 a todos los integrantes y delitos cometidos durante la dictadura hasta el último día de la misma (marzo del 90, con el cambio de gobierno tras las elecciones del 89). Ese es el mejor resumen de lo que estos centristas piensan de los derechos humanos. Y eso que él, insisto, es de los menos derechistas de su Alianza.
Para acabar este comentario sin pies ni cabeza, solo recordarles un par de cosas sobre el sistema electoral chileno: El voto es obligatorio pero la inscripción en el censo electoral es voluntaria, entre unos 12,2 millones de ciudadanos, para estas elecciones figuraban inscritos 8,28 millones de chilenos, de estos votaron 7,14 millones y hubo 6,9 millones de votos válidos (esto es, más de 200 mil votos nulos y blancos), a dras penas votaron, válidamente, algo más de la mitad de los ciudadanos; para más números, véase: «Chile: La Derecha gana las elecciones y la Concertación prepara las maletas». Y ya por último de verdad (sin contar el excurso, claro), hombres y mujeres votaron casi igual, decantándose más, las mujeres, por Piñera, pero tan solo por medio punto porcentual.
Excurso: El gran perdedor de estas elecciones fue, sin dudas, Marco Enríquez-Ominami, parece que la costumbre pesa más que otras cosas. Y unos quinientos mil votos de Arrate y Enríquez-Ominami se fueron a Piñera, lo cual solo se puede entender como voto castigo contra la Concertación, y un suicidio en toda regla.
No son ambos Piñera y Frei dos caras de una misma moneda? Es decir, la política a largo plazo de Chile no cambia con ninguno de los dos, solo en cuestión de matices… algo así como lo que sucede en gringolandia, donde casi no hay mayor diferencia entre que salga un Obama o un McCain como presidente. Al final, todo sigue prácticamente igual.
El problema es que el sistema binominal es mucho binominal, y no dejara que surja una tercera fuerza con capacidad de ir a la segunda vuelta, a menos que haya un serio descalabro de alguno de los dos de siempre.
Como correlato, esta el hecho de la falta de representatividad en aras de la estabilidad.
Salud
@Luciano: Efectivamente, son los dos parte del mismo plan a largo plazo (además, las diferencias entre la democracia cristiana y RN son ínfimas, tal vez solo en orden de prioridades). Es como en EUA y demócratas – republicanos…
@Ernesto: Sí y no, en realidad en Chile tienen MUCHOS partidos, pero tienden a agruparse para las elecciones, y realmente la UDI sí que sería un tercer partido grande (en las anteriores elecciones presidenciales se presentaron por separado), ahora bien, el sistema electoral sí es binominal en aras a la estabilidad (pero viendo los partidos que tienen, no lo necesitan), con lo que priman los grandes acuerdos electorales aunque luego, en el parlamento, cada grupo baile a su ritmo (en este sentido se parece más a Italia), por poner un ejemplo: Concertación ya es una coalición de partidos, tuvo un candidato a presidente (Frei), pero al parlamento se presentó junto con la coalición Juntos Podemos Más, que tenía su propio candidato a presidente (Arrate). Y los partidos saltan de coalición en coalición con bastante facilidad (o se rompen las mismas sin problemas, como pasó en el 2005). Como nota curiosa, Concertación y JPM obtuvieron más votos que la Coalición por el Cambio pero, previsiblemente, tendrán un diputado menos (57 frente a 58, de 120), también conseguirían dos diputados los independientes («fuera de pacto») y tres los de Chile Limpio Vote Feliz (no es broma, se llama así).
Hasta luego y muchas gracias por los comentarios ;)
Es cierto de que al final las dos coaliciones no tienen demasiadas diferencias, habrá que esperar esos sí que no vuelva a la palestra la corriente pinochetista.