«En Italia, tras su aprobación, un periodista preguntó en rueda de prensa al ministro de Economía si la amnistía a los delincuentes fiscales era coherente con las promesas de capitalismo ético. El ministro, creyendo cerrado el micrófono, le llamó “gilipollas”. Y es que hay que ser gilipollas, eh.» (Isaac Rosa resumiendo la situación.)
¿Cómo luchar contra el altísimo fraude fiscal mediante la fuga de capitales hacia paraísos fiscales? ¡Perdonando el fraude a Hacienda! ¿Que puede ser delito? Pelillos a la mar, una pequeña multa y un tipo fiscal privilegiado. Esto es: Que vuelva la plata, que la trataremos como en un paraíso fiscal.
No bromeo, en ese sentido va la enmienda presentada por la coalición gubernamental en el parlamento italiano, con, por supuesto, el visto bueno de Silvio Berlusconi (que de esto de «fugar capitales» sabe un rato). Como recuerdan en Portafolio, esta no es la primera vez que se da una amnistía de este tipo, también bajo gobierno de Il Cavaliere, se realizó dos procesos de regularización de capital (mientras se premia a los delincuentes del fisco se criminaliza a los inmigrantes irregulares, a los que se les niega cualquier «amnistía» o regularización -si no lo digo, reviento-).
La medida tuvo un parcial éxito, recaudó y «volvió» mucho capital, pero se siguió yendo otro tanto, o más. A la espera, mucho de ese dinero, de ser regularizado en otra ocasión. ¿Qué mejor forma de lavar dinero que con una amnistía fiscal? Esta amnistía es un premio al delincuente de guante blanco, ese cuya única justificación es la avaricia y el egoísmo, porque ni es pacional ni es por necesidad lo que hacen, y va en detrimento de toda la sociedad. Y por supuesto, la norma no ataja el problema: Paraísos fiscales y fraude fiscal.
El resume de El País es bastante bueno:
«La norma, una enmienda que acompaña al decreto anticrisis que será analizado por el Parlamento, prevé una multa del 5% para las fortunas que repatrien capitales entre el próximo 15 de octubre y el 15 de abril de 2010. Aunque la cuantía de los ingresos para el Estado es imprevisible, el Gobierno calcula que rondará los 3.000 millones de euros. La estimación supone el regreso de 60.000 millones de euros, una cifra irrisoria si, como revelaba La Repubblica, el capital italiano invertido en paraísos fiscales asciende a 550.000 millones.»
La enmienda presentada por la derecha ha sido modificada para que no sea tan descarada la amnistía, así que quienes hayan, presuntamente, cometido delitos como el de falsedad en el balance, entre otros, pero claro, todo indica que esos límites son un brindis al sol…
Berlusconi tiene un gran tino cuando la cosa va de perdonar delitos y faltas al gran capital, y de buscar todo tipo de impunidad, comenzando con la suya, claro.
Para que mis colegas socialistas, o sea, socialdemócratas, no saquen la chaveta sin pensar en lo que pasa en su propia casa, les recuerdo que el PSOE propuso algo parecido en tierras españolas… Sí, el Partido Obrero Socialista Español, el que ahora gobierna España, ese mismo, que sí, que fueron ellos, no el PP (aunque no sé si también lo han propuesto). La Fundación Ideas, actualmente dirigida por Jesús Caldera, otrora Ministro de Trabajo, propuso, entre otras medidas para salir a la crisis, que «debería valorarse la introducción de un proceso de regularización fiscal progresiva y coordinada hasta 2015. Durante ese período los capitales que abandonasen los paraísos fiscales no serían penalizados, tributarían a un nivel inferior» (documento sobre la crisis financiera, en PDF, página 19). Eso sí, el dinero recaudado en estas «regularizaciones» (eso sí, los «fondos obtenidos» serían destinados para «reducir a la mitad la pobreza del mundo», no para engrosar los erarios de cada país).
(Y no, no habrá comentario alguno sobre «capitalismo ético» y que fuera Berlusconi el que organizó toda la fiesta de G-8 en que hablaron tanto de ese concepto contradictorio en sus propios términos, porque el párrafo citado de Isaac ya lo dice todo.)